No nos cansemos compañeros, no nos cansemos de luchar
1.826 días sin Julio López se cumplirán este 18 de Septiembre, 5 años de impunidad, que duelen y que continúan. Inacción, ocultamiento, entorpecimiento y parálisis son hoy la realidad de la causa que investiga la desaparición de Julio, cuyo testimonio fue clave para encerrar al genocida Etchecolatz, principal responsable de los secuestros, torturas y asesinatos de varios compañeros.
No nos cansemos compañeros, no nos cansemos de luchar
1.826 días sin Julio López se cumplirán este 18 de Septiembre, 5 años de impunidad, que duelen y que continúan.
Inacción, ocultamiento, entorpecimiento y parálisis son hoy la realidad de la causa que investiga la desaparición de Julio, cuyo testimonio fue clave para encerrar al genocida Etchecolatz, principal responsable de los secuestros, torturas y asesinatos de varios compañeros.
1.826 días que los responsables de su segunda desaparición permanecen libres, caminando entre nosotros, como tantos otros responsables directos de la última y más sangrienta dictadura cívico militar.
Mientras hoy, sin ponerse colorados, desde los programas de la tarde que ofrecen basura mediática, banalizan y ridiculizan nuestra lucha por los derechos humanos, Julio López sigue sin aparecer…. 1.826 días después.
Profundizar el modelo es enfrentar a las mafias del Estado
Son 5 años que no hacen mas que garantizar impunidad para represiones futuras, dejándole la puerta abierta a los desaparecedores para atacar de nuevo, no nos olvidemos de
La desaparición del compañero López ha dejado algo a la vista para cualquiera que desee ver. Los grupos mafiosos que actuaron en el último genocidio siguen moviéndose libremente y se mantienen soldados firmemente al aparato del Estado.
Estos elementos fascistas buscan mandar un claro mensaje a todos los militantes populares que luchan contra la desigualdad, la miseria y la injusticia. “Cállense o paguen las consecuencias” pretenden gritarnos.
Pero no se dan cuenta de que ya no es tiempo de gritos, ni de miedo y mucho menos de callarse para los jóvenes y los trabajadores.
Por el contrario, debemos entender que solo nuestra acción consciente y decidida a través de la organización y la movilización pueden profundizar realmente el modelo y hacer avanzar firmemente la política de DD.HH presionando para una inmediata depuración del aparato represivo.
Debemos ahondar el debate en los lugares de trabajo, los barrios, los sindicatos, las universidades, entre todos los compañeros del campo popular, para exigir juicio y castigo inmediato a policías, militares, funcionarios, civiles y jueces que actuaron en complicidad para sostener el genocidio y cuyos residuos llegan a nuestros días. 1.826 días sin Julio así lo atestiguan.
Ahora, YA, es un momento más que propicio, la correlación de fuerzas esta más que nunca de nuestro lado. La derecha (política, empresarial, mediatica) se encuentra golpeada, aturdida y desorientada mientras que la juventud y los trabajadores nos encontramos de pie, debatiendo, construyendo, organizándonos, militando.
Es el momento de exigir firmemente la agrupación de todas las causas para hacer un juicio común contra los cientos de represores identificados e involucrados evitando la dilación de juzgar a cada represor por separado.
Es momento de exigir firmemente la completa depuración y democratización del aparato represivo, es momento de exigir juicio y castigo a todos los genocidas y sus colaboradores, es momento de finalizar con 1.826 días de impunidad.
La lucha contra los represores de ayer y los de hoy
La lucha contra los represores de ayer y los de hoy esta íntimamente ligada. Luchar por encarcelar a los participes de la ultima dictadura y luchar por el esclarecimiento de la desaparición de Julio López (o Luciano Arruga) es una misma y única lucha, que solo puede ser resuelta a través de una lucha sin cuartel contra la derecha que se esconde afuera del Kirchnerismo y la que se esconde adentro, la que se disfraza de oposición “democrática” y por sobre todo contra ese poder en las sombras que representan empresarios, terratenientes y banqueros.
Profundicemos, organicémonos, luchemos, terminemos con esos 1.826 días que duelen.