El domingo 14 de enero de 2018, decenas de miles de activistas de diferentes organizaciones sindicales y de izquierdas acudieron al cementerio socialista de Berlín, en el barrio oriental de Friedrichsfelde, para conmemorar el aniversario del asesinato de los destacados revolucionarios y marxistas alemanes Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, ocurrido el 15 de enero de 1919.
Rosa y Karl fueron los fundadores de la Liga Espartaquista y del Partido Comunista (KPD) en 1918 y los más famosos de entre muchas víctimas de una guerra civil unilateral desencadenada por las fuerzas militares reaccionarias del Freikorps que habían formado una conspiración contrarrevolucionaria con líderes socialdemócratas de derechas como Friedrich Ebert, Gustav Noske y Philipp Scheidemann para ahogar en sangre la revolución.
La conmemoración pública de sus asesinatos tiene una larga tradición que fue iniciada por el Partido Comunista (KPD) en la década de 1920 y que existió durante décadas en el antiguo estado estalinista de la RDA (Alemania Oriental). Hasta 1990 era un evento oficial del Estado y la participación se consideraba obligatoria para los funcionarios y trabajadores del partido en Berlín. Sin embargo, desde la unificación capitalista de Alemania en 1990, esta tradición ha seguido existiendo de forma voluntaria. Aunque los políticos burgueses y sus medios de comunicación pensaron que este evento anual tradicional desaparecería rápidamente en la década de 1990, jóvenes y ancianos de toda Alemania siguen viniendo a pesar de las condiciones climáticas y contra todo pronóstico.
El evento, que tradicionalmente se celebra el segundo domingo de enero, duró desde las 9 a las 14 horas. Una interminable fila de personas caminó hasta el cementerio conmemorativo y puso flores allí. Como cada año, los principales líderes de DIE LINKE (Partido de Izquierda) llegaron todos juntos a las nueve de la mañana. La marcha tradicional comenzó desde la Avenida Karl Marx a las 10 am y llegó al monumento al mediodía. Los camaradas de Der Funke/CMI Alemania estuvieron presentes en el monumento conmemorativo durante todo el período de tiempo con un puesto de libros, vendiendo un gran número de periódicos, folletos y libros. Los ingresos de las ventas del domingo pasado fueron con creces los más altos alcanzados en este evento desde la década de 1990.
Este año se conmemora el centenario de la revolución alemana, que en noviembre de 1918 derribó al emperador (Kaiser), puso fin a la guerra y se caracterizó por la creación de consejos obreros y de soldados en todas las grandes ciudades industriales de Alemania. Las condiciones previas para una revolución obrera exitosa y el establecimiento de una república socialista eran mejores que en Rusia en 1917. Sin embargo, los líderes derechistas del SPD hicieron todo lo posible para detener la revolución y restaurar el Estado burgués. Aunque Liebknecht y Luxemburgo no contaron con el apoyo de masas en la fase inicial de la revolución y carecían de una organización disciplinada siguiendo el modelo del Partido Bolchevique, la clase dominante y los líderes derechistas del SPD reconocieron como una amenaza mortal sus ideas y su potencial para construir un partido revolucionario fuerte.
Rosa y Karl eran conocidos como grandes luchadores contra la guerra, el militarismo, el capitalismo y una casta socialdemócrata burocrática derechista al frente del movimiento obrero. Luxemburgo produjo valiosos escritos marxistas que son hoy tan relevantes como entonces. Liebknecht fue el primer diputado socialista que se opuso abiertamente a los créditos de guerra en el Reichstag, el antiguo parlamento alemán, el 2 de diciembre de 1914. En el contexto del aniversario de la revolución de 1918 es importante estudiar las vidas, luchas y escritos de Karl y Rosa y aprender las lecciones para hoy.