La izquierda encara una situación muy favorable en los próximos meses. Que sea capaz de utilizarla para arrinconar a la derecha de PP-Ciudadanos en el Parlamento y en la calle, dependerá de la habilidad política y de la claridad programática de sus dirigentes, sobre todo de Unidos Podemos.;Dos son los factores que han transformado la situación: la moción de censura presentada por Unidos Podemos y el giro a la izquierda, al menos de palabra, operado en el PSOE con la nueva dirección “sanchista”.
La moción de censura
La moción de censura de UP le arrebató a la derecha la iniciativa política, expuso la corrupción y las injusticias sociales, y mostró una bandera de lucha a millones de trabajadores, desempleados y jóvenes. Con una oratoria brillante y sólida, tanto Irene Montero como Pablo Iglesias, desnudaron las políticas de la derecha, su corrupción orgánica, así como la mediocridad intelectual y la miseria moral de sus representantes. El debate parlamentario obligó a Ciudadanos a difuminarse aún más en el PP y mostró las complicidades de clase de los nacionalistas burgueses vascos y catalanes con la derecha española.
Unidos Podemos debe avanzar, y ser mucho más valiente, en su alternativa programática. Apoyamos las propuestas enumeradas por Pablo Iglesias en el debate de la moción de censura para “desparasitar” las instituciones del Estado burgués y mejorar las condiciones de vida de las familias obreras, pero mientras las palancas fundamentales de la economía (la banca, las grandes empresas, los latifundios) sigan en manos de las 200 familias oligárquicas, cualquier gobierno progresista será objeto de chantaje y boicot por parte de esta gente, que seguirá ejerciendo el verdadero gobierno “en la sombra”. Y mientras las tareas de administración y represión estatal sigan en manos de especialistas separados del pueblo y vinculados por orígenes de clase a esta oligarquía económica (oficiales del ejército, policía y guardia civil; jueces y diplomáticos, altos cargos administrativos, etc.) será imposible democratizar “el Estado”, que seguirá siendo una fuente de conspiraciones reaccionarias contra un gobierno de izquierdas.
PSOE: giro a la izquierda a prueba
Por su parte, Pedro Sánchez; ha conseguido dominar el 39º congreso del partido, celebrado en junio, sin que el ala de derechas “susanista” presentara batalla alguna, producto de su desmoralización y su miedo a la base. Con buen criterio, Sánchez y su sector barrieron la nueva ejecutiva de derechistas y se aseguraron una sólida mayoría en el Comité Federal. También parece ;que los “sanchistas” presentarán batalla al ala derecha en los territorios –con la excepción de Andalucía– para erradicar el poder de los “barones” y que el “nuevo PSOE” se exprese con una sola voz. Con esto, Sánchez querrá asegurarse el control de las candidaturas electorales de próximas elecciones autonómicas y legislativas. Actualmente, los “sanchistas” son minoría en el grupo parlamentario socialista.
¿Cuán lejos llegará el “giro a la izquierda” en el “nuevo PSOE”? Es difícil de estimar. En su discurso de clausura del congreso del partido Sánchez volvió a destacar que ”el PSOE debe encabezar la izquierda”, en lo que parecía un puente de entendimiento con Unidos Podemos. Sin embargo, enseguida planteó que “las fuerzas del cambio (incluido Ciudadanos) deben entenderse”. Ciudadanos fue denominado “nueva derecha” por el portavoz del PSOE en el debate de la moción de censura, y; sus dirigentes con Albert Rivera a la cabeza acusan al “nuevo PSOE” de haberse “podemizado”. Con buen criterio, Pablo Iglesias, ha señalado la inconsistencia de Sánchez; al decir por un lado, que hay que sacar al PP de La Moncloa y, tratar por otro, de alcanzar a acuerdos con el principal valedor de sus políticas, Ciudadanos.
Otra inconsistencia tuvo lugar con la posición socialista ante el tratado de libre comercio de la UE con Canadá, el CETA. El PSOE votó a favor en la comisión de exteriores del Congreso y, tras las críticas de Unidos Podemos, anunció al día siguiente que se abstendría en el pleno de la cámara.
Estos vaivenes y vacilaciones son típicos de los reformistas de izquierdas, sometidos a la presión de la izquierda y de sus bases, por un lado; y a la presión del régimen y sus medios, por el otro. Sánchez quiere aparecer como el principal opositor a la derecha pero, por otro lado, teme escorarse demasiado a la izquierda. En realidad, Sánchez está montando un tigre del que tendrá muchas dificultades en bajarse.
Un elemento positivo en la situación es la derechización a marchas forzadas de Ciudadanos, confiado en que podrá arrastrar para sí a un sector significativo de votantes desafectos con el PP. Esto va a dificultar los intentos de la nueva dirección socialista de equilibrarse entre Ciudadanos y Unidos Podemos, como una táctica para no comprometerse a fondo en un frente único de izquierdas.
Unidos Podemos y el PSOE
Todo esto crea condiciones muy favorables para Unidos Podemos. UP puede explotar a su favor las ansias a favor de la unidad en la acción entre UP y PSOE que existe en la militancia y los votantes de izquierdas; instando a Sánchez a que pase de las palabras a los hechos y señalándole, a cada paso, sus inconsistencias. Esto probará ante millones la sinceridad y buena voluntad del “nuevo PSOE” para mostrarse de izquierdas y querer desalojar al PP del gobierno.
Los nuevos dirigentes del PSOE se equivocan completamente si piensan que han recibido un cheque en blanco; de la militancia y de millones de votantes de izquierdas. Aunque hay entusiasmo con la victoria de Sánchez en el PSOE, también hay sospechas, por la experiencia acumulada. Las rápidas expectativas creadas repentinamente alrededor de Pedro Sánchez pueden desmoronarse con igual; rapidez, ante cualquier intento del “nuevo PSOE” de dar marcha atrás en sus promesas de giro a la izquierda, lo que fortalecerá las bases de apoyo a Unidos Podemos.