Entre la desmoralización y la resistencia en el norte argentino

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La experiencia científica, como método replicable siguiendo los lineamientos genéricos de Kant, bien demuestra aún en las ciencias sociales que no responden a rígidos axiomas, que: los movimientos sociales y las dinámicas de luchas que se dan históricamente, pueden resultar estériles si no cuentan con una óptima dirección y un programa bien fundado como plan de trabajo de las mismas. El marxismo o socialismo científico ha dado métodos y protocolos comprobables sobre las luchas de clases y la consiguiente correlación de fuerzas, para que éstas no resulten inconducentes.

 

Muchos movimientos sociales en el norte de la Argentina, desde los movimientos de la lucha contra la trata de personas, el narcotráfico, hijos y nietos de desaparecidos por la dictadura cívico-militar -impuesta en los ’70 por el imperialismo norteamericano-, movimientos de igualdad de género, trabajadores precarizados o la lucha de campesinos e indígenas por la tenencia de las tierras; actúan de manera aislada y segmentada, lo que los convierte en pequeñas células sin accionar mecánico más que un complejo tejido que traccione los diferenciales elementos de lucha. Entiéndase esto, como una lucha de clases que golpee al statu quo burgués con un solo puño.

La patología generalizada de muchos movimientos es su carácter pequeño-burgués, éstos por una falta de conciencia de clases y un programa socialista terminan degenerando, esto particularmente se ha dado en los movimientos  LGTB  donde algunos de sus dirigentes acaban en cargos públicos cooptados por las burguesías provinciales, otros ejemplos se dan en algunas direcciones indigenistas que acceden a puestos gubernamentales estériles o a candidaturas provinciales abandonando y haciendo disfuncional todo proceso de lucha. Sin lugar a dudas, hay una crisis clara de dirección. Con esto también, no hay un programa marxista que se constituya y se lleve a cabo.

La desmoralización en las bases sigue con el complejo de naturalización del estado social y político de las provincias. Aún en las bases más postergadas hay un arraigo fuerte hacia el exitismo burgués y con esto, hacia la aceptación forzada del statuo quo que las explota y somete a la pobreza, estas capas también tienden hacia el conservadurismo y una mirada reaccionaria hacia el marxismo. Esta visión reaccionaria hacia el marxismo, irrigada por las falacias de los medios hegemónicos corporativos debe gradualmente desmontarse. Mediante la explicación de los procesos, educación política y con esto, brindando herramientas ciertas para el análisis político y el empoderamiento de las bases campesinas y trabajadoras más postergadas y sentidas. Unidireccionalmente la Corriente Socialista Militante, sección argentina de la Corriente Marxista Internacional, se proyecta para ir conectando con mayor intensidad en el norte con la dinámica de lucha de diversos movimientos sociales que aparecen seccionados de lo que debiera ser una lucha unísona.

¡Es la economía, estúpido!

Esta época post-reformista en Sudamérica, ha fortalecido a las derechas regionales y la injerencia obscena del Departamento de Estado de Estados Unidos y los capitales financieros internacionales en los activos provinciales (desde los minerales, hidrocarburos hasta la concentración y control de los territorios), este proceso giratorio se lleva a cabo mediante la colocación de deuda provincial y la consiguiente concesión y entrega a largo plazo de los recursos naturales como respaldo. Esta filosofía del desarrollismo, tramada por la Escuela de Gobierno de Harvard, y arraigada en la gestión pública de la dirigencia burguesa en los Estados provinciales ha acentuado los niveles de desigualdad social, pobreza y mortalidad en provincias ricas en activos. Sin embargo, cuando la discusión es y debe ser política, y la economía es una rama de las ciencias sociales con la elasticidad que caracteriza en cierta forma, a las mismas. Es blandida la economía, como un latiguillo abstracto y dogmático para naturalizar y explicar la desigualdad y la concentración de los medios de producción: ¡Es la economía, estúpido!

Las masas obreras y campesinas tienen que advertir estas construcciones falaces y forzosas, que llevan a la naturalización del sistema y a la desmoralización de cualquier lucha. Es este tiempo, tiempo de resistencia, de aprendizaje de lecciones pasadas, no de desmoralización. Unificar las luchas, es entender que esta es una lucha de clases, de un tejido que se comprime y tracciona mecánicamente en conjunto, sin perder nunca la visión internacionalista. Solo el socialismo es camino cierto para la verdadera victoria y condena a muerte del capitalismo y sus engendros.