La burguesía de la provincia de Salta, como otras del norte argentino se encuentran enraizadas fuertemente a la burguesía porteña: con esto, son naturales actores y defensores de la concentración de la tierra y los modelos de producción altamente extractivos, el establecimiento del Estado agro-exportador y la industrialización, subyacente a este; la subordinación al imperialismo norteamericano –otrora al Imperio británico- y la defensa a ultranza de la libre empresa.
Bajo la umbrela imperialista, dieron continuidad a la conquista y colonización de los territorios: la apropiación de materias primas, el usufructo y parasitismo constante. Así, se fundaron los Ingenios Azucareros, la industria del vino, las actividades pecuarias extensivas como la ganadería tropical, la fruticultura, la forestal y la naciente industria tabacalera. El Estado argentino, joven aún, en manos de la otra burguesía: un segmento porteño más acotado y vanguardista, que procuraba la nacionalización y el control de los recursos naturales en manos de la Nación. Mediante lo cual, implicaba tener potestad sobre las provincias.
Se vio de pronto enfrentado con el statu quo de la Argentina profunda, sobretodo en el norte del país, donde en esta nueva conformación social y política entre una transición desdibujada de feudo y oligarquía; los dueños de la tierra iban por la apropiación del subsuelo de los territorios, y por ende de sus yacimientos.
Había nacido Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF, 3 de junio de 1922), Fundada como empresa estatal en 1922 durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen, convirtiéndose en la primera gran petrolera verticalmente integrada del mundo. Su ideólogo y primer director fue el coronel Enrique Mosconi. Los gobernadores alzaban la voz en pos de las autonomías provinciales, del control y libre determinación sobre los recursos, pero ante masas populares, con bajo nivel de desarrollo y empobrecidas estructuralmente; lo que defendían era el interés burgués sobre los yacimientos hidrocarburíferos, el control de la economía, la ganancia y con esto, la libre negociación y entrega del recurso para las petroleras norteamericanas. Esto, sin injerencia alguna, o minimizada hasta la casi inexistencia de medidas por parte del Estado Nacional.
Burguesías provinciales, capitalismo y pobreza estructural
El posterior advenimiento del peronismo, en el que se combinarían el sindicalismo anterior a 1943 impulsado por la masiva inmigración europea, las nuevas migraciones internas del siglo XX, la sustitución de importaciones desarrollada ampliamente a partir de 1930 y el auge de las empresas estatales desarrolladas desde la década de 1920. El peronismo se había instalado en un momento de crisis mundial capitalista, en donde la crisis estructural del sistema había llevado a la segunda conflagración mundial entre las potencias más relevantes del mundo. El fenómeno del peronismo no fue privativo de Argentina, sino es expresión de dicha crisis mundial y su expresión nacional, compartidos por el APRA del Perú, el MNR de Bolivia o Nasser en Egipto del ’56.
Fue así, que muchos recalcitrantes burgueses anti-peronistas, tuvieron la suficiente plasticidad y pragmatismo político para aglutinarse a los nuevos tiempos, con la aceptación claro está del propio Peronismo. Entonces, los Romero ligados al narcotráfico, el lavado de activos y la expoliación hasta la extinción del banco provincial de Salta, se establecieron en dirigentes peronistas que gobernaron durante alrededor de 30 años en la provincia. De este entramado de saqueo y desfinanciamiento provincial aprovechando los nuevos aires menemistas, surgió el banquero Jorge Brito con el Banco Macro. Pronto fue radiando a lo largo y ancho del país, a costa de blanqueo de capitales y el desguace de los estados provinciales.
La alta concentración de las tierras y el desbarate constante de las arcas estatales, explica también la inequidad social con las álgidas tasas de pobreza, malnutrición y mortalidad infantil en el Norte. Aún, cuandodiscursivamente se esgrime desde los medios de comunicación –pertenecientes a las burguesías provinciales, y lobbys de las transnacionales de los agro-negocios o mineras-, un bajo nivel de desarrollo de los territorios y por ende con ello, la pretensión de explicar los niveles de pobreza y mortalidad y no, como una cuestión de raíz sistémica capitalista. Lo que se persigue en realidad, es abogar por una mayor concentración de la tierra y la riqueza, control pleno de la economía en pos del desarrollismo que precariza la mano obrera y fagocita para el capitalismo financiero, los territorios de comunidades campesinas y aborígenes.
En este marco se fueron fundando los Urtubey, quienes nacieron en el seno de la oligarquía porteña y se establecieron con posteridad en Salta. Rodolfo Urtubey, fallecido ya, fue un juez federal con vínculos no del todo esclarecidos con la última dictadura cívico-militar y con los Romero. Murió sin ser siquiera investigado. Los hijos se desarrollaron a costa de ser prestadores de servicios para el Estado provincial, en los intestinos del siniestro romerismo que gobernara la provincia en los años oscuros de la década del 90 al año 2007. Prontamente los Urtubey, terminaron con gran pragmatismo en establecerse como funcionarios peronistas. Con tres mandatos en su haber, Juan M. Urtubey, va posicionando de a poco a su hermano José Urtubey, como potencial futuro gobernador de la provincia. Mientras el actual gobernador, coquetea con la posibilidad de ser futuro presidente argentino. También, discurrieron en la inercia de los años pasados del peronismo kirchnerista y sus prevendas sociales, para colocar a otro Urtubey (Rodolfo, hijo) en el Senado Nacional. En esta arquitectura, la última pieza en ser movida fue la creación de una Universidad Provincial de Administración Pública (UPAP). Mediante la cual, se educa en gobernanza y gestión pública naturalizando el capitalismo, como forma aceptada y científica de manejo estatal. Dando así, los Urtubey, conferencias magistrales sobre gestión y administración. Lo que deja de ser una paradoja para convertirse en un insulto manifiesto hacia las masas obreras populares empobrecidas de la provincia con algunos de los peores índices de Sudamérica. Esta forma de adoctrinamiento y naturalización de la concentración y la opresión de las masas, nace de la filosofía de las Escuelas de Gobierno de la Universidad de Harvard. Las masas obreras y campesinas deben advertir esta construcción falaz y forzosa que se termina por aceptar y legitimar, en pos de la búsqueda de un Estado eficaz. Solamente el socialismo es camino cierto a la expropiación sin pago de los grandes latifundios y agro-negocios, única manera de lograr la verdadera democracia y el desarrollo sostenible del postergado Norte argentino.