Como ya indicamos en previos artículos, el derribo de un avión de combate ruso en Siria por parte del ejército turco fue claramente una provocación del Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Su objetivo era romper la alianza formada entre Rusia y Occidente con respecto a Siria.
Ha conseguido lo contrario, al dejar aislada aún más a Turquía y acercar a las principales potencias mundiales entre sí, mientras Turquía y Arabia Saudita han quedado a un lado.
Tras el derribo del avión ruso, los dirigentes de la OTAN reconocieron rápidamente el derecho de Turquía a defender su espacio aéreo, al mismo tiempo que también pidieron a Rusia y Turquía que rebajaran la tensión. “Moderación” ha sido la expresión en boga utilizada por los principales líderes mundiales.
Mientras tanto, los medios de comunicación han ido publicando una serie de mensajes filtrados y comentarios no oficiales, que muestran la oposición de Occidente a las acciones de Erdogan. Particularmente interesantes fueron los comentarios del ex teniente general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Tom McInerney, quien en una entrevista para Fox News dijo que la acción turca fue un “gran error”. Recalcó que la travesía a través del espacio aéreo turco habría durado unos 20-40 segundos como máximo y en una trayectoria hacia Siria. Por lo tanto, deduce que el derribo del avión tuvo que haber sido programado.
McInerney declaró que nunca había hecho nada parecido mientras él era comandante del NORAD (Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial) en Alaska: “ese avión no estaba haciendo ninguna maniobra para atacar el territorio. Probablemente sobrepasó los límites, eso es verdad. Pero no lo derribas sólo por eso”.
A la pregunta del presentador acerca de una posible reacción de la OTAN ante una provocación intencionada por parte de Rusia, dijo que él pensaba que “había sido una provocación intencionada por parte de Erdogan” y señaló que “Turquía era una nación muy secular convertida por [Erdogan] en una sociedad islámica con la ley de la Sharia, etc …” También planteó la idea de que Erdogan pudiera tener una agenda oculta, es decir, provocar a Rusia y a la OTAN para entrar en otro conflicto como en Ucrania, del que cree que Estados Unidos puede prescindir. Dijo que la mayoría de los ataques turcos se han realizado contra los kurdos y que él no confía en Erdogan. (Ver la entrevista completa aquí)
Aunque estas declaraciones provienen de una fuente no oficial retirada, el hecho de haber aparecido en Fox News es claramente un mensaje para mostrar el verdadero pensamiento de la clase dominante de Estados Unidos. Extraoficialmente, Estados Unidos también hizo declaraciones a la agencia Reuters, según las cuales no creía que el jet ruso se encontrara en el espacio aéreo turco cuando fue derribado, lo que significa que están en desacuerdo con la explicación oficial de Erdogan.
Rusia y el campo de batalla sirio
Está claro que la intervención de Rusia en Siria ha aumentado la presión sobre Turquía, Arabia Saudita y las milicias aliadas, en particular, los grupos de Al Qaeda y sus grupos auxiliares que operan en las provincias del norte de Latakia, Idlib y Alepo. En las últimas semanas, estos grupos han recibido sus primeros reveses importantes desde hace un año ante el avance de las fuerzas sirias, iraníes y de Hezbolá, bajo el apoyo de los ataques aéreos rusos. De hecho, el avión ruso que fue derribado era parte de una campaña contra una milicia Turcomana, Alwiya al-Ashar, que ha servido de conducto de armas, dinero y municiones procedentes de la CIA y fuentes turco-árabes destinadas a las fuerzas de combate de Al Qaeda alineadas en el noroeste de Siria y sus aliados.
Mientras tanto, desde el punto de vista de Estados Unidos y sus aliados occidentales, la intervención rusa se ha tomado como una oportunidad para poner fin a la guerra insostenible que está desestabilizando a toda la región. Se puso de manifiesto después de los atentados de París, tras los cuales la ONU aprobó una resolución unánime pidiendo un esfuerzo internacional para derrotar a todos los grupos islamistas en Siria – incluyendo a los mencionados anteriormente.
Esto se vio claramente como una amenaza contra Turquía y Arabia Saudita, dos regímenes que han invertido una gran cantidad de recursos, así como el prestigio y el “capital político”, en estas intervenciones imperialistas. Especialmente, el plan propuesto por Francia para establecer una coalición de fuerzas junto con Rusia e Irán fue visto como una amenaza contra estos regimenes, ya que puede significar la pérdida de su influencia en Siria y de toda la región.
Esa es la razón por la que han atacado. Sin embargo, no sólo han arremetido contra Rusia, sino también contra los grupos de apoyo occidentales. Durante las últimas semanas, han aumentado los enfrentamientos entre los grupos de Al Qaeda y los grupos pertenecientes a las recién formadas Fuerzas Democráticas Sirias – SDF, en sus siglas en inglés (un grupo respaldado por EEUU constituido por las YPG kurdas –Unidades de Protección Popular – y el dudoso, pero no yihadista, FSA – Ejército Libre de Siria).
Al tiempo que el Jabhat Al-Nusra amenaza con atacar el cantón kurdo de Afrin, otros grupos cercanos a esta filial de Al Qaeda en Siria atacaron posiciones de Jaish al-Thuwur, que forma parte de las SDF en el norte de Aleppo. Rusia, en cambio, se embarcó en una serie de ataques aéreos en el norte de Alepo, con el fin de perturbar el comercio a través de Turquía, algunos de los cuales fueron en defensa de Jaish al-Thuwur. Por primera vez, cazas rusos han dado apoyo aéreo a milicias apoyadas por EEUU en lucha contra los grupos de Al Qaeda respaldados por Turquía. El resultado, aparte de causar grandes daños en las ciudades fronterizas importantes de Azaz y Manbij, fue la toma de las SDF de la aldea de Malikiye, que estaba bajo control de Ahrar al-Sham y Jabhat Al-Nusra. Asimismo se ha iniciado una campaña por el pequeño enclave kurdo de Sheij Meqsud cerca de Alepo central, para cortar las líneas de suministro de Jabhat al-Nusra en la ciudad.
Al mismo tiempo, Putin utilizó el derribo del caza para poner en marcha su sistema de defensa antimisiles S-400 en Siria. Es uno de los sistemas de defensa más avanzados –si no el más avanzado– del mundo, lo que le da a Putin el pleno control sobre la mayor parte del espacio aéreo sirio. A raíz de la provocación de Erdogan, los americanos no pueden hacer otra cosa, salvo aceptar esta medida agresiva que significa que cualquier avión que sobrevuele el espacio aéreo sirio podría ser atacado por este sistema.
Los imperialistas encuentran un terreno común
Como hemos visto, el derribo del caza ruso fue un acto desesperado por parte de Erdogan para detener la incipiente coalición, y que lejos de haberlo fortalecido, lo ha debilitado. Contrariamente a los deseos de Erdogan, el Presidente de Francia, François Hollande, ha insistido en su llamamiento a una coalición internacional más amplia, en particular, después de una visita a Moscú. Reiterando sus objetivos comunes en Siria, Hollande dijo lo siguiente en una conferencia de prensa conjunta con el Presidente ruso, Vladimir Putin:
“En primer lugar, se intensificará el intercambio de los servicios de inteligencia y de cualquier otra información entre nuestros militares.”
“En segundo lugar, los ataques al Isis se intensificarán y formarán parte de una campaña coordinada con el fin de hacerlos más eficientes.”
“Tercero, y el señor Putin también hizo hincapié en esto, debemos centrar nuestros ataques aéreos sobre el Isis y otros grupos terroristas.”
Además, el actual Ministro de Asuntos Exteriores francés, Laurent Fabius, hablando sobre la solución al conflicto de Siria, dijo que “se requieren dos tipos de medidas: los bombardeos y las tropas sobre el terreno, que podrían incluir a las fuerzas del Ejército Libre de Siria, las fuerzas árabes sunitas y — ¿por qué no? — las fuerzas del régimen”.
Está claro que las potencias imperialistas del mundo han llegado a un acuerdo sobre cómo proceder en Siria en el próximo período. Mientras que Rusia quiere defender su posición en Siria y usar la guerra civil para mantener su posición como gran potencia, los imperialistas occidentales se dan cuenta de que su táctica de confiar en milicias islamistas para luchar contra el ISIS no funcionará. Como no pueden, por razones políticas y económicas, enviar tropas sobre el terreno, se ven obligados a depender de Rusia, Irán y Hezbolá.
Los acontecimientos que estamos viviendo son un reflejo de los límites y las debilidades del imperialismo de Estados Unidos. La derrota en Irak y Afganistán ha hecho imposible que Obama pueda intervenir directamente en Siria e Irak hoy en día, lo que significa que está obligado a confiar en Irán y Rusia, mientras que los aliados tradicionales de Estados Unidos se están convirtiendo en una carga. La agresión de Erdogan contra Rusia simplemente puso la realidad en consonancia con este cambio subyacente en el equilibrio de fuerzas.
El apoyo hipócrita que Occidente dio a los rebeldes llamados “moderados” de Siria ha sido puesto de manifiesto, ya que ahora están dando la espalda a esos mismos “moderados”. Hoy, uno de esos grupos, la Brigada de Al Fatah, que tomó las armas en 2012, reveló su verdadero cariz al unirse a la rama de Al Qaeda, Ahrar al-Sham. Estos grupos, que no fueron sino la fachada oficial a través de la cual la CIA podía transferir recursos a los islamistas, están perdiendo su razón de ser – es decir, un medio de desviar armas a los supuestos islamistas “moderados” – lo que significa que no es necesario seguir fingiendo.
Incluso sobre la cuestión de terminar con el gobierno de Bashar al-Assad, muchos de los gobiernos burgueses más inteligentes están cambiando de postura. Después de cuatro años de erosión del aparato del Estado, que estaba ya sumamente centralizado, ha aumentado la importancia de la figura de Bashar al-Assad como la única fuerza capaz de mantener la unidad. Quitar a Assad ahora significaría el colapso del Estado sirio y una réplica del caos que convirtió a Iraq en un “Estado fallido” y una fuente de inestabilidad. Por lo tanto, por el momento, Occidente está dispuesta a dejar la cuestión de Assad a un lado, aunque, por supuesto, a largo plazo podría cambiar. Pero, por ahora, el hombre que los gobiernos británico, francés y norteamericano querían eliminar no hace tanto tiempo atrás, ¡se ha convertido en un aliado de facto!
Todo esto, de concretarse, significaría una derrota importante para Turquía y Arabia Saudita que han invertido fuertemente en derrocar a Assad y dominar Siria a través de sus intermediarios islamistas. Para estos regímenes, que están en una profunda crisis, tal derrota podría acentuar sus contradicciones internas, allanando el camino para su caída. Por esta razón, están actuando desesperadamente y probablemente continuarán haciéndolo.
El movimiento genuino de la juventud contra Assad, a comienzos de la revolución Siria, fue rápidamente sobrepasado por las fuerzas reaccionarias islamistas – bajo el apoyo del imperialismo de Estados Unidos. Los imperialistas no pudieron intervenir directamente contra las revoluciones egipcia y tunecina. Pero en Libia y Siria vieron la oportunidad de intervenir. Bombardearon Libia y, en Siria, respaldaron a las fuerzas reaccionarias. En ambos países, los imperialistas han creado un caos en la situación, e incitado conflictos étnicos, tribales y religiosos.
El resultado de todo esto ha provocado la división de Libia, Siria e Irak. En Irak, la ocupación de Estados Unidos seguida por un gobierno chiíta, que sembró la discriminación contra los sunitas, sentó las bases para el surgimiento del ISIS que utilizó el descontento sunita hacia el gobierno de Bagdad. En Irak, los kurdos se han hecho con una región – “autónoma” – independiente de facto. En Siria, los kurdos también han tomado el control de su propia región, con autonomía de facto del régimen de Assad. Esto ahora también se está produciendo en Turquía. De hecho, ha socavado los cimientos de todos los Estados de Oriente Medio, desafiando las antiguas fronteras de la época colonial.
Este es el resultado de la injerencia imperialista en los asuntos internos de todos estos países de Oriente Medio. Tony Blair ha llegado a admitir incluso – en un raro momento de lucidez – que la guerra en Irak ¡puede haber tenido algo que ver con el ascenso del Estado Islámico! Los imperialistas se apresuran para aliarse con Putin – al que no hace mucho tiempo atrás lo consideraban una persona non grata, después de los acontecimientos en Ucrania – para tratar de limpiar el desorden que ellos mismos crearon. Pero la intervención no va a resolver nada.
Como siempre hemos explicado, la tarea de derrocar a los déspotas que rigen y gobiernan todavía en Oriente Medio, pertenece a los pueblos de esos países. La única manera de detener el descenso de la región aún más en la barbarie es que los trabajadores se subleven contra sus explotadores, tanto nacionales como internacionales.