Desde la Corriente Socialista Militante repudiamos la represión policial del 24 de agosto en la provincia de Tucumán, como así mismo reclamamos la inmediata libertad de los compañeros del Partido Obrero detenidos, entre ellos José Kobak, candidato a delegado comunal por Los Ralos.
Las maniobras de desestabilización que se vieron en la provincia forman parte de una ardid de desgaste enmarcado en la campaña presidencial de octubre. Utilizando el terrorismo mediático y a sus títeres políticos Macri, Massa y Stolbizer, los sectores más rancios de la burguesía intentan generar un ambiente de desorden social en la provincia para que se extienda al resto del país, y afectar las posibilidades electorales del kirchnerismo.
En cada una de las provincias donde la oposición de derecha cayó derrotada la táctica fue similar. Denunciar fraude y echar un manto de sospechas sobre los comicios, a la vez que nada se decía en las provincias que ganaban y festejaban entre globos.
Estos intentos de desestabilizar al país se irán incrementando a medida que nos acerquemos a las elecciones presidenciales. La cadena mediática continental de la derecha más rancia de la burguesía, se encuentra funcionando a toda máquina y los intereses de esta facción, tiene sus voceros locales en Laura Alonso, Elisa Carrió y Patricia Bullrich operando en el mismo sentido.
No es casual que sea en Tucumán donde funciono la Asamblea del año XIII, donde se abolió la esclavitud y se declaró la Independencia. Este desorden social resulta por demás de simbólico ya que la oposición alega estar librando una batalla contra “la dictadura K”.
Lamentablemente, las organizaciones que se referencian en el kirchnerismo se encuentran nuevamente paralizadas ante la reacción, debido al verticalismo que las estructura y rige. Hasta la fecha ninguna movilización o respuesta política ha sido impulsada ya que esto depende exclusivamente de las órdenes que lleguen desde los altos dirigentes del Estado.
Desde nuestra Corriente política, consideramos que es necesario organizar una respuesta popular, que tenga su expresión en una masiva movilización para cerrarle el paso a la derecha desestabilizadora que juega en las calles.
Por su parte, los dirigentes que se referencian en el Frente de Izquierda han librado un papel de muleta por izquierda, de los sectores más vetustos al sumarse a la campaña de desestabilización denunciando el fraude y caracterizando las movilizaciones impulsadas desde las usinas mediáticas como “Tucumanazo”.
El infantilismo severo que atraviesa a estas camarillas de “izquierda” los lleva a desarrollar un análisis esquemático y abstracto que evidencia una ruptura con las preocupaciones y el ambiente general de las masas, renunciando a la necesidad del Frente Único con las bases que se reivindican kirchneristas y sus simpatizantes.
Haciendo un fetichismo de la independencia de clase, desprecian los movimientos reales surgidos al calor de la lucha de clases.
Desde la Corriente Socialista Militante, impulsamos y luchamos por la más amplia independencia de clase, pero esto no niega en absoluto la obligación de los marxistas de participar dentro del movimiento de masas donde esté presente la clase trabajadora, aunque tenga una dirección reformista.
La independencia de clase no puede ser simplemente proclamada. La independencia debe expresarse en el programa y en la lucha ideológica contra los sectores reformistas, pero debe tener una expresión concreta en la lucha de clases que implica defender la independencia política de la clase obrera frente a los patrones, el imperialismo y sus representantes políticos, al mismo tiempo que se participa de los movimientos de masas buscando conectar con el ambiente para establecer una lucha política que pueda ser escuchada por los sectores más avanzados.
De lo que se trata, es de conectar con el movimiento real, con sus sentimientos y su consciencia.
La dirigencia que hoy comanda esta “izquierda” será impotente para construir algo que los vincule con el sentimiento general de los trabajadores y la juventud, debido a su sectarismo congénito. Pero no tenemos dudas que los mejores compañeros, los más sensibles, que están haciendo una experiencia con estas organizaciones y dirigentes, terminarán rompiendo con sus políticas y el microclima interno y nos encontraremos allí donde se dirima realmente la situación política y no al margen de la historia.