Este conflicto terminó por constituirse en un caso testigo de la definición de la tasa de ganancia obtenida por el capital monopolista ligado a la industria alimentaria y de la participación que en la generación de la misma tienen los trabajadores del sector cuya productividad en los últimos tiempos creció en un 39 % por encima del primer trimestre del 2002. Tras siete meses de reclamos de aumento salarial y de desarrollar en las últimas 48 hs. un paro por tiempo indeterminado con movilización, los 4los 410 obreros aceiteros de la empresa Molinos Río de la Plata votaron a favor de aceptar la propuesta salarial que le formulara la patronal y el ministro de trabajo de la Nación.
¡SALDO POSITIVO PARA LA CLASE OBRERA EN SU CONJUNTO
Este conflicto terminó por constituirse en un caso testigo de la definición de la tasa de ganancia obtenida por el capital monopolista ligado a la industria alimentaria y de la participación que en la generación de la misma tienen los trabajadores del sector cuya productividad en los últimos tiempos creció en un 39 % por encima del primer trimestre del 2002. Tras siete meses de reclamos de aumento salarial y de desarrollar en las últimas 48 hs. un paro por tiempo indeterminado con movilización, los 410 obreros aceiteros de la empresa Molinos Río de la Plata votaron a favor de aceptar la propuesta salarial que le formulara la patronal y el ministro de trabajo de la Nación .
Lo aceptado por los obreros supone un incremento de 400 pesos remunerativos más los 100 pesos que otorga por decreto el gobierno, suma esta que se incluirá al aguinaldo con el agregado de tickets, retroactivos y una gratifiación de 1.400 pesos pagadera en cuotas durante el curso del corriente año. De esta forma los obreros aceiteros pasaran de un salario de 800 pesos a uno de 1450.
Es destacable que en ambas plantas de la empresa (Avellaneda -Bs. As.- y Rosario) se desarrollaron simultáneamente las asambleas que debían votar la propuesta y se utilizó un sistema de comunicación por el que las intervenciones de los compañeros de una planta podían ser oídas en el mismo momento por los de la otra, y que los miembros de ambas comisiones internas se abstuvieron de emitir opinión para no influir en la determinación de las bases según así lo dejaron planteado al inicio del encuentro.
Una de las claves fundamentales en la definición del conflicto de modo favorable para los intereses de los trabajadores fue la unidad y el grado de movilización evidenciado en las últimas jornadas de lucha donde se impuso la moción del paro por tiempo indeterminado hasta obtener lo reclamado. También llegados a este punto es necesario decir que la victoria obtenida, pese a la mejora material que representa, deja algunos puntos sin definición que no dan por terminado de manera concluyente el conflicto ya que el salario básico del sector sigue bajo y los montos del aumento en gran parte suponen cifras no integrativas de la remuneración sino adicionales no computados en el plano de los aportes jubilatorios y de obra social.
Para el conjunto de la militancia la enseñanza primaria del conflicto, en el marco de la conflictividad creciente que se aprecia en la zona del gran Rosario es mostrar a esta lucha como un ejemplo a seguir destacando la necesidad de coordinar todas y cada una de las batallas que se emprenden contra las expresiones más visibles de la explotación a la que nos somete el capital, que se revela incapaz de solucionar nuestros problemas.
Es necesario avanzar en la comprensión por parte de la mayoría de los trabajadores de que existe la necesidad de luchar por un cambio profundo de las estructuras de esta sociedad en la que en el mejor de los casos subsistimos, alertando de que lo que hoy conseguimos sacarle al capital, los burgueses, empleando los métodos más disímiles, mañana buscarán quitarnos. Para que esto no suceda, se impone expropiar a los grandes capitalistas, controlando las herramientas de producción y distribución de la riqueza que generamos con nuestro esfuerzo cotidiano. En ese objetivo estratégico la lucha sindical reconoce el límite que fija su naturaleza puramente reivindicativa y debe ser complementada con la construcción de nuestra propia herramienta política. Los delegados, los miembros de comisiones internas, los que asumen actitudes combativas desde posiciones dirigenciales más elevadas en los sindicatos, los trabajadores, y los jóvenes debemos aunar nuestros esfuerzos cotidianos para hacer realidad este objetivo.