El acuerdo del Eurogrupo del viernes pasado equivale a la capitulación del gobierno al chantaje de la Troika. El acuerdo prevé una prórroga de cuatro meses, no simplemente del “contrato de préstamo”, sino, según se dice explícitamente, del “programa”, es decir, del propio Memorándum [el programa de ajuste].
Más aún, el acuerdo contiene una disposición insultante que no sólo prohíbe toda “acción unilateral” por parte del gobierno griego que entre en conflicto con el memorándum, sino que también prohíbe al gobierno tomar cualquiera medida – como las del programa con que fue elegido por el pueblo griego – sin el acuerdo de los acreedores.
De hecho, el acuerdo requiere que el lunes 23 de febrero [de hoy], (en tan sólo tres días), el gobierno griego presente una lista con todos los costes de las “reformas” que estén dentro del espíritu del Memorándum. El gobierno griego tendría que someterse al proceso humillante de tener que someter esta lista de medidas a una evaluación de sus tutores-acreedores.
Además, lo que también se acordó es que a finales de abril, y tras sucesivas evaluaciones por parte de la Troika, se decidiría si va a haber un nuevo programa para Grecia y cuál podría ser su contenido. No hay nada en el acuerdo actual, tal como está, que sugiera que el contenido de un acuerdo post-abril será una clara ruptura con los memorandos y con la austeridad extrema.
Lo que es más, en el marco del reciente acuerdo, el Gobierno griego se compromete a conseguir metas de superávit primario. Sin embargo, el acuerdo no prevé ninguna relajación de los objetivos cuantitativos irreales existentes. Por otra parte, el gobierno parece haber de hecho aceptado la viabilidad y el pago regular de la insoportable deuda, sin ningún compromiso específico por parte de la Troika en lo que respecta a proporcionar financiación para el próximo período.
Esto plantea dudas en cuanto a dónde encontrar los fondos necesarios para las necesidades fundamentales del Estado, y la forma en que se puede evitar una suspensión de pagos de la deuda. Por último, la solicitud del gobierno de disponer libremente del resto del préstamo – administrado por el Fondo de Estabilidad Financiera Helénica – que se recibió en el año 2012 para suministrar liquidez al sistema bancario griego, ha sido rechazada.
¿Cuál es el significado político de todo esto? Carece de toda base que el gobierno griego sugiera siquiera, y mucho menos reclamar, que los memorandos han sido eliminados y que la troika ya no va a participar en nuestros asuntos. Es precisamente lo contrario lo que ha tenido lugar, y mientras más intenten los apologistas del gobierno insistir y presentarlo como lo contrario, más se agravará la sensación de decepción y desaprobación de las masas trabajadoras. Con la firma del acuerdo de la prórroga del viernes, el gobierno griego no sólo ha contradicho el mandato que recibió de la clase obrera y de las capas más pobres de la sociedad en la jornada electoral, sino que también ha contradicho su propio programa de gobierno que había presentado, y que fue aprobado por el Parlamento griego hace unos días. El acuerdo del viernes equivale a una rendición incondicional del gobierno ante la Troika sin ningún beneficio discernible de sustancia alguna.
Hasta el punto de la conclusión del reciente acuerdo en el Eurogrupo, lo que ha quedado muy claro es que todo el proceso de “negociación” con los acreedores de Grecia como un medio de terminar con la austeridad y los Memorandos ha resultado ser un fiasco total. Como nosotros, los comunistas de SYRIZA, habíamos estado explicando pacientemente durante algún tiempo – y los acontecimientos recientes lo dejan claro – no hay posibilidad real de negociar con éxito en beneficio de los trabajadores griegos.
Lo que es más, sería cada vez más difícil para el gobierno griego intentar negociar con los acreedores en el futuro, después de su retirada desordenada del viernes. El gobierno ha aceptado prácticamente que, para los próximos meses, el marco del Memorándum permanecerá en su lugar, así como las evaluaciones humillantes por parte de la Troika. También ha aceptado la viabilidad y el mantenimiento regular de la deuda existente.
Todo esto demuestra que hay muy poco margen de maniobra y muy poco terreno para que tengan lugar negociaciones exitosas significativas. La abolición de los memorandos y la eliminación de la supervisión de la troika son objetivos que sólo pueden lograrse a través de la “acción unilateral”, como el repudio de la deuda y la adopción de un programa socialista radical, capaz de inspirar una ola de solidaridad y una lucha política común contra la austeridad y el capitalismo por parte de los trabajadores y el movimiento obrero en toda Europa.
La Tendencia Comunista de Syriza declara su total oposición a la firma del acuerdo por parte del gobierno. Esa firma equivale a un rechazo abierto de los compromisos políticos de Syriza con el pueblo griego, y una violación de las posiciones programáticas fundamentales clave del partido. Como hemos señalado en varias ocasiones recientemente, el gobierno, tomando nota del apoyo y las exigencias de la inmensa mayoría del pueblo griego, debería haberse mantenido firme para lograr su compromiso de la abolición inmediata del Memorándum y de la austeridad, y no debería haber sacrificado el Programa de Salónica (el programa electoral del partido) bajo la presión de las tácticas de chantaje de los acreedores de Grecia. Por el contrario, el gobierno debería haber llevado a cabo ese programa virando hacia medidas socialistas para financiarlo, tales como la nacionalización de la banca y de las grandes empresas.
Hacemos un llamamiento a todos los diputados de la izquierda a votar en contra de este acuerdo inaceptable. El hecho de que le dieran un voto de confianza al gobierno no debe equipararse con ningún deber de votar a favor de las medidas propuestas por el gobierno que perjudican los intereses y derechos de las masas trabajadoras. Los diputados de izquierdas están bajo el deber fundamental de votar en contra de este tipo de propuestas en cualquier momento que se sometan a votación.
Llamamos a todos los activistas de izquierda a una lucha común y organizada por un cambio inmediato en las políticas del gobierno y de nuestro partido a favor de la adopción “unilateral” de un verdadero programa de izquierdas y socialista. Un paso fundamental en esta lucha debe ser exigir un congreso extraordinario del partido con el objetivo de un cambio inmediato no sólo en nuestras políticas actuales, sino también en la dirección.
20 de febrero de 2014.