Cambios estructurales están teniendo lugar en la economía mundial. El precio del petróleo se ha reducido drásticamente en los últimos seis meses. El precio del petróleo Brent ha caído a menos de U$S60 el barril. Esto marca una caída de cerca del 50% en el precio de U$S115 por barril en junio. Se anuncia una nueva etapa de la crisis capitalista, y su impacto se hace sentir en todo el mundo.
Christine Lagarde del FMI, le ha llamado a esto una “buena noticia para la economía global”. Pero, ¿es realmente cierto? Los precios más baratos del combustible deberían significar ahorros para el consumidor, un impulso a la demanda y estimular aún más la llamada “recuperación”.
En verdad, la caída del petróleo es parte de un cuadro más complicado. Ha sido causado principalmente por la desaceleración de la economía mundial, particularmente en China. Esta es la consecuencia de la crisis mundial de sobreproducción, que en el caso de China había sido enmascarada por los niveles históricos de intervención estatal.
U$S586 mil millones se bombearon a la economía China en 2009 como parte de un gran paquete de estímulo, con el fin de “mantener las ruedas girando”. Se lanzaron grandes proyectos de infraestructura que mantuvieron el empleo y absorbieron la inversión.
Los efectos de la aventura de China en el keynesianismo están llegando a su fin. El crecimiento del PIB se ha reducido aproximadamente al 7%. Europa y Japón, dos de sus principales mercados de exportación, están en recesión y no están comprando, teniendo un efecto colateral en la producción china.
La desaceleración de la economía mundial señala una inminente nueva etapa de la crisis capitalista. Pero también tiene sus raíces en el período anterior. La caída de la demanda de petróleo también ha sido acompañada por un aumento de la oferta, en particular mediante el desarrollo de la industria del petróleo de esquistos bituminosos.
Petróleo de esquistos
El petróleo de esquistos bituminosos, incluye un método más complicado y costoso de extracción, se desarrolló en los años posteriores a la crisis de 2008, particularmente en los Estados Unidos. Desde el año 2010, veinte mil nuevos pozos se han abierto en este campo – el doble de la proporción del líder mundial del petróleo, Arabia Saudita.
La inversión de capital necesaria para la apertura de este nuevo campo vino del exceso de saturación de capital que se acumuló tras la caída financiera del 2008. Como resultado del “exceso de capacidad”, enormes franjas de capitales buscaban áreas para la inversión exterior en la industria privada. De ahí el auge de la bolsa de valores y de bienes de lujo en un período de austeridad y recesión.
El capital también encontró su camino en el desarrollo de la industria del petróleo de esquistos, que había sido considerado financieramente inviable. Sin embargo, esto resultó lucrativo en la medida que China continuó impulsando en el seguimiento de su estímulo, demandando el crudo y permitiendo un precio lo suficientemente alto como para que la inversión en el petróleo de esquistos resultara atractiva. En este período, el desarrollo de la industria del petróleo de esquistos en los EE.UU. aumentó la producción de un tercio a 9 millones de b/d (barriles por día).
Guerra comercial
El auge del petróleo estadounidense ha desatado una guerra comercial con Arabia Saudita, líder de la OPEP – el cartel de países productores de petróleo. Como los precios del petróleo comenzaron a caer este verano, debido a la fuerza menguante de la economía mundial, los saudíes decidieron embarcarse en una táctica de no reducir la producción por debajo de los ya acordados 30 millones b/d.
Bajo el capitalismo, los nuevos competidores acumulan en un mercado que está experimentando una gran demanda y donde los grandes beneficios están ahí para ser concretados. Típicamente, sin embargo, estos nuevos competidores entran con un margen competitivo y equipado con las últimas técnicas de producción. En la medida que el precio se reduce a través de la producción, los que tienen las técnicas más productivas capturarán el mercado. Si bien la exploración de petróleo de esquistos representa lo último en técnica, está lejos de ser la más rentable. Su costo de producción es más alta que la extracción tradicional, de ahí la vacilación anterior de los inversores. La caída del precio “organizado por la OPEP” va incluso por debajo del costo de producción con métodos tradicionales. Pero son los nuevos chicos americanos del petróleo de esquistos los que están siendo exprimidos.
Los saudíes han establecido paralizar deliberadamente la industria del petróleo de esquistos. Esto fue confirmado por el ministro de Petróleo de Kuwait, Ali Al-Omair (Kuwait es miembro de la OPEP), quien dijo que el mantenimiento de la producción en los niveles actuales pretende que se aferre a la cuota de mercado, incluso si eso significaba que “afectaría negativamente los precios”, según la agencia estatal de noticias de Kuwait. La OPEP está dispuesta a recibir el golpe, aún a costa de pérdidas a corto plazo.
Los saudíes se basan en U$S750 mil millones de reservas de divisas, que planean usar para soportar la guerra de precios. Los ingresos por petróleo en Arabia Saudita cuentan para el 85% de las exportaciones. A pesar de las grandes reservas a las cuales recurrir, U$S60 el barril de petróleo significa un déficit fiscal de 14% del PIB, según Moody´s. Esto significa ataques del gobierno en muchos de los programas sociales que el régimen concede bajo la presión de la Revolución Árabe en 2011.
Relaciones internacionales
Sin embargo, esto no es sólo una lucha económica, sino un juego de poder de la política internacional. El desarrollo de la extracción de petróleo de esquistos ha incrementado la cuota de producción de petróleo de EEUU en el mercado mundial, dejando a Washington más independiente de Arabia Saudita en relación con sus necesidades energéticas. Esto no es del agrado de la Casa de Saud.
Irán y Venezuela, ambos miembros de la OPEP, según informaciones, exigieron a los saudíes reducir la producción por debajo de los 30 millones de b/d acordados, ya que los dos países tienen un alto precio del petróleo con el fin de permitir un presupuesto equilibrado.
Pero los saudíes quieren mostrarse agresivos con Irán, su rival tradicional de la zona, cuya influencia ha ido creciendo. Irán ha sido cortejado recientemente por Estados Unidos y de hecho se han unido en alianza contra ISIS. Arabia Saudita quiere abrir una brecha entre los EE.UU. e Irán para paralizar la economía iraní, que necesita un precio del petróleo de U$S140 b/d para equilibrar su presupuesto. Y al llevar la producción de esquisto estadounidense hasta el punto de la ruina, los saudíes pueden traer a los EE.UU. de nuevo a su esfera de influencia.
El presidente iraní, Rouhani dijo a su gabinete el 10 de diciembre: “La principal razón para ello es una conspiración política de algunos países contra los intereses de la región y el mundo islámico y es sólo en el interés de algunos otros países”.
“Es cierto, como los saudíes plantean, que ni ellos ni la OPEP en su conjunto pueden fijar el precio. Pero ¿protestan ellos lo suficiente, mientras no hacen nada para detener la velocidad de la caída de los precios? No se trata sólo de que los productores del cartel del petróleo, donde Arabia Saudita todavía lleva la batuta, se negaran a recortar la producción en la reunión del mes pasado. Recientemente en septiembre, los saudíes estaban en realidad aumentando la oferta en un mercado saturado”.(Financial Times, 09/12/14)
Todo esto demuestra que los saudíes están jugando un juego calculado. De acuerdo con el Financial Times un alto funcionario saudita dijo al Secretario de Estado, John Kerry, este verano: “Isis es nuestra respuesta [sunita] a su apoyo a Da’wa” – Da’wa es el partido gobernante islamista chií apoyado por Irán de Irak.
Esta guerra de precios liderada por la OPEP parece estar dando buenos resultados para los saudíes. The Economist el 08/12/14 predijo una serie de quiebras de petróleo de esquistos, que se dice han estado gastando más en nuevos pozos de lo que han estado ganando por los beneficios.
La guerra de precios también está teniendo su efecto en la industria petrolera en general. Petróleo Oasis y Petróleo Goodrich, dos productores de petróleo muy endeudados, han tenido que anunciar fuertes recortes en sus gastos previstos para 2015. Conoco Phillips ha anunciado que va a recortar el gasto en un 20% el próximo año. La consultora “Aspectos Energéticos” sostiene que el 12% de la producción mundial de petróleo sería ahora “poco rentable” si se inicia con los precios actuales.
El 16/12/14 el Financial Times advirtió: “Casi U$S 1 billón de gasto correspondiente a los futuros proyectos de petróleo están en riesgo después de la dramática caída en los precios del crudo a casi U$S60 el barril, advirtió Goldman Sachs”. Goldman también advierte que los campos que representan a 2,3 millones b/d de la producción en 2020 se han vuelto poco rentables. Y esto no incluye la producción de petróleo de esquistos, con su mayor costo de producción. Las acciones de Exxon Mobil han caído 15% en los últimos seis meses, mientras que Chevron ha caído un 21% y Conoco Phillips se hundió 26% en el mismo período.
Tensiones en la economía mundial
Más allá del petróleo de esquistos y la más amplia industria de petrolera, la caída en los precios del petróleo está sacando a la superficie las tensiones fundamentales de la economía mundial. El impacto en la propia China está teniendo resultados combinados. Si bien es el cuarto mayor productor de petróleo del mundo, sus necesidades de energía son tan grandes que es también un importador de petróleo. En la última década, la producción se ha incrementado en 750.000 b/d, pero el consumo ha aumentado en 3.7 millones de b/d, lo que subraya el colosal desarrollo del capitalismo chino en el período reciente.
Las contradicciones internas en China están siendo exacerbadas. Las zonas periféricas productoras de recursos están perdiendo terreno frente a los precios más bajos del petróleo, mientras que las áreas de fabricación costeras consumidoras de energía de China se están beneficiando. Esto está incrementando la polarización y ejerciendo presión sobre algunos presupuestos estatales regionales.
Ya se han producido huelgas de los maestros en la provincia nororiental de Heilongjiang, en la frontera con Siberia, donde se encuentra el campo petrolero más importante del país. Las caídas del balance general del gobierno local han significado que ha sido incapaz de aumentar los salarios, lo que lleva a un repunte en la lucha de clases.
En Rusia, la cuenta de petróleo y gas es por más de 75% de las exportaciones del país y equivale a la mitad de sus ingresos presupuestarios. La crisis del capitalismo ruso ha llevado al gobierno a gravar el capital extranjero, golpeando a una parte de su propia burguesía que quería sacar su dinero fuera de la precaria economía rusa. “Esa campaña se ha vuelto más urgente en la medida que las sanciones occidentales, la caída de los precios del petróleo y una drástica fuga de capitales drenan las arcas del Estado”. (Financial Times, 19/11/14)
El Banco Central ruso predice la fuga de capitales de U$S 128 millones de este año, el doble que en 2013. A partir de junio hasta finales de noviembre, el rublo ruso perdió 27% de su valor. El 16/12/14 el rublo ruso sufrió su mayor caída diaria desde 1998:20% frente al dólar.
Las devaluaciones monetarias entre las economías que dependen en gran medida de las exportaciones de petróleo son una característica del actual descenso del petróleo. La caída significa que el rublo ha perdido la mitad de su valor frente al dólar este año, convirtiéndola en la peor de las principales divisas, por delante de la Hryvnia ucraniana.
En respuesta, el gobierno ruso intensificó las tasas de interés al 17% en un intento por frenar la inflación y la devaluación. El Banco Central ruso advirtió que el país podría ver un 4.5 a 4.7% de la contracción del PIB el próximo año si los precios del petróleo se mantienen en U$S60.
La caída del rublo aumenta la carga de los U$S 600 mil millones de la deuda contraída por los bancos y las compañías rusas con los acreedores extranjeros. Las sanciones occidentales impuestas como parte del conflicto sobre Ucrania significan que la dificultad de refinanciación de esta deuda se incrementa. La inflación se prevé podría llegar a 10% al final del año.
Crisis en Europa
Los efectos colaterales han afectado a Ucrania también, donde Chevron ha retirado su proyecto de petróleo de esquistos. “Con los precios del petróleo cayendo, sin grandes hallazgos geológicos en los países vecinos entrando Ucrania a ser un país de riesgo creciente debido a la guerra, así como la inestabilidad económica, está claro ahora que el tan esperado boom del petróleo de esquistos y las inversiones multimillonarias asociadas no se materializarán”., dijo Dmytro Marunich, un analista de energía de Ucrania.
Esto es parte de la fuga de capitales que se ve en Rusia, que es una respuesta a la crisis y se agrava aún más. A principios de este mes, el FMI dijo que había un déficit de U$S 15 mil millones en sus U$S 17 mil millones de rescate financiero para Ucrania. A cambio de cumplir con este déficit, los gobiernos occidentales exigirán más “reformas”, es decir, recortes a los gastos de mano de obra en Ucrania.
Como consumidor neto de petróleo, la caída de los precios del petróleo significa la caída de la inflación en la eurozona. Sin embargo, los líderes europeos esperaban una inflación más alta para erosionar las grandes deudas nacionales con las que cargan sus economías. El espectro de la deflación aún atormenta Europa, como señaló el Financial Times el 16/12/14: “Los economistas de Oxford estiman que con un precio del petróleo de U$S60 por barril, 13 países europeos verán sus tasas de inflación caer por debajo de cero, al menos temporalmente, en 2015… La UE importa el 88% de su petróleo, pero la alegría por la caída de los precios parece haber sido “silenciada”.
Y de nuevo:
“Pero el señor Draghi [presidente del Banco Central Europeo] también es sagaz para identificar los riesgos en que la UE ya teme, que la inflación sea alarmantemente baja y podría virar hacia la deflación. Muchos países han recurrido a la inflación para aliviar la carga de la deuda que detiene su poder adquisitivo. El Sr. Draghi advirtió “los bajos precios del petróleo podrían llegar a ser “incrustados” en los bajos salarios”.
En Gran Bretaña, las compañías petroleras están exigiendo reformas fiscales para fomentar la inversión, o amenazan con irse a otra parte. Malcom Web, presidente ejecutivo de Oil & Gas UK, advirtió al gobierno del Reino Unido que sin recortes de impuestos “franjas de la plataforma continental del Reino Unido será empujada a su declive terminal”. Exige dar marcha atrás con el aumento de 12 puntos porcentuales en la tasa suplementaria en el Presupuesto del 2011, que elevó la parte superior de la tasa marginal de impuestos de las compañías petroleras al 81%. La caída de los ingresos del petróleo del Mar del Norte ha llevado a pedir préstamos para el gobierno del Reino Unido. El capitalismo británico pretende subsidiar su industria petrolera mediante la adición del coste de la próxima ronda de recortes de austeridad.
En Libia, la guerra civil ha reducido a la mitad la producción de petróleo de 800.000 barriles al día, pero esto ha hecho muy poco para frenar la caída de precios. La depresión de los precios del petróleo ha llevado el déficit presupuestario a inflar hasta la mitad del PIB. Mohammed El Qorchi, del FMI dice que Libia necesita precios a partir de U$S135 en los niveles de producción actuales para equilibrar su presupuesto, muy por encima del precio actual. El 15/12/14, los intensos combates llevaron al cierre de los 350.000 barriles por día en la terminal de Es Sider, poniendo más presión sobre la economía de Libia.
Nigeria depende del petróleo para el 80% de sus ingresos. Se ha establecido un presupuesto de U$S78 el barril por día para su presupuesto del 2015, y tiene elecciones en febrero. A finales de octubre anunció, ya que los precios del petróleo cayeron, que podría vivir de los ahorros por no más de tres meses. El 08/12/14 la moneda de Nigeria, Naira, cayó a un mínimo histórico de 187 por dólar estadounidense, avivando el potencial de la inflación, que golpeará a los nigerianos pobres de la forma más brutal.
Impacto en Latinoamérica
En México, el Estado tiene planes de vender 169 bloques petroleros y gasíferos en 2015. Una característica de la quiebra del Estado, a raíz de la crisis de 2008, es la incapacidad para financiar la inversión. Otra es el aumento de la presión del capital financiero sobre los gobiernos para privatizar activos estatales.
Con enormes cantidades de capital estancados sin hacer nada debido a la falta de áreas rentables en el sector privado, el capitalismo vuelve su mirada codiciosa cada vez con más atención hacia el Estado. El petróleo mexicano ha sido propiedad del Estado durante 80 años, una ganancia del período revolucionario. Una vez más, esta forma particular de la liquidación de activos – a nivel estatal – revela la naturaleza caníbal del capitalismo en decadencia. El capitalismo ya no puede permitirse los logros del pasado y en su lugar debe recuperarlos nuevamente.
Sin embargo, este proceso está ahora en espera en México. Los planes de privatización del presidente Peña Nieto, quien la revista Time llamó a principios de 2014 el “hombre que salvó a México”, se han estancado: “… las empresas petroleras, con sus presupuestos limitados, probablemente serán más selectivas sobre lo que compiten y podría recortar sus ofertas, poniendo al gobierno bajo presión para ablandar los términos”. (Financial Times 9/12/14)
Al igual que en Ucrania, por “ablandar los términos”, el capitalismo quiere decir que para atraer la inversión hay que hacer que los trabajadores mexicanos paguen por ello: mediante la reducción de los salarios y el bienestar, así como el uso del impuesto sobre ingresos obtenidos a partir de los mexicanos ordinarios para subvencionar las inversiones de las compañías petroleras.
Con un movimiento de masas en erupción en los últimos meses, sin embargo, los trabajadores mexicanos no serán tan fáciles de pacificar con el fin de “ablandar los términos” para las compañías petroleras. El peso también se ha reducido un 10% en las últimas cuatro semanas, lo cual sólo va a avivar las llamas del movimiento de masa mexicano.
Según British Petroleum, Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo del mundo. El petróleo representa el 95% de los ingresos de exportación y la inflación anda rondando el 60%. El FMI prevé que la economía se contraerá un 3% este año. Los analistas dicen que el país puede salir adelante, siempre y cuando el petróleo no baje de los U$S80 el barril. El 11 de diciembre, la deuda venezolana superó la de Argentina, para convertirse en la más cara del mundo. El costo de asegurar la deuda de Venezuela se ha cuadruplicado desde junio.
“El colapso del Bolívar, que ha caído más de un 120% durante los últimos cuatro meses llegando a U$S178 en el mercado negro, combinado con el alza de la inflación y los rendimientos de los bonos, sugieren que Venezuela está en una crisis económica”, dice Capital Economics. Los analistas de Ecoanalítica, una consultora con sede en Caracas, estiman que el país necesita un precio del petróleo Brent por encima de U$S130 para equilibrar su presupuesto – más del doble del precio de mercado actual.
El 8 de diciembre, el dólar alcanzó su punto más alto desde la crisis financiera de 2008. Si bien la industria del petróleo de esquistos en los EE.UU. ha sido golpeada, la caída del precio del petróleo pone U$S 75 mil millones en el mercado. Es el equivalente del 0,7% del consumo total de los Estados Unidos. The Economist estima que el automovilista promedio de Estados Unidos debería ahorrar $800 al año, equivalente a un aumento salarial del 2%.
Los EE.UU. se están alejando temporalmente del resto del mundo. Sin embargo, esto no puede seguir indefinidamente en la medida que los EE.UU. está ligado al mercado mundial y no puede escapar de la órbita del agujero negro del capitalismo. “Incluso en los EE.UU., hay sensibilidad a nivel mundial de la inactividad en las economías. No es suficiente estar creciendo rápidamente si el resto del mundo no está haciendo lo mismo “, dice Gilles Moec, economista del Bank of America Merrill Lynch.
Sistema bancario
En una señal de cómo la caída en el precio del petróleo amenaza con infectar el sistema bancario y financiero, Barclays y Wells Fargo se enfrentan ahora a fuertes pérdidas en un préstamo de US $850 millones realizado a dos grupos estadounidenses de petróleo, Sabine y Forest. No pueden encontrar un comprador para el préstamo, que ahora pesa sobre los balances de los bancos.
Los bancos han estado financiando la expansión de la industria energética. Como resultado Marty Fridson, presidente de inversiones de LLF Advisors, dice que el 30% de los “bonos en riesgo” son emitidos por el sector energético. Según Barclays, los bonos de energía representan el 15% del mercado de bonos basura, frente al 4,3% de hace una década.
Debido a la débil demanda en China y Europa, algunos predicen que el precio de U$S60 (o menos) del barril de crudo llegó para quedarse. Otros están viendo la caída de petróleo y trazando paralelismos con la crisis de 2008:
“… hay un marcado paralelismo con el colapso del mercado inmobiliario estadounidense que anunciaba el inicio de la crisis financiera mundial de 2008 – y arruinó bancos en el camino. Esos prestamistas con inversión petrolera en sus libros bien pueden verse atrapados con grandes pérdidas y sufrir embargos. Pero los bancos con mayor inversión en este mercado de alto riesgo se encuentran entre los más premiados por los inversores. Wells Fargo es uno de los bancos más valorados en el mundo, disfrutando de un aumento del precio de las acciones de un 23% este año. Es tentador pensar que – al igual que los otros mimados del mercado bancario después de la crisis, en particular Standard Chartered y BNP Paribas – su caída en desgracia se ha retrasado”. (Financial Times, 16/12/14)
La caída en el petróleo ha confundido a los estrategas burgueses, que, en todo caso, habían previsto un alza en los precios del petróleo como consecuencia de los conflictos políticos y las tensiones en el Medio Oriente, África del Norte y Ucrania.
¿Quién se beneficia?
Ordinariamente una caída del precio del petróleo debe servir a los consumidores netos de combustible, tales como la zona del euro y Japón. U$S40 en la caída en el precio del petróleo representa un cambio de U$S 1.3 billones en la economía mundial de los productores a los consumidores.
Sin embargo, el panorama no es tan simple. Para los consumidores netos, el petróleo más barato amortigua la inflación. Ya en las predicciones de la UE muestran que no va a llegar a su objetivo de inflación del 2%. Cuando los Estados como la Unión Europea y Japón tienen enormes deudas en sus balances, la inflación es vista por los estrategas del capital como un mal necesario por el cual va erosionar el valor de la deuda.
En el corto plazo, el alza del dólar a expensas de otras economías perjudica a muchos de los llamados “mercados emergentes”, que tienen una gran cantidad de su deuda en dólares. Para estas economías el precio de sus deudas sólo se ha vuelto más caras.
Las economías que casi dependen totalmente de las exportaciones de petróleo, como Rusia, Venezuela e Irán, están atadas a la suerte de los precios del petróleo. Estos regímenes, para el deleite del imperialismo estadounidense en primer lugar, están destinados a ser los más afectados. A medida que el valor de estas economías cae junto con el petróleo, al mismo tiempo sus monedas se devalúan, causando el aumento de precios de las importaciones y golpea a los que se encuentran en los márgenes de la economía más gravemente.
Rusia, en particular, aparece ahora como un gigante con pies de barro en la medida que su economía entra en caída libre. Sergey Shvestov, vice gobernador del Banco Central de Rusia, dijo que la situación era crítica: “Yo no podría ni siquiera imaginar hace un año que tal cosa podría suceder, ni en mis peores pesadillas” (Financial Times, 17/12/14)
Contracorrientes y tiempos turbulentos se avecinan
A pesar de muchas contracorrientes en la economía mundial, y lo que se ha convertido en la típica reacción esquizofrénica de la burguesía, ya que se lanzan en el océano de la crisis capitalista, la edición del 16/12/2014 del Financial Times resumió la situación así:
“La caída del 40% en el precio del petróleo hasta llegar a los cerca de U$S60 el barril desde junio es, con mucho, la mayor sorpresa para la economía mundial este año. Episodios similares en el pasado nos dicen que las consecuencias pueden ser a la vez profundas y duraderas. Normalmente, los economistas le añadirán la palabra “positiva” a su lista, pero las dudas están surgiendo como nunca antes. La magnitud de la crisis del petróleo actual es difícil de predecir. “
Para los marxistas, la lectura de la economía sólo es útil en la medida que nos ayuda a entender los efectos que estos cambios tendrán en la lucha de clases. Esta nueva etapa de la crisis abre un nuevo período de lucha. El período 2008-14 ha arrasado con fuego muchas de las ilusiones que una vez se mantuvieron sobre el capitalismo. El próximo período, que promete ser aún más turbulento, pondrá a la clase obrera a nivel internacional en el camino de la revolución.
Viernes 19 de diciembre 2014