La huelga en la enseñanza secundaria ya había sido lanzada por el Sindicato de estudiantes (SE), desde el martes con una huelga de estudiantes, que fue vaciando la mayoría de los institutos a lo largo de la semana. El punto culminante, sin embargo, fue el jueves, día en el que muchas decenas de miles de padres de alumnos dejaron de llevar a sus hijos a los colegios y guarderías. En la universidad, ese fue el día determinante del paro estudiantil, con cifras muy importantes reconocidas por las propias autoridades académicas. Por ejemplo, en la Universidad de Valencia se suspendieron entre el 50% y el 90% de las clases (dependiendo de las facultades). En los principales campus de Madrid y Andalucía el seguimiento fue muy alto, según las universidades.
Es muy significativo que hasta los sindicatos docentes más corporativos y derechistas se hayan sumado al paro ayer al convocar también huelga, como el sindicato FSIE (mayoritario en la concertada), ANPE o CSIF, reflejando el tremendo descontento existente entre el profesorado, independientemente del seguimiento de la propia huelga en sí.
La jornada comenzó con la acción de los piquetes, fundamentalmente compuestos por estudiantes, que jugaron un papel importante en los centros universitarios. Ya por la mañana se registraron manifestaciones importantes en diferentes lugares. Pero fue por la tarde cuando se llevaron adelante manifestaciones de muchos centenares de miles en el conjunto del Estado.
Las manifestaciones
En Madrid la movilización fue impresionante con la asistencia de familias enteras a la manifestación, imagen que se vería repetida hasta la saciedad ciudad tras ciudad. ¿Fueron 200 o 250.000? ¿Quién puede contarlos? Fue ya bastante significativo que las oleadas no cesasen de fluir a pesar de llover durante dos veces enmedio del recorrido de la protesta.
Un grupo de 70 fascistas con banderas españolas trataron de provocar media hora antes del comienzo de la manifestación, a la altura del metro Banco de España, tratando de sumarse a la concentración, pero fueron expulsados como perros por la gente a gritos. La policía, que parecía avisada de su presencia, los apartó y se los llevó rápidamente. Este hecho revela gráficamente la debilidad de los fascistas y de la reacción en España, comparados con la fuerza de las masas en la calle.
Importante ha sido que en Euskadi haya habido un seguimiento importante pese al boicot de los nacionalistas, como pudo verse en las manifestación y concentraciones en Bilbao, tanto del miércoles como ayer mismo, así como en Donostia y Vitoria.
En mitad de la tormenta desatada por CiU, el PP, o ERC, fomentando el enfrentamiento nacional en los últimos meses, en un contexto en el que los dirigentes de los grandes sindicatos de trabajadores, UGT y CCOO, han desactivado en los últimos once meses cualquier tipo de movilización general, es muy importante que esta jornada de lucha haya vuelto a unificar a los trabajadores y jóvenes de todo el Estado para disgusto de los nacionalistas y de la derecha española. Como prueba el vídeo de abajo, nuevamente Barcelona ocupó su lugar en la lucha, con cerca de 200.000 manifestantes.
En Andalucía las manifestaciones juntaron en casi todas las capitales cifras superiores a los 10.000 participantes, destacando las de Mála y Sevilla con 20.000 cada una.
En el resto de ciudades, empezando por Zaragoza y Vigo, las manifestaciones fueron igualmente masivas. Y hubo maniestaciones hasta en los pueblos del interior de cada provincia. Sin duda, estamos hablando de una participación popular superior al millón de personas en las manifestaciones en todo el Estado.
La secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, tildó de “fracaso” la huelga e invitó a todos los sindicatos a un diálogo “real y abierto” con su ministerio. Este posible “dialogo” refleja un reconocimiento de la importancia de la protesta y de que ésta puede tener un recorrido que pueda poner contra las cuerdas al gobierno.
El ánimo de cara a la huelga (que no con respecto a la movilización) entre el profesorado ha sido, en general, peor que en mayo pasado. En un ambiente donde no existe una movilización general de la clase trabajadora, donde la ley será aprobada definictivamente y sin cambios por el Senado, no se le ve utilidad entre los profesores más conscientes a la utilidad de la huelga. Hay que decir claramente que, en general, el papel de información y de agitación de cara a la huelga, fue francamente muy limitado, no dando una mínima confianza al profesorado de que hubiera un plan de lucha válido para echar atrás la reforma del PP.
La Plataforma en Defensa de la Escuela Pública —formada por la principal asociación de padres, CEAPA, el sindicato de Estudiantes, FAEST, CC OO, FETE-UGT y STES— ha planteado movilizaciones de protesta que culminarán en las próximas semanas con una marcha por la educación en Madrid. Eso es positivo, pero hace falta mucho más que eso.
En Andalucía, Marea Verde está discutiendo una propuesta de convocar una huelga indefinida. Pero Marea Verde no puede convocar esta movilización por sí sola, y llevarla solo en Andalucía sería un desacierto importante, pues quemaría a muchos de los mejores activistas. Muchos en la comunidad educativa ven el referente que ha sido la movilización en Baleares. Pero incluso aquí, donde la huelga entre el profesorado alcanzó las tres semanas de movilización en septiembre y se recaudó más de 500.000 euros en una caja de resistencia (que sigue sumando donativos importantes), la movilización restringida a la comunidad educativa vio como no podía derrotar por sí sola al gobierno del cachorro local del PP, Bouzá.
La manifestación de 100.000 en Palma de Malllorca a fines de septiembre expresó la solidaridad del resto de trabajadores con los profesores: los trabajadores vieron en la confrontación de los docentes una oportunidad de expresar su malestar general, respondiendo cuando fueron convocados. Ello evidenciaba la necesidad de que UGT y CCOO hubiesen extendido el apoyo a esa lucha, convocando a la huelga al conjunto de la clase trabajadora balear.
Eso es lo que hace falta ahora: las manifestaciones de masas que vimos ayer revelan un malestar muy hondo, y el aislamiento social de la derecha pese a todo. También vemos el inicio de un proceso de luchas obreras muy duras con varios conflictos con huelgas indefinidas que no se daba antes (Panrico, limpieza en Madrid y Granada, Metal de Asturias y de Huelva, autobuses de Zaragoza, indisciplina sindical en Alsthom en Barcelona y Metro Ligero de Madrid Oeste, movilizaciones en Roca, manifestaciones de masas en Asturias contra el cierre de Tenneco, anuncio de la privatización de AENA, movilización contra la segmentación en 4 empresas privadas de RENFE … Los trabajadores en muchos sectores no están aceptando la situación que hay de ataques salvajes a sus convenios de trabajo. Las maniobras distraccionistas del PP con los temas catalán y ETA tienen un corto vuelo si hay una orientación y un plan coherentes y de unificación de todos los conflictos por parte de los dirigentes de UGT y CCOO.
La idea que está calando en la clase trabajadora, y también dentro del profesorado, es que hay que prepararse para conflictos muy duros y prolongados en el tiempo, de que la crisis llegó para quedarse, y que hay que pelear hasta el final por cada conquista. Es por eso que está llegándose a la conclusión de que las huelgas de un día son insuficientes, aunque sean generales. La idea de movilizaciones más contundentes y huelgas indefinidas está extendiéndose a sectores cada vez más amplios. Todo anuncia un repunte de la lucha de clases en el Estado español y un endurecimiento de la misma, que también hará poner en el orden del día la necesidad de levantar una alternativa a las actuales direcciones de UGT y CCOO que reflejen más fielmente el ambiente entre la clase, y la asunción por parte de la clase obrera y de sus organizaciones de masas de un programa político correspondiente que plantee la superación del capitalismo