El Partido Justicialista de Salta, con el oficialismo del gobernador Juan Manuel Urtubey a la cabeza, resultó ganador de las elecciones primarias legislativas provinciales, del pasado 6 de Agosto en toda la Provincia.El PJ logró 31% en senadores y 28% en diputados, lo que le permitirá mantener la mayoría en ambas cámaras.
Sin embargo, como novedad tenemos dos hechos, el sistema del voto electrónico y el más relevante de la elección, el crecimiento de la izquierda, con el segundo puesto obtenido por el Partido Obrero, logrando en las primarias, la mejor elección en su historia. Haciendo una proyección al 10 de noviembre, alcanzaría la mayoría en el Consejo de la ciudad de Salta; en las elecciones generales para definir senadores, diputados y concejales de la Provincia.
Otro de los aspectos gravitantes, es el hecho de que el álgido conservadurismo burgués del romerismo y el olmedismo (las corrientes del ex gobernador Juan Carlos Romero y el sojero liberal vinculado al romerismo, Alfredo Olmedo), obtuvieron el 21,63 % y el 19,54 % en la categoría a senadores nacionales. Quedando, en el segundo y tercer puesto, respectivamente -a nivel provincial- después del oficialismo.
Los trabajadores y los sectores más humildes de Salta, no logran prescindir aún, de estos personajes nefastos de su historia reciente. J. C. Romero, como su padre, -ex gobernador, muerto en Febrero de 1992, en un dudoso accidente de tránsito en Brasil- han gobernado directa e indirectamente la Provincia, durante aproximadamente 30 años.
Sus vínculos y qué representan
Ambos, con fuertes vínculos con el narcotráfico y el intervencionismo constante de la DEA, la agencia antidrogas norteamericana, propician el lavado de dinero, la desfinanciación permanente del estado provincial en beneficio de banqueros y corporaciones, la fiebre neoliberal privatizadora, los desplazados sin tierra, el estado parapolicial con “desapariciones” selectivas, ataques a la libertad de expresión y el establecimiento de una pobreza y una realidad socio-ambiental estructural.
Dentro de este modelo capitalista extractivista, las desforestaciones extensivas; con la concentración de la tenencia de la tierra y el uso insostenible de los recursos del bosque nativo y el suelo han provocado severos impactos en la biodiversidad provincial.
En tanto, A. Olmedo -su padre- y familia, se beneficiaron con la adjudicación de miles de hectáreas de bosques -junto al especulador capitalista George Soros- de tierras fiscales, convirtiéndose en el mayor productor individual y terrateniente de soja transgénica de la Argentina. Olmedo, es amigo personal y aliado de Romero, quien le entregó las 110 mil hectáreas de tierra -durante su gobierno- en el año 2001.
Olmedo es un fuerte lobbysta de las transnacionales de los agronegocios Monsanto y Syngenta, causando variados impactos socio ambientales en el mundo, con la siembra de semillas de oleaginosas genéticamente modificadas y el uso de hormonas alteradas en la industria láctea, y ha propuesto la deforestación masiva de más de 5 millones de hectáreas de bosques. Así mismo, se ha convertido en un referente del neoliberalismo y la derecha más reaccionaria que coopta los sectores más marginados y vulnerables mediante el método vil del clientelismo político. Con intenciones de ganar proyección como futuro gobernador, el diputado Olmedo, también ha generado revuelo por esgrimir opiniones anti-matrimonio igualitario, y por presentar un proyecto de ley para reimplantar el servicio militar obligatorio, aunque sólo para jóvenes “sin recursos y delincuentes”, de forma que la juventud se irrigue con el “respeto y educación” y “amor a la patria”, que brinda la instrucción militar-burguesa. Una muestra atroz, de torpeza y burda manipulación histórica, sin lugar a dudas.
¿Urtubey, nacional y popular?
En cuanto aUrtubey y el urtubeycismo, a pesar de alinearse discursivamente y pragmáticamente con la política “Nacional y Popular” de la presidente Cristina Fernández, no deja de ser un aparato establecido de la burguesía criolla y liberal. El modelo estatal que propone se encontraría mucho más a gusto con Macri como presidente, que con el actual modelo de Estado Nacional. Es verdad, que el gobierno Nacional de CFK en vez de establecer alianzas y hacer pie de manera sana en los sectores populares y sus dirigentes, lamentablemente ha elegido los acuerdos por arriba con el urtubeycismo.
Urtubey, como la amplia mayoría de sus funcionarios y pre-candidatos, no es más que un colectivo reciclado de antiguos resabios del romerismo. Un propulsor a rajatabla del “benchmarking” -la teoría de la competitividad empresarial de las escuelas de negocios norteamericanas-, de hecho en Salta ha puesto a competir al bosque, al suelo, sin importar el valor intrínseco de la biodiversidad ni la idiosincrasia ni cultura de los pueblos.
El medio físico, la biota, debe competir. Se debe vender y de posible, seguir extranjerizando la tierra concentrando el capital y desplazando comunidades criollas y aborígenes. El Estado provincial brinda seguridad jurídica a fuerza de su “ausencia” estatal, o de su brazo armado represor, como causa última; con la judicialización de la protesta social, lo que ha sido décadas atrás el modelo romerista.
La forma y protocolo, en que desde el Estado se manejaron los piquetes y masivas manifestaciones en el Departamento de Orán -en el norte provincial-, ante el despido de 57 trabajadores del Ingenio El Tabacal de la norteamericana Seabord Corporation en Septiembre del 2012, pintan de plano el modelo urtubeycista. El gobernador se negó a establecer un puente de diálogo con los trabajadores –zafreros- pero no escatimó esfuerzos en hacer gestiones con la Corporación en Buenos Aires. Siendo extorsionado por la multinacional, para reincorporar a los trabajadores despedidos, si Salta aceptaba a cambio, gestionar ante ENARSA (Energía Argentina S. A.) la compra de 30 megawatts de la producción del Tabacal. Resultando en el beneficio neto de la Corporación, por sobre los intereses estatales y la masa proletaria movilizada reprimida por el Estado.
Perspectivas
Es dable evaluar el descontento social que produce el PJ provincial, a pesar de tener las mejores perspectivas para las generales nacionales de octubre y provinciales de noviembre.
Hay visos de que la izquierda, representada por el PO y el MST va estableciéndose como la tercera fuerza en Salta. Esto es innegable.
Sin embargo, tal vez, vaya abriéndose un umbral en donde un colectivo de izquierda no organizada en estas fuerzas, vaya en mayor consonancia con las políticas progresistas del Estado Nacional en la medida que éste, avance en mayores conquistas. Sin quedarse en el mero sectarismo y el facilismo de la crítica gratuita, muchas veces consciente -e inconscientemente- funcional a la derecha más reaccionaria y los poderes fácticos. Entonces, puede que luego de crudas décadas de letargo liberal, Salta pueda despertar y sumarse visceralmente a la transformación vivida en el país, durante esta última década.