4 años de gobierno de izquierda en El Salvador ¿ganaremos las próximas elecciones?

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Falta un año para que finalice el primer gobierno de izquierda en El Salvador, el gobierno del cambio, y menos de 10 meses para las elecciones presidenciales del próximo año. El resultado de esas elecciones está íntimamente unido al éxito o fracaso de la actual gestión gubernamental.

 Su primer examen fueron las elecciones para alcaldes y diputados del año pasado.  El resultado, como es sabido por todos, fue una derrota para nuestro partido (Ver http://www.bloquepopularjuvenil.org/elecciones-el-salvador-2012), En aquel momento explicamos que ese resultado reflejó la desilusión de buena parte de la población con el partido y el gobierno.  Uno esperaría que a estas alturas la perspectiva fuera diferente o por lo menos que la tendencia fuera al alza.  Al valorar las últimas encuestas, eso no está claro:

¿Si las elecciones fueran el próximo domingo, por cuál  partido político votaría usted?

 

FMLN

ARENA

GANA

fecha de realización

UCA (IUDOP)

44.1

25

12.9

9 al 16 de mayo

UTEC (CIOPS)

26.6

29.1

11.7

17 al 19 de mayo

LPG datos

27.5

26.3

13.7

24 al 28 de mayo

 

Estos datos son contradictorios: a diferencia de la encuestas de la UCA que le da una amplia ventaja al FMLN, las otras muestran un empate o mejor dicho, no hay una preferencia bien definida.  Las encuestas hay que verlas como herramientas que nos ayudan a medir la opinión de la gente en un momento determinado, sin embargo debemos tener claro que la opinión pública puede cambiar de un día para otro.  Además son susceptibles de ser manipuladas pero, no hay que caer en el absurdo de descalificar las que no nos favorecen y aprobar las que sí.  Debemos hacer, en cambio, un análisis serio y sincero para comprender lo que esta pasando y sacar las conclusiones correctas.

En su informe de cuatro años presentado a la Asamblea Legislativa, el presidente Funes expresó que las políticas sociales son el “sello esencial de nuestra gestión”.  Los paquetes escolares, el mantenimiento de los subsidios al gas y la electricidad, la entrega de miles de escrituras a familias campesinas pobres, entre otras cosas, han permitido que la mayoría de la gente tenga una opinión favorable hacia el gobierno y nadie puede negar que a pesar de la crisis este gobierno ha hecho un gran esfuerzo para ayudar a la gente más pobre del país.  Sin embargo, los problemas fundamentales del pueblo no han sido resueltos: los bajos salarios, el desempleo y la delincuencia, entre otros.  

La crisis económica ha marcado este periodo presidencial, somos el país con menos crecimiento económico de Centroamérica. Este año la CEPAL dice que el país crecerá 2%.  Siendo un país pequeño, dolarizado, con una industria débil y muy dependiente de la economía de EEUU, somos muy vulnerables a los impactos de la crisis mundial del capitalismo.  Dejando a un lado Panamá, que tiene el canal, la economía de los demás países de Centroamérica es muy similar, la diferencia relevante con El Salvador es la dolarización; sin lugar a dudas es una camisa de fuerza que mantiene anclada la economía.  Esto obliga al gobierno a continuar con el círculo vicioso de la deuda. Todos los programas sociales, incluyendo el programa estrella de los paquetes escolares, se mantienen a puro préstamos y eso no garantiza su mantenimiento en el tiempo y por eso observamos las presiones para que se focalicen, lo que implica disminuirlos.

Esto lo vemos con el gas propano el cual su primera focalización afectó a los negocios de subsistencia: tortilleras, pupuseras, comedores y otros; ahora están implementando una nueva focalización que nos afectará a todos.  Se escuchan muchas opiniones sobre cómo romper con el bajo crecimiento económico, pero nadie tiene respuesta.  Depende en gran medida de la recuperación de la economía mundial y de los EEUU en particular y ahí está el problema, hace unos días el presidente de la FED expresó que la economía estadounidense ha salido de cuidados intensivos, pero aún continúa enferma.  Es una ilusión pensar que se romperá dentro de poco con la tendencia a la baja de la economía de El Salvador, si continuamos aplicando las mismas políticas económicas del actual gobierno.  

Cuando la enfermedad es grave, el tratamiento debe serlo también.  El próximo gobierno debe tomar medidas fuertes como acabar con la dolarización, aumentar el salario mínimo a $300.00, sumarse al ALBA, entre otras.  De otra forma será difícil salir del agujero en que nos encontramos.  Es obvio que estas propuestas nos traerán el ataque de las fuerzas de derecha, internas como externas, pero eso es lo más normal del mundo.  También se alejarán muchos “aliados” o como dicen los dirigentes de nuestro partido “fuerzas democráticas”.  

La idea de buscar aliados que nos permitan llegar y mantener el gobierno para continuar con los cambios lentos pero seguros parece una idea muy atractiva, pero es engañosa.  Estos aliados, fuerzas democráticas, burguesía progresista o como se les llame, en realidad son un freno contrarrevolucionario.  Tal y como lo reconoce el mismo Sánchez Cerén en su libro FMLN EN EL GOBIERNO: “Téngase en cuenta que la coalición gubernamental está integrada por un conjunto de fuerzas políticas y sociales que tienen objetivos y visiones diferentes de cara al futuro.  Esa diversidad fue importante para el triunfo electoral porque atrajo el apoyo de amplios sectores y porque permitió vencer el miedo al triunfo electoral de la izquierda que la oligarquía históricamente le inculcó al pueblo, pero, una vez en el gobierno, la convergencia de esas fuerzas y el establecimiento de un orden de prioridades se convirtió en un desafío, porque la visión de cada fuerza política y de la persona que lo representa en el gabinete son determinantes en la proyección de los ministerios que ocupan”.

Más adelante expresa que “En este gabinete, el FMLN colocó a sus cuadros en las carteras encargadas de la política social, con el propósito de materializar las transformaciones contenidas en su programa electoral, pero las carteras económicas, de las cuales depende la asignación de recursos al área social, están en manos de otras fuerzas políticas.”  Está claro que el FMLN no tiene ningún control sobre el actual gobierno.  Puede sugerir, presionar o negociar pero la última palabra la tienen las “fuerzas democráticas” formadas principalmente por intelectuales pequeñoburgueses liderados por Mauricio Funes, apoyado por uno que otro empresario.  

A largo plazo todos  vamos a estar muertos dijo Keynes una vez.  Pensar que el pueblo puede esperar 20 o 30 años para que su situación cambie es en verdad una tontería que sólo se les puede ocurrir a los políticos de izquierda que han capitulado ante el capitalismo.

 Esperamos que el programa de gobierno del FMLN -que se presentará dentro de poco- contenga propuestas que realmente resuelvan nuestros problemas fundamentales.

Todos queremos el buen vivir, pero esto no se logrará con buenas intenciones o frases vacías sobre la paz y la felicidad sino con acciones concretas que nos permitan ganar el apoyo de la clase obrera y de las demás capas oprimidas del campo y la ciudad.

¡Por un programa de gobierno revolucionario y socialista!

¡Por una política en beneficio de la clase trabajadora!