En la madrugada del 2 al 3 de julio asistimos a otra vuelta en el nudo del torniquete con el que los países imperialistas quieren apretar a los gobiernos que se oponen a sus políticas, y que representan la expresión, en mayor o menos medida, de las masas movilizadas, ya sea el gobierno ecuatoriano, cubano, venezolano, o, en este caso, el gobierno boliviano encabezado por Evo Morales.
Diferentes países europeos se negaron a que el avión presidencial del presidente Evo Morales circulase por sus respectivos espacios aéreos, ante la mera sospecha de que transportaba al agente Snowden, que valientemente denunció los abusos de la CIA y del gobierno norteamericano en sus políticas de espionaje. Se pretendía humillar al gobierno boliviano, inspeccionando su avión, como si de un delincuente se tratase.
El coordinador federal de Izquierda Unida de Espña, Cayo Lara, remitió ayer una carta dirigida al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, en la que en nombre de IU le traslada “nuestro repudio y rechazo absoluto” tras haber tenido un conocimiento inicial “de la intolerable situación a la que se ha visto abocado el presidente de Bolivia, Evo Morales, por la que se ha visto obligado a realizar una escala en la ciudad austríaca de Viena debido a la negativa inicial de varios países europeos, entre ellos España, de permitirle sobrevolar el espacio aéreo” de estos países.
El gobierno defensor de los intereses de los capitalistas españoles, el gobierno del PP de Mariano Rajoy, se negó también en un primer momento a que el avión del presidente Evo sobrevolase el espacio aéreo español, uniéndose al resto de políticos proimperialistas europeos.
Nada nuevo para el gobierno español actual, continuador de la política del rey Borbón Juan Carlos I del Por qué no te callas, en la época de su antecesor Zapatero, que le espetó el actual monarca al desgraciadamente desaparecido Hugo Chávez, cuando este último explicó hace años la política de saqueo a que fue sometida Latinoamérica por parte de las multinacionales (en particular, las españolas).
Finalmente, la presión de las organizaciones de izquierda como IU, el escándalo internacional, y el descrédito de toda esta sucia maniobra obligaron a rectificar al propio Mariano Rajoy, eso sí, después de quedar en evidencia, aunque el presidente Morales ha denunciado que las autoridades españolas han intentado registrar su avión –a pesar de que cuenta con inmunidad internacional-.
El presidente Evo Morales, correctamente, declaró nada más llegar a Bolivia: “algunos países deberían liberarse del Imperio”. Esto pasa porque las organizaciones populares y de los trabajadores obliguemos a los gobiernos de izquierda que se presentan como tales, a aplicar una genuina política socialista que rompa, no sólo con la sumisión diplomática en los aspectos centrales internacionales a las principales potencias (que, a veces pueden tener ciertas diferencias entre sí), sino a romper con los intereses de los capitalistas nacionales, en todos los aspectos de política nacional, que están ligados con los intereses internacionales de la clase trabajadora y de los oprimidos a nivel internacional.
