El sufrimiento del pueblo de Paquistán es enormemente desconocido en Occidente. Un velo de silencio ha sido cuidadosamente tendido sobre el número de personas que son asesinadas todos los días por los drones norteamericanos [aviones de combate no tripulados] y los talibanes asesinos. Pero recientemente se levantó una pequeña esquina de la cortina como resultado de un acontecimiento particularmente espantoso.
Ayer [9 de octubre], Malala Yousafazi, de 14 años, fue brutalmente tiroteada por hombres armados cuando volvía a su casa desde la escuela. Asesinos enmascarados subieron a un autobús lleno de niños aterrados, la identificaron, y le dispararon a quemarropa en la cabeza y en el cuello.
¿Quiénes son estos hombres que hacen la guerra a colegialas indefensas? Nosotros sabemos quiénes son, porque ya han admitido su culpa. Los cobardes criminales que perpetraron este vil acto no sienten la necesidad de esconderse de la opinión pública. No sienten vergüenza, porque en absoluto la tienen. Los talibanes paquistaníes han reivindicado la responsabilidad de este acto de sangriento salvajismo.
¿Qué crimen cometió esta niña que pudiera justificar que le intentaran quitar la vida? ¿Era amiga del imperialismo americano? ¿Apoyó la ocupación de Afganistán? ¿Estaba del lado del gobierno de Paquistán y de su ejército?
No, ella no era ninguna de esas cosas. Al contrario, Malala estaba al lado del pueblo oprimido de Paquistán y de Afganistán, y de cualquier otro país. Era enemiga del imperialismo, de los terratenientes y del capitalismo. Ella defendía la causa de la libertad, del progreso y del socialismo. Y por eso han tratado de llevarse su joven e inocente vida.
Swat devastada
Puede que en ningún otro sitio de Paquistán el sufrimiento del pueblo paquistaní haya sido tan grande como en el área montañosa conocida como Swat. El valle de Swat es un sitio pintoresco que era famoso por su música y su tolerancia. Solía ser un destino pedilecto de vacaciones y de lunas de miel. Ahora ha sido devastado por una guerra que se caracteriza por el mayor salvajismo en todos los bandos.
Por su proximidad con Afganistán, esta bonita región ha sido sumergida en una guerra sangrienta en la cual el ejército de Paquistán, los talibanes, y el imperialismo de EE.UU. han rivalizado entre sí para conseguir dominarla.
Primero, los talibanes tomaron el control. Hicieron la vida un infierno para la gente de Swat, obligando a los hombres a dejarse la barba, decapitando a sus oponentes, imponiendo como ley la Shariá [Ley Islámica] y otras medidas reaccionarias para mantener a las masas en un estado de ignorancia y analfabetismo en el cual podrían ser dominadas más fácilmente por los mullahs y los fanáticos religiosos.
En un incidente, los talibanes mataron a catorce personas en un pueblo y colgaron sus cuerpos de árboles como aviso. Sólo dos personas se atrevieron a enterrar los cuerpos. Luego empezaron a organizar la resistencia a los terroristas, y son hoy miembros de la Corriente Marxista Internacional (CMI).
A pesar de todas las dificultades y peligros, los camaradas de la CMI de Swat organizaron una escuela marxista muy exitosa este verano, del 13 al 15 de julio.
La escuela contó con la presencia de más de 225 camaradas de todo el país. También estuvo presente la compañera Malala Yousafzai, quién habló en los debates. Estaba llena de confianza y de entusiasmo en la justa causa por la que estaba luchando.
Ahora, menos de tres meses después, está luchando por su vida en una sala de cuidados intensivos en un hospital de Peshawar, con una bala alojada en su cuerpo.
Naturaleza reaccionaria de los talibanes
Hay algunos en Occidente que se consideran “de izquierda” que piensan que es correcto apoyar a los talibanes, porque presuntamente “luchan contra el imperialismo”. Aquí tenemos ignorancia y cinismo combinados en iguales proporciones.
Los talibanes y otras organizaciones reaccionarias parecidas nunca fueron anti-imperialistas. En el pasado, fueron patrocinados, armados y financiados por el imperialismo, que los usó como una herramienta contra el ejército soviético en Afganistán. Entonces los medios occidentales los describían como “luchadores por la libertad”. Ahora los describen como terroristas. De hecho, eran terroristas contrarrevolucionarios entonces y son terroristas contrarrevolucionarios ahora.
Movimientos reaccionarios como los talibanes están íntimamente ligados a los terratenientes y capitalistas. Defienden los intereses, no los de los pobres, sino los de los ricos mercaderes, prestamistas, terratenientes y traficantes de drogas. Es un secreto a voces que son financiados, armados, y, en gran medida, controlados por elementos del Estado paquistaní y de su célebre servicio de inteligencia, el ISI.
El motivo por el que se oponen a la presencia norteamericana en Afghanistán es porque sus jefes del ISI buscan convertir Afganistán en una colonia de Paquistán. Esto no representaría un avance para el sufrido pueblo de Afganistán, sólo el cambio de un brutal opresor extranjero por otro.
La lucha contra el imperialismo sólo puede ser exitosa si está dirigida por los trabajadores bajo la guía de un partido marxista revolucionario. El verdadero camino para derrotar a los imperialistas es extirpar sus puntos de apoyo –los corruptos terratenientes y capitalistas. La lucha contra los opresores extranjeros sólo puede ser exitosa si está unida al derrocamiento de los terratenientes y del capitalismo.
Los marxistas paquistaníes han expuesto consistentemente las estrechas conexiones entre los fundamentalistas islámicos y el Estado paquistaní. Eso les ha hecho ganarse el odio inmortal de los talibanes, quienes temen, correctamente, que la expansión de la influencia del marxismo revolucionario les esté socavando.
En Swat, nuestros camaradas han organizado a las masas locales contra estos reaccionarios. Como resultado, muchos camaradas han sido víctimas del terrorismo fundamentalista. Un camarada recibió ocho balazos de un rifle G-3. Los camaradas informaron que “sólo su fuerza de voluntad y el odio a un Estado represor y a los talibanes contrarrevolucionarios le mantuvieron con vida”.
Heroísmo de Malala
Después de los horrores de la ocupacción de los talibanes, el ejército Paquistaní barrió el valle provocando violencia. Esa ofensiva desarraigó aproximadamente a 1,2 millones de habitantes de Swat. El ejército también ha sido culpable de abusos a los derechos humanos, incluyendo el asesinato, la tortura y la matanza de prisioneros. La gente común, como es habitual, quedó atrapada en medio.
Los contrarrevolucionarios talibanes se oponian especialmente a que las mujeres jugaran un papel que no fuese otro que el de esclavas domésticas. Querian impedir que las niñas fueran a la escuela. Tal era el odio fanático a la educación, que destruyeron escuelas y asesinaron maestros. El padre de Malala era el director de la última escuela para chicas en ser cerrada.
Durante la ocupación del Swat por los talibanes en 2009, Malala, con 11 años, habló claramente contra de la clausura de las escuelas para chicas. En un tiempo en el que los políticos cobardes de Islamabad estaban ocupados apaciguando a los talibanes, ella habló claro en su contra. Escribió un blog para la BBC en lengua urdú (idioma de Paquistán, nota del traductor) bajo un pseudónimo. Posteriormente continuó hablando en contra de los talibanes, lo cual supuso un gran acto de valentía por su parte. Comenzaron a amenazarla, pero ella continuó con su lucha desafiante, que adquirió un carácter cada vez más consciente y político.
Los dirigentes talibanes difundieron información falsa, acusándola de ser pro-Obama y pro-occidental. Eso es mentira. A pesar de que estaba fundamentalmente opuesta a los talibanes contrarrevolucionarios, la camarada Malala también se opuso al imperialismo de EE.UU. y al corrupto regimen burgués de Paquistán. Sus simpatías están puestas en una dirección completamente diferente: con el socialismo revolucionario y el interacionalismo.
Por supuesto, en este punto convenía a la burguesía que alguien como ella expusiera los crímenes de los talibanes, le dieron el premio nacional de la paz en 2011. Pero entonces las fuentes burguesas fueron callando sobre sus actividades. Las nuevas informaciones sobre su intento de asesinato hacen referencia indirectamente a su creciente interés en la política, pero no dicen en que consistía esta política. De hecho, ella era simpatizante de la CMI.
Esto no es difícil de entender. En la actualidad, la sección paquistaní de la CMI es la única fuerza de izquierda organizada en Swat. En los últimos años nuestras filas aumentaron por una afluencia de antiguos miembros del Partido Comunista que han permanecido leales a las ideas de Marx y Lenin, y que continúan luchando por el socialismo a pesar de todos los peligros.
El informe de la escuela marxista en Swat, que publicamos en marxist.com, concluía: “Esta escuela nos ha dado gran energía y fortaleza para luchar por las ideas del socialismo científico que pueden proporcionar una alternativa al fundamentalismo religioso y al liberalismo burgués.”
Un portavoz talibán, Ehsnaullah Ehsan, confirmó por teléfono que Malala había sido el objetivo, calificando a su cruzada por los derechos educativos como una “obscenidad”. La verdadera obscenidad es una sociedad basada en la esclavitud de millones de obreros yde campesinos, y tratar a las mujeres como esclavas de esclavos. La obscenidad real es el trabajo infantil y el analfabetismo, la pobreza, la enfermedad y la ignorancia. Y estas son precisamente las cosas que los talibanes desean perpetuar.
Malala es una de muchos destacados compañeros jóvenes que buscan una vía de escape del infernal punto muerto actual escogiendo un camino revolucionario. Al hacerlo era bien consciente de los riesgos. Estaba preparada para poner su vida en peligro para luchar por un derecho humano como la educación. Y ha pagado un alto precio.
Cada trabajador con conciencia de clase en el mundo sentirá profundamente la tragedia de una joven baleada a sangre fría por un cobarde asesino, por el “crimen” de demandar derechos para las mujeres. Nuestros corazones sangran por el sufrimiento de su familia, amigos y camaradas. Deseamos fervientemente su recuperación.
Este perverso ataque no nos disuadirá de nuestra tarea. Exponer la infamia y la crueldad de nuestros enemigos, que son solamente la esencia destilada de la infamia y de la crueldad de la sociedad que engendró a esos monstruos, fortalecerá nuestra resolución para continuar la lucha por la cual la camarada Malala hizo un sacrificio tan grande.
Ahora más que nunca la única elección para la humanidad es: socialismo o barbarie. Es una elección entre las fuerzas de la oscuridad y de la luz, entre la ignorancia y el conocimiento, entre el salvajismo y la civilización. Es una elección fácil de hacer, y Malala la hizo. Que su vida y su coraje sean un ejemplo para todos nosotros.
- ¡Abajo los asesinos contrarrevolucionarios! ¡Abajo el imperialismo!
- Luchemos por la justicia para todos, por una vida libre de ignorancia, violencia y opresión.
- Demos un paso más en la lucha por un futuro mejor en un mundo socialista.
10 de Octubre de 2012