Bolivia: Todos a las marchas de la COB: ¡el pueblo ha decidido, Colquiri es del Estado!

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Declaración de la CMI en apoyo a la movilización nacional por la nacionalización de Colquiri convocada por la COB.

En junio pasado integrantes de la Cooperativa 26 de Febrero avasallan el yacimiento minero de Colquiri, en aquel entonces operado por la multinacional Sinchi Wayra. Un histórico cabildo de la población de Colquiri determina exigir al gobierno la nacionalización del yacimiento y la incorporación a COMIBOL de todos los cooperativistas que así lo deseen. Los acuerdos que llevaron a la promulgación del decreto de nacionalización preveían la concesión de la sola veta El Rosario a una Cooperativa cuyos afiliados, en su aplastante mayoría, se incorporaban a COMIBOL.

La promulgación del DS 1337 borraba todo lo anterior otorgando a la cooperativa las vetas Rosario “D” y “N”, que corresponden a más de un 60% del entero yacimiento, lo cual quiere decir legalizar el avasallamiento contra las decisiones del pueblo de Colquiri y en desmedro de los intereses de todos los bolivianos, ya que las cooperativas son exentas del pago de impuestos mientras la minería estatal aporta a las arcas del Estado tres veces más que su participación a la producción. El actual conflicto es responsabilidad entera de una política de apoyo indiscriminado al sector cooperativista, política que, a la cabeza del Ministro Virreira, contradice la voluntad popular y por esto es rotundamente rechazada.

El cerco a La Paz realizado por los afiliados a FENCOMIN es, para el gobierno, expresión de “intereses ocultos” que se fortalecerían al “nacionalizar el conflicto” más allá de Colquiri. En realidad las razones por las cuales se llevó el conflicto a la sede de gobierno son muy simples. En primer lugar porque es absolutamente evidente que en Colquiri la Cooperativa no representa a nadie y, frente a la toma de las bocaminas por los asalariados de COMIBOL en armas, no tiene ninguna posibilidad de tomar posesión de las vetas disputadas.

Los mismos compañeros del sindicato minero de Colquiri han probado ante las autoridades una serie innumerable de irregularidades en la lista actual de los afiliados a la Cooperativa, nombres duplicados, fallecidos, menores de edad etc. Por su parte los dirigentes de la Cooperativa 26 de Febrero han exigido al gobierno nada menos que la militarización del centro minero, militarización que históricamente fue utilizada por las dictaduras y los “barones del estaño”. Esto lo dice todo sobre la naturaleza de estos señores y como se han definitivamente alejado del espíritu del cooperativismo.

Han “nacionalizado el conflicto” para que el gobierno les haga más concesiones y frene o debilite las nacionalizaciones que desde Colquiri a Mallku Qota se han implementado en los últimos meses. Han obtenido un repudio nacional. La COB llama a la movilización, mientras otras organizaciones como los interculturales etc., han aprobado resoluciones a favor de la nacionalización del 100% del yacimiento de Colquiri. El gobierno ahora debe sacar las conclusiones correspondientes.

El conflicto en Colquiri enseña que la unidad popular se forja exclusivamente en el combate común al enriquecimiento particular y los privilegios. Son las nacionalizaciones lo que ha permitido la emisión de bonos a favor del pueblo y no así los acuerdos políticos que privilegian a un sector. El pueblo debe ratificar que esta es la política que le exige al gobierno, participando masivamente en las marchas convocadas por la Central Obrera Boliviana y las CODes en todo el país.

El apoyo material, financiero y técnico a las cooperativas mineras es sostenible solo si estas cumplen con estrictos requisitos en materia laboral (abrogando trabajo a destajo y de segunda mano) y normas jurídicas que impidan que estas se conviertan en empresas. Sobre todo se pueden y deben apoyar a las cooperativas solo a partir de una política clara y definitiva de nacionalización de todos los recursos e incentivos orientados a las comunidades y las cooperativas mineras para que estas se sumen al sistema estatal de producción (COMIBOL) y generación de empleos. En ausencia de estas políticas continuarán inevitablemente el saqueo, los avasallamientos y los conflictos.

Colquiri demuestra que cuando el Estado mismo, condicionado por cálculos políticos, marcha en contra de sus propios intereses y de los intereses del pueblo pobre, solo los trabajadores pueden defender estos intereses. Sin la movilización de los trabajadores de Colquiri una cooperativa sin recursos económicos y por esto posiblemente utilizada por empresarios nacionales o extranjeros, hubiera ganado una concesión que antes no tenía en desmedro de las necesidades insatisfechas del pueblo por trabajo, educación, salud y vivienda que solo con la nacionalización pueden ser atendidas. Es por esto que desde Colquiri la batalla de los trabajadores debe ser por el control obrero sobre la producción, contra burocracia, corrupción, y en defensa de intereses generales.

Finalmente Colquiri enseña a todos los que nos reivindicamos a la Agenda de Octubre que esta no se ha agotado, que la batalla por la completa nacionalización e industrialización de nuestros recursos sigue en pie. Pero la Agenda de Octubre no puede ser simplemente reivindicada como un fetiche. Vive solo si podemos hacerla vivir en luchas concretas que articulen movilizaciones y alianzas populares.

¡VIVA LA MARCHA DE LA COB!

¡VIVA LA NACIONALIZACIÓN DEL 100% DE COLQUIRI!