Las medidas económicas “sugeridas” por el FMI han comenzado a sentirse. Tras el anuncio del ejecutivo de reducir el subsidio, las voces de alarma y protesta por parte de los empresarios del transporte colectivo no se han echo esperar, en palabras de Genaro Ramírez presidente de AEAS, esto es el inicio de otra batalla por la permanencia de su status en la sociedad: “Nosotros somos siempre los afectados por las decisiones del gobierno, porque no se meten con las gaseras, las telefonías o las distribuidoras de energía, porque saben que con ellos no pueden”.
Aunque este empresario ya no representa a la mayoría de transportistas, sus palabras reflejan muy bien el estado de ánimo de ellos. En la práctica, los planes de ajuste económico dictados por el FMI son una presión para que se disminuya el déficit fiscal. Lo que se traduce en poca o ninguna inversión social por parte del Estado y dedicar estos recursos para pagar cuestiones que en el capitalismo se consideran mas importantes, como el pago de la deuda externa del país (que según FUSADES asciende a $13,232.8 millones). En todo el mundo las consecuencias de las exigencia del FMI a los gobiernos han recaído sobre la clase trabajadora, que en este caso somos quienes utilizamos diariamente el transporte colectivo.
Esto será un estira y encoge entre el gobierno y estos propietarios, por un lado el gobierno tratando de ahorrar para pagar a los organismos financieros internacionales y, por el otro lado, los voraces de siempre tratando de que sus ganancias sigan entrando íntegras a sus bolsillos. Los empresarios de buses, no se quedarán de brazos cruzados, no cederán un centímetro sin antes haber dado la pelea por resguardar sus intereses. Aunque tanto el gobierno como los empresarios plantean que no quieren afectar a los trabajadores, las opciones son concretas: o el gobierno continúa dando el subsidio como siempre o lo disminuye a la mitad, tal como pretende con las consecuencias nefastas para la clase trabajadora.
Lo experimentado con estos ajustes, ya lo previmos en el periodo previo a las elecciones presidenciales, que el programa reformista en el cual se apoyaría el partido y trataría de ejecutar desde el gobierno chocaría tarde o temprano con los efectos de la crisis, es decir, falta de presupuesto para echar andar programas sociales considerados puntos claves. Dado el estado en que los gobiernos de ARENA dejaron las finanzas públicas luego de años de endeudamiento, saqueo y el robo más descarado.
El gobierno está muy presionado para continuar focalizando los subsidios (gas, electricidad, etc.) No porque sea malo sino por su situación financiera muy precaria y la crisis del capitalismo lo empuja cada vez más a esa situación. Las palabras del Sr. Presidente de no permitir que los transportistas incrementen la tarifa del pasaje no parecen calmar las ansias de las masas, al contrario parece incrementar la ansiedad y la incertidumbre en el horizonte. Las masas comenzaran a incomodarse. Los pobres de este país esperaran que el FMLN tome una postura clara y dé una alternativa al clamor de la gente al plantear el regreso del control del estado de empresas que fueron privatizadas y la nacionalización de sectores claves de la economía del país. Muchos gobiernos progresistas de Latinoamérica han dado y están dando pasos importantes en esa dirección como Venezuela y, más recientemente, Argentina con la nacionalización de la YPF.
La nacionalización plantea el restarle poder a la burguesía sobre esas áreas fundamentales de la economía, y el camino a seguir sería el control obrero, organización y planificación de la producción. Ante el incremento del pasaje los marxistas aglutinados en el BPJ-CMI exigimos que en vez de disminuir el subsidio al transporte se deje de pagar la deuda externa en primer lugar o, si no, la nacionalización del transporte público y puesto a funcionar bajo comités de chóferes o motoristas donde tomen decisiones democráticamente. Exigimos y demandamos que se renacionalicen todas las instituciones estatales que fueron privatizadas bajo los gobiernos de ARENA: Banca, Telecomunicaciones, Distribuidoras de Energía Eléctrica, Pensiones, etc.
Si hay crisis para el pago de la deuda, exigimos el no pago de la deuda, que la paguen quienes crearon la crisis, los mismos capitalistas. No somos ningunos locos trasnochados como nos suele llamar nuestro enemigo de clase y sus lacayos, sólo pedimos que se nos devuelva lo que nos robaron estos parásitos ricachones nacionales e internacionales que saquearon al país.
¡No al alza del pasaje!
¡Nacionalización del trasporte colectivo!
¡Por el no pago de la deuda externa, que la paguen los que robaron los préstamos!