Por el derecho al aborto seguro, libre y gratuito

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El inicio de la discusión parlamentaria de un proyecto de ley que regula el derecho al aborto ha vuelto a poner de manifiesto la relevancia social de este tema que afecta, más que a nadie, a las mujeres de la clase obrera.

Esta es la tercera vez que la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito presentó en el Congreso Nacional el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo que otorga el derecho al aborto dentro de las doce semanas de gestación y lo habilita más allá de ese tiempo cuando está en riesgo la salud de la madre, para los casos de violación o graves malformaciones del feto. Este proyecto cuenta con el apoyo de cincuenta diputados.

Lo importante es que esta fue la primera vez que el proyecto fue aprobado por una comisión; concretamente la de Legislación Penal, si bien con la ausencia de la mayoría de sus integrantes, muchos de ellos kirchneristas.

Ahora, el proyecto debe pasar a las comisiones de Salud y de Familia, y recién en 2012 podría bajar al recinto. No obstante, el trámite está sólo en sus inicios y no hay garantía de que finalmente sea aprobado por el Congreso o, incluso, de que sea tratado.

 

El problema del aborto es una cuestión de clase

 

En realidad, es una falacia decir que en el país no existe el derecho al aborto. Existe, pero hay que pagarlo; resulta caro y es un muy buen negocio para decenas de clínicas. De hecho, en Argentina se producen unos 460 mil abortos clandestinos cada año, según las estadísticas oficiales. Lo que sucede es que muchas de las mujeres de la clase obrera y de los sectores más humildes no tienen el dinero para hacérselo en condiciones dignas y se ven obligadas a hacerse un aborto en condiciones pésimas de higiene, o a ponerse en manos de gente no profesional o insuficientemente preparada. Desde 1983 hasta ahora, han muerto tres mil mujeres por interrumpir su embarazo, número que coloca al aborto en la principal causa de muerte materna (Clarín, 2 de noviembre), y varias miles más quedan mutiladas o sufren severas complicaciones por las condiciones en que les practican el aborto.

En cambio, las mujeres de la burguesía o de clase media alta tienen el dinero suficiente para pagarse un aborto en las mejores condiciones o para viajar al extranjero si hace falta.

La mayoría de las encuestas revelan que la mayoría de la población está a favor del derecho al aborto. Sin embargo, la oposición fundamental viene de la derecha, de sectores de la burguesía y de la clase media acomodada, de la jerarquía eclesiástica, y de los medios de comunicación que se esfuerzan por amoldar a la opinión pública a sus intereses.

Y hay que decir que esta situación se mantiene en parte por la cobardía de un sector del oficialismo, que se ha obstinado después de 8 años en no avanzar en este tema, y de aquellos arribistas que temen por sus cargos de diputados, senadores, intendentes o concejales por el escándalo que podrían hacerle la prensa nacional y local en caso de que se posicionaran a favor del derecho al aborto.

 

Trabas al aborto no punible

 

Los argumentos de los antiabortistas son hipócritas y acientíficos. Aparte de esto, ninguna mujer aborta alegremente. Pero el problema del aborto no existiría, o sería insignificante, si existiera una buena campaña de información y orientación sexual en la sociedad desde la escuela primaria y en los barrios, con programas televisivos y radiales específicos, con la difusión masiva y gratuita, o a muy bajo precio, de anticonceptivos para adolescentes y adultos, y que fueran fácilmente accesibles.

La realidad es que aun hoy el aborto no punible -el que está autorizado por violación, malformación del feto o peligro para la vida de la madre- contemplado ya desde 1921 (Art. 86 del Código Penal), sigue siendo saboteado por la judicialización permanente de médicos, abogados, militantes católicos, y la complicidad de jueces.

Por ello es imprescindible que las mujeres trabajadoras, junto a nuestros compañeros, exijamos, con organización y lucha: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y derecho al aborto legal para no morir.