Hacia el año 1999, la enorme corrupción menemista y la debacle de la convertibilidad con sus secuelas de desocupación, inflación y endeudamiento exterior astronómico, permitieron que el reaccionario Fernando de
Gobierno de
El 10 de diciembre el clima era de esperanza, pero De la Rúa ya desde aquel primer discurso, empezó a liquidar cualquier rumbo esperanzador, prometiendo austeridad y ajuste como único remedio ante la crisis.
Apenas 7 días después de asumir (17 de diciembre de 1999), una feroz represión a un corte en el Puente Gral. Belgrano en Corrientes, debido a la situación social allí imperante, dejó un saldo de dos muertos y decenas de heridos. El comienzo del Gobierno de
En materia económica y social la situación era muy delicada: la desocupación ya superaba el 18% y subía implacablemente, el costo de vida era insufrible, el aparato productivo había sido desmantelado y la desconfianza de parte de los mercados financieros internacionales, más una voluminosa deuda externa, eran algunos de los principales temas urgentes a tratar en la agenda del gobierno.
La situación de los trabajadores era, en general, desesperante: diezmada en número, acosada por el miedo a la alta desocupación, con
El gobierno entreguista de
En febrero de 2000 grandes flujos de fondos empezaron a fugar del país, iniciando una espiral imparable de vaciamiento financiero.
Ruptura de
El 20 de octubre
Las coimas en el senado, la “banelco” que denuncia Moyano, y la aprobación de la flexibilización laboral (un empeoramiento de la ya paupérrima situación de la clase obrera) y el manejo reaccionario de la economía hacen naufragar aquel experimento de la Alianza.
Hacia fines de ese año, Machinea negocia un mega préstamo por 40.000 millones de dólares; una reestructuración de los compromisos de la deuda externa, denominada “Blindaje Financiero” para hacer frente a los vencimientos de la deuda y al agravamiento del déficit fiscal.
Ya en 2001, y renunciado Machinea como Ministro de Economía, asume López Murphy quien al anunciar más achicamiento del gasto estatal y el aumento de la recaudación con medidas como el arancelamiento universitario, pone en pie una amplia oposición sobre todo estudiantil, y renuncia tras solo 16 días. Increíblemente entonces, vuelve al Ministerio de Economía el padre de la criatura: Domingo Cavallo.
El movimiento piquetero
La crisis económica y el incremento de la desocupación industrial, sumado al rápido desprestigio del gobierno, dotó de un protagonismo muy destacado al movimiento piquetero, que protagonizó decenas de luchas, cortes de ruta y movilizaciones con decenas de miles en todo el país, destacando las provincias de Salta, Jujuy y el Gran Buenos Aires. Se formaron decenas de agrupaciones piqueteras, que respondían a diferentes agrupaciones políticas, desde peronistas hasta la izquierda, siendo las más importantes
Se aproxima la catástrofe
El 14 de octubre de 2001, la alianza pierde las elecciones legislativas y el nivel de abstención y votoblanquismo es el más alto de la historia. Destaca el buen desempeño de la izquierda, particularmente en Capital Federal, donde consigue su mejor registro con la elección de varios legisladores y diputados nacionales, como el ex-trotskista Luis Zamora, que jugaría un papel muy destacado en los meses que siguieron al Argentinazo.
El agravamiento creciente de la situación económica, con inversiones que se alejaban debido a la complicada situación política, provocó desconfianza pública en el sistema financiero. Tras el fracaso del Blindaje Financiero y el Mega canje en apenas 6 meses – que dejaron al país en bancarrota al llevar la deuda a 144.200 millones de dólares con altísimas tasas de interés y con reticencias de crédito internacional – el 1 de diciembre de 2001 Cavallo toma la decisión de introducir el “corralito”, un paquete de medidas económicas que impuso una bancarización total de la economía mediante la prohibición de extraer todo el dinero en efectivo depositado en bancos públicos y privados. Esta medida, que afectó en gran medida a las clases medias y a los trabajadores informales (el 40% de la fuerza laboral en aquellos momentos), sumó apoyos en los mercados y organismos financieros internacionales, pero la población comenzó a manifestar un enorme descontento. Era la conclusión de la estafa financiera más grande la historia moderna hasta entonces, con una enorme transferencia de dinero de la población hacia los bancos y los organismos financieros, solo faltaba el postre que vendría luego, con el salvataje a los bancos, la pesificación y devaluación, para licuar la deuda de los privados. Este ejemplo lo seguirían años más tarde en todo el mundo, y se puede decir que fue un ensayo de lo que estaba por venir en el mundo desarrollado.
El cacerolazo; el Argentinazo. Un país en rebelión y revolución
Del 12 al 15 de diciembre el Frente Nacional contra
El 13 de diciembre se decreta un paro general unificado por parte de las centrales sindicales que es el más amplio y contundente de los 7 sufridos por el gobierno de De
Frente a este panorama, el presidente decidió anunciar por cadena nacional que había decretado el estado de sitio, que suspendía las garantías constitucionales de los ciudadanos. Espontáneamente, miles de personas se lanzaron a las calles, furiosos con las medidas antidemocráticas y económicas. Pacíficamente, la población manifestó su descontento durante toda la noche, mientras la policía intentaba alejarlos de
El 20 de diciembre, segundo día del Estado de Sitio, se producen graves enfrentamientos entre manifestantes y efectivos policiales, de los cuales fueron los más violentos los que tuvieron lugar en las inmediaciones de
A las 4 de la tarde, visiblemente debilitado, el presidente pronunció un discurso por televisión convocando a la “unidad nacional” y ofreciendo al justicialismo cogobernar el país. Ante la respuesta negativa de parte de éste y la movilización popular, el reaccionario Fernando de
Sucedería a estos hechos la “semana de los 5 presidentes”, con la asunción final de Duhalde, delfín de la reacción y su única esperanza “blanca”.
Las luchas populares de diciembre de 2001 terminaron con el gobierno neoliberal de