La “muerte por mil cortes” era una forma horrorífica de tortura originada en la China Imperial que hacía desangrar lentamente a la víctima hasta la muerte. Ningún corte individual era suficiente para causar el fallecimiento, pero el efecto acumulado de la pérdida de sangre, dolor, horror y trauma de cientos de pequeños cortes sí lograban dicho efecto.
[Este artículo fue escrito a mediados de julio, cuando se dio la posibilidad de que se llegase al impago de los organismos federales norteamericanos ante la inicial falta de acuerdo entre Demócratas y Republicanos para incrementar el techo del déficit admitido por la legislación. Posteriormente la agencia de calificación Standard & Poor’s rebajó la calificación de la deuda estadounidense].
Cuando la agencia de evaluación de crédito Moody’s considera la posibilidad de rebajar la prima de riesgo de los EEUU a AAA, temiendo que los EEUU pudieran incumplir sus obligaciones de deuda, publicamos un artículo en Socialist Appeal (EEUU) sobre la futura ola de recortes masivos del gasto público en los Estados Unidos. Como señala el artículo: “los capitalistas deben imponer una nueva normalidad sobre la clase trabajadora de los EEUU. La crisis de su sistema significa que los pequeños recortes o ajustes han dejado de ser suficientes. El hacha ya ha sido afilada…”
La “muerte por mil cortes” era una forma horrorífica de tortura originada en la China Imperial que hacía desangrar lentamente a la víctima hasta la muerte. Ningún corte individual era suficiente para causar el fallecimiento, pero el efecto acumulado de la pérdida de sangre, dolor, horror y trauma de cientos de pequeños cortes sí lograban dicho efecto.
Algunos han llamado este fenómeno “normalidad progresiva”, donde pequeños, casi imperceptibles cambios producidos gradualmente en el tiempo, conducen en un determinado momento a cambios cualitativos. O como dice el refrán: “dale la mano y te tomará todo el brazo”.
De una manera similar, el Sueño Americano ha sido mermado en las últimas décadas pasadas. Un pequeño incremento en “premium” (poliza de seguro privado) en sanidad. Un pequeño aumento de salario. “401k” (cuenta de ahorros para jubilación) en vez de un sistema tradicional de pensiones. Menos días de licencia por enfermedad. Pequeños recortes en servicios sociales esenciales, empezando por Carter, continuando bajo Reagan y Bush padre, acelerándose bajo Clinton, Bush hijo y ahora Obama. El efecto acumulativo de esos “pequeños” recortes ha dejado la red de Seguridad Social por los suelos, por no hablar del promedio de calidad de vida que los estadounidenses han llegado a considerar como “normal”.
Pero esos recortes no eran más que la “punta del iceberg” como menciona el proverbio. Ahora es cuando empieza el verdadero dolor. Como hemos explicado, los capitalistas deben imponer una nueva normalidad sobre la clase obrera estadounidense. La crisis de su sistema significa que los pequeños recortes o ajustes han dejado de ser suficientes. El hacha ya ha sido afilada, e incluso programas que parecían “intocables” como Medicaid, Medicare, e incluso Social Security están bajo el punto de mira. Porque bajo el capitalismo, nada es “intocable”. Siempre y cuando haya beneficios por hacer y la clase obrera no emprenda una resistencia masiva, la Patronal siempre demandará más. Más recortes. Más concesiones. Todo en la búsqueda de más beneficio.
El tamaño de los recortes que vienen por delante es inimaginable. Los trabajadores comunes no pueden hacerse la idea del tsunami que se acerca. Todavía más asustados están los dirigentes obreros, quienes esperaban, contra toda esperanza, que podrían de alguna manera llegar a un “acuerdo de caballeros” con la Patronal y sus partidos políticos. Sin embargo, el dinero habla, y los grandes negocios tienen un control depravado sobre todos los niveles del Gobierno, sin importar cuál de los dos principales partidos esté al poder.
Muchos pensaron que Scott Walter [gobernador republicano de Wisconsin] era un anormal y particularmente despiadado representante del “Tea Party”. Pero la historia es la misma en todos los sitios: recortes, despidos, suspensiones, aumento de los costos de seguridad social y matrículas. En California, el gobernador demócrata Jerry Brown está aplicando una batería de recortes abismales. En Nueva Jersey, la oposición demócrata aplaude los recortes aplicados por el gobernador republicano. En Minnesota, una disputa por los presupuestos ha conducido a un cierre de la administración, con billones de dólares en recortes previamente concedidos a los Republicanos por el gobernador demócrata “amigo de los trabajadores”.
Esto es lo que escribimos acerca del imminente debate presupuestario en el ejemplar de enero de 2011 de Socialist Appeal:
“La Comisión bipartidista Bowles-Simpson, donde se exponían recortes drásticos en gasto social y aconsejaba un incremento de la edad de jubilación, será el modelo de referencia de los recortes por venir. Obama encontrará inevitablemente un “compromiso”, lo que significa serios recortes en nuestras ya precarias condiciones de vida. Desde la inminente batalla sobre el incremento del límite de la deuda federal a la derogación de la reforma de la sanidad, los Republicanos seguirán amenazando a los Demócratas, quienes continuarán cavando y comprometiéndose, vendiendo el futuro de millones de estadounidenses. La razón es simple: la clase dominante necesita hacer bajar los salarios y recortar en servicios sociales, y no les importa qué partido capitalista haga el trabajo.”
La perspectiva que establecimos hace seis meses ha sido completamente confirmada por los hechos. Sin embargo, el tamaño de los recortes por venir es todavía peor que los previstos por Bowles-Simpson (conocida cínicamente como comisión “comida de gato”, ya que los pobres y personas mayores deberán recurrir a alimentarse de comida para mascotas si quieren pagar el alquiler y comprar medicamentos)
Como CNN.com escribía, “Obama juega limpio, los Republicanos se fortalecen.” En otras palabras, el “poli malo” tiene ventaja sobre el “poli bueno”, y la “mano” se ha convertido en el “brazo”.
CNN.com sigue:
“Las negociaciones sobre el techo de la deuda han ascendido a una sucesión de retiros y concesiones por parte de Obama. El presidente abrió negociaciones ofreciendo 3$ de reducción de gasto por cada 1$ de suba de impuestos. Su oferta cada vez se inclina más hacia la de los Republicanos: 6$ de reducción de gasto por cada 1$ de suba de impuestos (…) Las reducciones de gasto vendrían de programas los cuales desagradan a los Republicanos, como Medicaid, más que de programas acordes a ellos, como el presupuesto agrícola. La suba de impuestos, mientras tanto, está diseñada para ser lo más aceptable posible para los Republicanos: ninguna suba en el porcentaje impositivo; sino recortar algunas de las deducciones menos defendibles en el código tributario.”
Los ricos y las corporaciones son más ricos que nunca, con menos impuestos que el trabajador promedio, y más libres de explotar lagunas jurídicas que en cualquier momento de la historia. Y todavía quieren más.
Parafraseando al Tea Party, Obama dice que el Gobierno debe “adaptarse a sus recursos”. ¡Nosotros decimos que necesita más recursos! Incluso una modesta reforma del código tributario produciría un enorme excedente en el presupuesto, pero los ricos se opondrían con uñas y dientes. Sólo un movimiento político y social de tamaño masivo, encabezado por los sindicatos y luchando en los lugares de trabajo, en los campus universitarios y en las calles, puede obtener hasta la demanda más básica.
Los Demócratas son absolutamente incapaces de combatir los enormes “recortes y concesiones” de los republicanos. Simplemente están tan atados a los grandes negocios como sus socios a la capilla.
Hemos hecho sonar el tambor “¡construyamos un partido obrero!” durante años, pero la necesidad nunca ha sido más urgente. La recogida de 1,3 millones de firmas hecha en Ohio para llevar a cabo un referéndum sobre la legislación contra los trabajadores del sector público en la votación de noviembre es solo un ejemplo de cómo el movimiento puede movilizar sus fuerzas para construir tal partido.
Nos dicen que no hay dinero para un programa masivo de obras públicas útiles. Mientras, el ejército gasta 400$ en un simple galón de gasolina en Afghanistán y 1 millón de dólares al año en mantener cada soldado estacionado allí. Nos dicen que no hay dinero para sanidad y educación, y ahora el Pentágono gasta la increíble suma de 20,2 billones de dólares en aire acondicionado solo en Irak y Afghanistán. Eso es más que el presupuesto entero de la NASA y más de lo que costó limpiar el derrame de petróleo en la Costa del Golfo de México.
En Minnesota, los Republicanos llamaron fanfarrón al gobernador y provocaron un cierre administrativo. No se puede dudar que también llamarán así a Obama, dando lugar a una suspensión de pagos del Gobierno de los EEUU, lo cual haría parecer una suspensión de Grecia como una fiesta en el jardín. Puede parecer imposible que Wall Street dejara las cosas ir tan lejos, pero la clase dominante debe renovar el Gobierno Federal y lo que los ciudadanos esperan de él. Quieren hacer retroceder las agujas del reloj hasta 100 años antes o más, para exprimir todavía más a los trabajadores mientras pagan lo menos posible en retribución, y no les importa usar un poco (o mucho) de dolor para adquirir sus metas.
Pero los capitalistas hacen caso omiso, en perjuicio propio, al principio marxista de que las condiciones determinan la consciencia. Así como las condiciones hace 100 años desembocaron en un poderoso contraataque por parte de la clase obrera, éste también será el caso en un futuro no muy distante. Explosiones tremendas de la lucha de clases se dibujan en el horizonte: ¡A los trabajadores no les queda otra opción!
Las bases materiales para el Sueño Americano están siendo completamente socavadas. Y a medida que las ilusiones en este cuento de hadas sigan erosionándose, también lo harán las ilusiones en el propio sistema capitalista. Esto proporcionará un suelo enormemente fértil para las ideas del marxismo revolucionario y el socialismo, ya que los trabajadores no solo buscan una explicación a la crisis, sino una vía para salir de ella.
¡El momento del contraataque es ahora! ¡No a los recortes bipartidistas! ¡No a las concesiones! ¡Construyamos un partido obrero! ¡Luchemos por el socialismo!
Fuente: Socialist Appeal (EEUU)
Traducción. Lucha de clases (Estado español)