Fracaso de la visita del Papa a España

0
172

La visita del Papa a Barcelona terminó en fracaso de asistencia para la Iglesia. El arzobispado esperaba 500.000 personas en las calles de Barcelona, vitoreando al Papa. Para ello movilizó a toda su base activa, y a autobuses desde otras zonas del estado español. Al final, sólo lograron una presencia parcial en las calles. Y, desde luego, la mayoría de habitantes de Barcelona continuamos nuestra vida normal de un fin de semana.

   
 

La visita del Papa a Barcelona terminó en fracaso de asistencia para la Iglesia. El arzobispado esperaba 500.000 personas en las calles de Barcelona, vitoreando al Papa. Para ello movilizó a toda su base activa, y a autobuses desde otras zonas del estado español. Al final, sólo lograron una presencia parcial en las calles. Y, desde luego, la mayoría de habitantes de Barcelona continuamos nuestra vida normal de un fin de semana.

El Arzobispado dice haber reunido a 250.000 personas en las calles, pero la realidad es que muchos de los tramos estaban vacíos, y en casi ningún sitio llenaban ni la segunda línea de la acera, en un recorrido no demasiado largo. Una vez más, se realizó el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, como habían anticipado los integrantes de la plataforma “Jo no t’espero”. Probablemente, la asistencia anduvo en torno a las 50.000 personas, como recogían diversos artículos de la prensa de tirada nacional.

 El sábado se veía por el centro  de Barcelona quiénes eran los que habían venido a recibir al Papa: cientos de adolescentes y niños de colegios religiosos y, a simple vista por su aspecto, no precisamente provenientes de clase trabajadora.

 La Plataforma “jo no t’espero” logró una buena concentración en la plaza Sant Jaume, con varios miles de asistentes, y varias manifestaciones más durante el fin de semana.

 En la concentración, participaron miembros de plataformas por un estado laico; miembros de la CNT enjuiciados por “incitación al odio religioso” por haber dado una conferencia denunciando el pasado nazi del actual Papa. También estuvo Gonzalo Puente Ojea que, con un buen discurso, recordó los valores laicos, pidió una educación racional y recordó los principales objetivos de la jerarquía eclesial: mantener sus privilegios económicos. Asimismo, recordó la responsabilidad del PSOE, en no enfrentarse a estos privilegios sino, al contrario, fortalecerlos. Acabó recordando los valores del socialismo de los años 30 y con un viva la Conciencia Libre! ¡Viva la Ciencia!

 Es evidente que es necesario acabar con los privilegios de la Iglesia en la educación que, aún hoy en día, es su base para el adoctrinamiento.

 En la supuesta Galicia clerical, las cifras que dio la propia prensa establecían en menos de diez mil personas la asistencia al acto central en la plaza del Obradoiro.