La revolución no podrá ser llevada hasta sus últimas consecuencias mientras subsista el aparato estatal burgués de burócratas y funcionarios heredado de la 4ª República, y las palancas fundamentales de la economía permanezcan en manos de la oligarquía, aliada al imperialismo. El ala derecha del movimiento bolivariano, encaramado en la dirección del Estado, se opone tenazmente a cualquier avance de la revolución. El ala revolucionaria debe desalojar de sus posiciones a este sector si la revolución quiere sobrevivir.
La revolución venezolana sigue siendo la clave de la revolución en América Latina, pero su impacto alcanza, de hecho, a todo el mundo. A pesar de que no se dio el paso decisivo hacia el socialismo, es evidente que esta idea ha ganado el oído de las masas que están luchando por alcanzar precisamente este objetivo.
La revolución no podrá ser llevada hasta sus últimas consecuencias mientras subsista el aparato estatal burgués de burócratas y funcionarios heredado de la 4ª República, y las palancas fundamentales de la economía permanezcan en manos de la oligarquía, aliada al imperialismo. El ala derecha del movimiento bolivariano, encaramado en la dirección del Estado, se opone tenazmente a cualquier avance de la revolución. El ala revolucionaria debe desalojar de sus posiciones a este sector si la revolución quiere sobrevivir.
La economía venezolana en recesión
La crisis mundial del capitalismo tuvo un gran impacto en la economía venezolana, que terminó 2009 con una contracción del 2,9% en su PIB. Los ingresos de exportación del petróleo cayeron de 89.100 millones de dólares en 2008 a 57.610 mil millones en 2009.
Con la caída del precio del petróleo en el mercado mundial, el presupuesto del Estado se encuentra amenazado. Para mantener el gasto público, Chávez tuvo que tomar nuevas medidas. Se devaluó la moneda para ampliar la recaudación con las exportaciones de petróleo.
El problema es que esta medida no ayudará a largo plazo. Sólo un par de días después de la devaluación, los precios empezaron a subir en todo tipo de productos. El gobierno ha prometido luchar contra la inflación. Esto ya ha tenido lugar en un número de tiendas, donde el gobierno está amenazando con el cierre, la suspensión de la empresa o incluso con la expropiación, como le ocurrió a la cadena de supermercados Éxito.
El problema es que la tarea de desarrollar la economía venezolana no puede dejarse en manos de los capitalistas, que siguen produciendo el 70% de la riqueza nacional. Mientras el capitalismo se mantenga en su lugar, los trabajadores venezolanos y los pobres serán perseguidos por los males de la inflación, el desempleo y los recortes en el gasto social. Para realmente defender estas conquistas, la revolución tiene que poner en la agenda la nacionalización de las palancas dominantes de la economía y el monopolio estatal del comercio exterior. Sólo esto puede destruir el capitalismo y proporcionar las condiciones necesarias para una economía socialista planificada.
Otro acontecimiento notable fue la crisis bancaria reciente que reveló el fraude, la especulación y la mala gestión en una serie de bancos. La nacionalización y fusión de estos bancos han incrementado el control estatal del mercado financiero hasta un 20-25%. Pero esto es insuficiente. Se necesita controlar el crédito a gran escala. Todos los grandes bancos deben ser nacionalizados, a fin de planificar inversiones y beneficiar a las masas de trabajadores, campesinos y pequeños comerciantes con créditos baratos.
El movimiento obrero y las fábricas nacionalizadas
Si bien el desempleo creció relativamente poco (7,4% a 8%), ha habido un ataque general de la patronal contra la clase obrera, como se vio en la industria del automóvil con los despidos de trabajadores en General Motors y Mitsubishi (MMC).
La presión desde abajo ha obligado a las diferentes alas de la central sindical UNT, divididas hasta ahora, a reunirse y tratar de relanzarla. Sin embargo, cualquier unidad duradera de la UNT sólo puede lograrse sobre la base de un plan de acción, ligado a la perspectiva de poner a la clase obrera como la vanguardia de la revolución. La especulación de los precios y la escasez de alimentos es una oportunidad de oro para que la UNT elabore un plan de ocupaciones de fábricas de todas las industrias que realizan sabotajes contra la revolución. Una nueva oleada de ocupaciones de fábricas en defensa de la revolución, encabezada por la UNT, podría cambiar el curso de la revolución.
La situación en las industrias que han sido nacionalizadas recientemente es bastante crítica. En SIDOR, los trabajadores se quejan del sabotaje realizado por los gerentes contrarrevolucionarios que aún están en sus puestos, con efectos desastrosos sobre la producción siderúrgica. Los trabajadores en las empresas nacionalizadas están aprendiendo que la nacionalización por sí misma no resuelve todo. Sin el control democrático y la dirección de los trabajadores, los elementos contrarrevolucionarios pueden infiltrarse y conspirar para sabotear la producción.
Organizar un ala de izquierda en el PSUV
El Primer Congreso Extraordinario del PSUV comenzó a fines de noviembre, cuando Chávez llamó a la creación de la V Internacional Socialista. Ahora, Chávez anunció públicamente su adhesión al marxismo y reconoció que esta doctrina tenía una riqueza de contenido superior al bolivarianismo y al nacionalismo antiiimperialista.
Desde el principio, estaba claro que este congreso se caracterizaría por una lucha entre izquierda y derecha. En el propio congreso el estado de ánimo revolucionario de un gran sector de los delegados se ha hecho sentir.
Existe el potencial para el desarrollo de una gran tendencia de izquierda dentro del PSUV. El PSUV cuenta con 2,5 millones de miembros. La gran mayoría se ha unido para luchar por la victoria revolucionaria. Es el deber de todos los socialistas revolucionarios organizar a estos trabajadores y a los pobres, empezando por la vanguardia, en una tendencia marxista capaz de ganar la mayoría en el partido y la lucha contra el ala burocrática de derecha. El futuro de la revolución bolivariana dependerá de esto.
Los lacayos del imperialismo, es decir, la oposición contrarrevolucionaria venezolana, están tratando de sacar provecho de todos y cada uno de los errores cometidos por el gobierno. Si el gobierno no toma medidas decisivas para resolver las necesidades de las masas, la desmoralización puede extenderse y manifestarse en forma de abstención en las próximas elecciones. Si no se produce ningún cambio en la situación, la oposición tiene grandes posibilidades de ganar un número considerable de bancas en la nueva Asamblea Nacional. Su objetivo final es desestabilizar el país y crear una situación en la que puedan librarse de Chávez, ya sea por la vía parlamentaria o extra-parlamentaria, y liquidar las conquistas de la revolución.
El fortalecimiento de la tendencia marxista dentro de las filas del PSUV, la Juventud del PSUV y la UNT sería una poderosa herramienta para impulsar este proceso y derrotar a la contrarrevolución de una vez por todas con la destrucción de su poder económico y completando así la Revolución Socialista de Venezuela.