El fallo de la justicia con respecto a la masacre de Cromañón ha dejado puntos muy claros, por sobre un trasfondo bastante turbio y oscuro. La polémica no estaría centrada fundamentalmente sobre las condenas -aunque algunas si merecen además de un párrafo, también un repudio aparte- sino más bien sobre los procedimientos del juzgamiento y las causas de fondo.
Marcel Schwob
El fallo de la Justicia con respecto a la masacre de Cromañón ha dejado puntos muy claros, por sobre un trasfondo bastante turbio y oscuro.
La polémica no estaría centrada fundamentalmente sobre las condenas -aunque algunas si merecen además de un párrafo, también un repudio aparte- sino más bien sobre los procedimientos del juzgamiento y las causas de fondo.
Lo primero a tener en cuenta es el exceso de tiempo en llegar a estas condenas: la tragedia ocurrió el 30 de diciembre de 2004, y recién en agosto de 2009 se conocen las sentencias. Es decir ¡4 años y 9 meses más tarde!…. Demasiado tiempo, y poca justicia para tanto dolor.
Este caso es muy resonante, pero detrás están los miles de casos de procesados privados de su libertad, porque la justicia de clase utiliza tiempos faraónicos para llegar a fallos relativamente simples.
A esos pibes los mató la corrupción
Muchos seguidores de la banda han coreado esta consigna inmediatamente después de la masacre. Y ha demostrado ser muy correcta, pese a lo cual nos parece muy reprochable "el festejo" por la absolución de Callejeros.
Sin exculpar a la banda -apenas una de tantas que compartían las mismas prácticas- de la irresponsabilidad de no medir las consecuencias del uso de pirotecnia en lugares tan cerrados está claro que la tragedia desnudó un rosario de corrupciones que funcionaba de manera normal a los ojos de todo el mundo. Y aquí hay que decirlo claramente: estas condenas podrían incluso ser más duras y abarcativas, pero si no se desmantela la corrupción policial-político-empresaria, nuestros pibes seguirán jugando su suerte en muchos más lugares de diversión, ocio o recreación.
Y cabe interrogar:
-¿Dónde estaba Macri, el legislador fantasma del PRO durante la gestión de Ibarra?
-¿Por qué las condenas sobre el ex-secretario de seguridad porteña, Juan Carlos López, y el dueño del local, Rafael Levy, aún siguen pendientes?
-¿Por qué han sido tan leves las condenas sobre Fabiana Fiszbin (Control Comunal) y Ana Maria Fernández (Control Polivalente de Inspecciones?
-¿Por qué el comisario de la sección 7ª en ese momento (Miguel Belay) fue absuelto, y condenado su subalterno?
-¿Por qué Gustavo, Torres jefe de Inspectores, fue absuelto?
Mientras el paco y otras drogas duras se adueñan de la vida de miles de jóvenes, el Gobierno de Macri se burla de la realidad de la prostitución en la ciudad y planea negocios inmobiliarios; de fondo, se discute la baja de la edad de imputabilidad de los menores, en tanto la realidad de la minoridad en riesgo explota delante los trabajadores y las familias obreras, y recrudece la política de represión hacia los lugares recuperados por los trabajadores y el desalojo violento de las ocupaciones por falta de viviendas.
El ocio, la recreación y la cultura por y para la juventud. Nunca más otro Cromañón
Será necesario movilizarse y organizarse para arrancar plena justicia, pero además para pelear por un programa que contemple el subsidio para aquellos jóvenes que aspiran al arte a través de la música y otras expresiones; la habilitación de salas de ensayo y centros culturales en los barrios, la construcción de lugares perfectamente habilitados para la diversión controlados por la misma comunidad y los jóvenes, e inspección popular regular por comités de vecinos de los boliches actualmente habilitados en cada barrio, asumir desde los sindicatos el control y fiscalización de aquellos lugares que no cumplan con las normas de biohigiene y seguridad para sus trabajadores. Creemos que esta sería -en principio- la mejor manera de evitar nuevas masacres y en esto estaremos empeñados desde el Militante.
