Este domingo se llevaron acabo las elecciones presidenciales en El Salvador, donde los principales candidatos eran el derechista Elías Antonio Saca, del partido de gobierno Alianza Republicana Nacionalista (Arena), y el candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) Schafik Hándal, de quien Argenpress ha publicado una interesante entrevista.
La derecha gana las elecciones presidenciales con su campaña de miedo
Este domingo se llevaron acabo las elecciones presidenciales en El Salvador, donde los principales candidatos eran el derechista Elías Antonio Saca, del partido de gobierno Alianza Republicana Nacionalista (Arena), y el candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) Schafik Hándal, de quien Argenpress ha publicado una interesante entrevista. A pesar de que los sondeos preliminares señalaban una escasa diferencia entre ambos candidatos e incluso algunas encuestas realizadas directamente en los sitios de votación daban por ganador a Hándal, el primer boletín del Tribunal Supremo Electoral (TSE) da como ganador a Saca con un 59.99 % de los votos. El presidente del TSE, Sergio Mena, quien realizó el anuncio, indicó que Schafik Hándal obtuvo 32.87 % de los votos, sentenciando que Los resultados difícilmente van a cambiar.
La sombra del Fraude
Los días antes a las elecciones del domingo, las encuestan daban por sentado que ninguno de los candidatos obtendría la mayoría absoluta, por lo que sería necesaria una segunda vuelta para el 2 de Mayo. Como lo indicaba RNV, una encuesta de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) le otorgaba un 34,12% de las preferencias a Hándal y un 33,80% al derechista Saca. Incluso luego de cerrados los centros de votación y horas antes del boletín oficial, según informó RNV, un canal de TV local anunciaba los resultados de sus sondeos a boca de urna realizados a 262 mil personas, que indicaban que el FMLN habría obtenido 49,6% de los votos mientras que el partido ARENA sólo habría obtenido un 43,1%.
Horas antes del primer boletín, el derechista Saca se anunciaba como ganador de la contienda electoral en lo que denominaba el triunfo contra los comunistas del FMLN, a la par que indicaba haber recibido felicitaciones vía telefónica de los presidentes Enrique Bolaños, de Nicaragua, y Oscar Berger, de Guatemala. Su jefe de campaña, René Figueroa, no se quedó atrás y a las 17:00 horas (5:00 pm), hora local, ya anunciaba un triunfo del partido ARENA con más de un 50% de los votos. Por si fuera poco, Saca dio su pronunciamiento como ganador una hora antes (22:00 horas, 10:00 pm) de la que se anunciaría oficialmente el ganador en el Hotel Radisson de San Salvador, el mismo lugar en el que se había instalado el Centro de Procesamiento de Datos del TSE.
En una nota de Prensa Latina y Rebelión, también publicada por los camaradas de Aporrea, se hace referencia al descarado fraude en estas votaciones. Varios observadores fueron testigos de cómo votantes de ARENA repetían su voto tras borrarse los dedos que demostraban haber ejercido el derecho al voto y también cómo militantes de ARENA compraban votos para su partido por cinco dólares. Varias denuncias afirman que funcionarios del TSE indicaban a los electores dónde votar les entregaban papeletas ya marcadas a favor de ARENA.
Hay que destacar también que para estas elecciones se esperaba una masiva asistencia, con informes que indicaban que la abstención no llegaría al 40%. Desde primeras horas del domingo, el pueblo salvadoreño se volcó a las calles para votar y en muchos lugares del país se vieron largas colas hasta bien entrada la tarde. Sin embargo, en el reporte del TSE salvadoreño se indica que a las urnas no acudieron más del 50% del padrón electoral, lo que podría indicar que adicionalmente a las estratagemas antes denunciadas, la clase dominante salvadoreña habría recurrido a la anulación de votos, al mejor estilo de las burguesías de América Latina. En Venezuela todavía tenemos fresco el recuerdo de las elecciones de 1993 en las que se forzó la victoria de Rafael Caldera y el candidato que punteaba como ganador, el entonces izquierdista Andrés Velásquez, no sólo perdió sino que quedó de cuarto lugar.
El Imperialismo norteamericano
El imperialismo norteamericano, junto a la burguesía salvadoreña, habían realizado una fuerte campaña de desprestigio contra Hándal y el FMLN para evitar que en estas elecciones presidenciales se repitieran los resultados de las elecciones regionales de Marzo de 2003, en las que el FMLN obtuvo muy buenos resultados. Tal era el temor del imperialismo, que el mismo Otto Reich viajó a El Salvador para poner su granito de arena en esta campaña contra el FMLN, con declaraciones bañadas de amenaza en las que indicaba que los EEUU no verían con buenos ojos un triunfo del FMLN y que ello podría dañar las relaciones entre ambos países y ello, por supuesto, sería muy perjudicial para la economía salvadoreña.
En todo momento se trató de manipular la memoria de la época de la lucha armada en El Salvador, en la cual Hándal estuvo involucrado como comandante guerrillero. Un reporte de Resumen Latinoamericano publicado en Aporrea, indica que el partido de Schafick Handal ha hecho una gran elección, contra viento y marea, contra las argucias de la Embajada Yanqui y el dinero de la oligarquía local. Los medios de comunicación han ensuciado de una manera increíble el terreno, los días previos de la elección, equiparando al candidato del FMLN con el demonio. La campaña mediática y la guerra sucia de estos últimos días también comparó al FMLN con imágenes de terror (las bombas de Madrid, por ejemplo) han volcado votos para ARENA.
En otra nota de Prensa Latina y Rebelión, también publicada por los camaradas de Aporrea, se indica claramente el escandaloso y descarado papel jugado por funcionarios norteamericanos: El papel sucio de EEUU de nuevo fue determinante. Tanto representantes diplomáticos como otro tipo de funcionarios estadounidenses apoyaron a los candidatos de ARENA y les acompañaron durante la campaña amenazando el pasado fin de semana con que el gobierno de EEUU retendría el dinero que lo salvadoreños emigrados envían a sus familias si ganaba el FMLN. También amenazaban con restringir la entrada al país de salvadoreños y expulsar a los sin papeles. El propio embajador norteamericano se encontraba durante la noche electoral en el centro de recuento en un claro ejemplo de injerencia humillante para El Salvador. Al igual que hicieron cuando el alzamiento de Octubre 2003 en Bolivia, la embajada norteamericana estuvo a la vanguardia de este fraude electoral, además de la previa campaña de terror y miedo que le propinaron al bravo pueblo salvadoreño.
El FMLN acepta el triunfo de Saca
A pesar de todas las irregularidades que se dieron durante estas elecciones, Hándal y la dirigencia del FMLN han decidido aceptar los resultados emitidos por el TSE. En un discurso público el mismo domingo en la noche, Hándal señaló que Es cierto que las cifras del Tribunal Supremo Electoral le dan al señor Elías Antonio Saca la presidencia, reconocemos que es así, pero no lo felicitamos, porque esta votación la han conseguido con el método del miedo. Pero a pesar de indicar que el voto con miedo, es un voto sin libertad y que la forma en que se llevaron a cabo las elecciones son un atentado contra la democracia del país, el FMLN ha decidido acatar la decisión y no movilizar su base en contra del fraude.
La principal razón para frenar la movilización de sus bases ha sido el oscuro recuerdo de la época de lucha armada en la que murieron más de 76 mil salvadoreños. Pero la clase dominante salvadoreña sabía que tal movilización se podía producir incluso a pesar de la negativa de la dirigencia del FMLN. Por ello, según informa La Jornada, Poco después de concluidas las votaciones, unidades antimotines de la Policía Nacional Civil armados con escopetas de balas de goma y granadas de gas lacrimógeno, tendieron un anillo de protección en torno al centro de cómputo del TSE ( ). Los policías establecieron barricadas con alambre de púas en los accesos al centro de operaciones de la entidad en el hotel Radisson, en un hecho inusual en los procesos electorales de esta nación centroamericana. Asimismo, policías revisaban los vehículos que ingresaban al sitio con detectores de explosivos, según pudieron observar los periodistas. Durante la jornada electoral más de 17 mil policías se desplegaron en todo el país para garantizar el orden.
En lugar de esta actitud sumisa, el FMLN ha debido dedicar esfuerzos a prevenir a su militancia y simpatizantes sobre esta posibilidad de fraude y organizar adecuadamente a sus cuadros para dirigir exitosamente una jornada de movilizaciones de calle. Una organización adecuada, vinculando activamente al proletariado salvadoreño, habría podido derrotar el fraude o preparar el terreno para una movilización revolucionaria en los próximos meses. Aceptar el fraude no hace sino desmovilizar a su base y contribuir a la apatía que muchos tenían respecto a la posibilidad de derrotar a la clase dominante salvadoreña.