Entrevista Cecilia Gallinger, Secretaria de Organización del SUTEBA-Lomas de Zamora
"La opresión de género no podemos abordarla sin tener en cuenta el sistema en que se desarrolla. Porque, si bien la opresión de las mujeres no nace con el capitalismo, sí es bajo el capitalismo que se desarrolla de una manera particular contra la cual las mujeres trabajadoras estamos llamadas a luchar"
Entrevista Cecilia Gallinger, Secretaria de Organización del SUTEBA-Lomas de Zamora
Entrevistamos a Cecilia Gallinger, trabajadora docente que se desempeña como Secretaria de Organización del SUTEBA de Lomas de Zamora. Cecilia es, además, integrante dela Mesa Nacional del Encuentro Sindical de Base-El Mortero. Cecilia estuvo participando en el XXIII Encuentro Nacional de Mujeres, celebrado este año en la ciudad de Neuquén. Entrevistamos a Cecilia para que nos acerque sus impresiones sobre el mismo.
El Militante.- ¿Cuál es tu mirada acerca de la cuestión de género?
Cecilia Gallinger.- En principio, me parece importante señalar que la opresión de género no podemos abordarla sin tener en cuenta el sistema en que se desarrolla. Porque, si bien la opresión de las mujeres no nace con el capitalismo, sí es bajo el capitalismo que se desarrolla de una manera particular contra la cual las mujeres trabajadoras estamos llamadas a luchar.
Como clasista, entiendo la cuestión de género como una cuestión de clase, y eso significa que el género no es lo que nos identifica principalmente, sino el ser trabajadoras. No somos lo mismo por el sólo hecho de ser mujer, Cristina Kirchner, Elisa Carrió, Romina Tejerina o toda mujer de la clase trabajadora. Somos nosotras las que padecemos con crudeza este sistema capitalista y patriarcal.
Y entiendo que, si bien aún podemos obtener mejores condiciones y derechos bajo el capitalismo por los cuales hay que organizarse y luchar, como el aborto legal, sólo en una sociedad sin clases podemos terminar con la opresión de género.
EM.- ¿Cuáles fueron los temas cruciales del Encuentro?
CG.- Hubo dos hechos que otorgaban a este Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) en Neuquén características particulares. El primero era que es el primer ENM que se realiza con una mujer presidenta, el segundo hecho la crisis interburguesa entre las patronales del campo y el gobierno nacional. Y, sin duda, fueron dos temas que atravesaron los debates y las actividades que se realizaron en el marco del encuentro.
Por supuesto que, al realizarse en Neuquén, había dos situaciones que también marcaron el encuentro, el fusilamiento de nuestro compañero Carlos Fuentealba y la lucha de las y los trabajadoras/es de Zanón por la expropiación definitiva de la fábrica. Se realizó una actividad exigiendo la cárcel a Sobisch como responsable político del asesinato de Fuentealba y un acto donde participamos cientos de compañeras en Zanón.
La lucha por el aborto legal, seguro y gratuito es un tema que año tras año se plantea en los encuentros y en éste, con más fuerza que otros años, se abordó el tema de la trata de mujeres.
EM.- ¿Te aportó algo para la lucha docente?
CG.- Es difícil plantearlo como un aporte concreto a la lucha docente. Sí es importante dar a conocer las experiencias que estamos realizando en distintos lugares y cuáles son nuestras reivindicaciones. La masividad de los ENM te permite estar con compañeras que difícilmente nos encontremos en otros espacios. Pero también es cierto, sobre todo en los talleres, que nos encontramos las compañeras que venimos desarrollando una experiencia antiburocrática, como los Sutebas de la oposición, Aten en Neuquén Capital, las compañeras de Amsafe de Rosario, con sectores de la burocracia contra los cuales batallamos en nuestros sindicatos. Obviamente en lo que respecta a la lucha docente no hay margen para el acuerdo.
EM.- ¿Se plantearon alguna tarea para llevar a cabo durante el año que sea superadora de las condiciones en que nos encontramos las mujeres en el rol de trabajadoras o en algún otro aspecto?
CG.- El aspecto más positivo del ENM es, como decía antes, la pasividad. Miles y miles de mujeres reunidas en una ciudad discutiendo sus problemáticas. La contrapartida de este aspecto es la heterogeneidad del mismo, que dificulta avanzar para superar las condiciones en que nos encontramos las mujeres.
Estoy convencida que el ENM es un espacio válido para participar y llevar nuestras posiciones; pero también resalto que esto no es suficiente. Para superar las condiciones en las que nos encontramos las mujeres trabajadoras necesitamos construir un movimiento de mujeres que unifique nuestra pelea para poder darla con más fuerza. Esa es la mayor tarea que tenemos quienes nos reivindicamos anticapitalistas y antipatriarcales.
Me parece importante señalar que la cuestión de género no puede ser un tema que tratemos sólo para el ENM. El desafío es luchar contra la opresión de la mujer en nuestros lugares de trabajo, en los barrios, la universidad, los sindicatos. Sólo de esa manera podremos avanzar en la superación de nuestra actual situación como trabajadoras.