Grotesco: un pequeño grupo de obreros y piqueteros sentados quedan encerrados, y son descaradamente intimidados por un mar de uniformes dispuestos a reprimir, bajo la égida legal que dictamina el desalojo y protege a los hambreadores del pueblo. Grotesco: en Argentina hay mas de 1.500 fabricas cerradas y se estima que las que producen lo hacen alrededor del 70% de su capacidad productiva, como si no faltaran bocas que alimentar, como si faltaran brazos. Grotesco: un pequeño grupo de obreros y piqueteros sentados quedan encerrados, y son descaradamente intimidados por un mar de uniformes dispuestos a reprimir, bajo la égida legal que dictamina el desalojo y protege a los hambreadores del pueblo. Grotesco: en Argentina hay mas de 1.500 fabricas cerradas y se estima que las que producen lo hacen alrededor del 70% de su capacidad productiva, como si no faltaran bocas que alimentar, como si faltaran brazos.
Después vinieron los gases, las balas de goma y el compañero Heller preso. Quieren contrarrestar mediante la represión descarada, la tendencia objetiva que existe en nuestra sociedad que lleva a los trabajadores a tomar las riendas del caballo que los capitalistas no pueden domar. Saben que el tiempo es arena en su manos e intentan cortar de tajo cualquier ejemplo que avive el espíritu de lucha de la clase obrera; ven temblar sus beneficios, sus privilegios y quedan desnudos ante todos: Mientras la clase capitalista argentina, que llevo al país a la ruina y a la decadencia, no arriesga el capital acumulado- producto directo de la explotación de la clase obrera- no realiza más inversiones que las necesarias para seguir produciendo debajo de sus posibilidades, y deja el capital ocioso para que les rinda beneficios, ahora se preocupan por defender cada resquicio de la propiedad privada, independientemente de si esta fue abandonada por sus dueños.
Aunque en esta ocasión el Consejo Deliberante estuvo a favor de los trabajadores, que dictamino la expropiación de la maquinaria para entregarla a la Cooperativa Sasetru obrera, el carácter de clase de los organismos del Estado sigue perfectamente claro: un juez ordenó el desalojo de Sasetru, pasando por encima de lo declarado por el Consejo Deliberante. En la actuación de este juez no hay nada arbitrario ni especial: es fiel reflejo de los intereses de la burguesía, del empresariado, de su pavor ante la acción directa de las masas obreras, que levantan y ponen en funcionamiento lo que los capitalistas derriban y destruyen.
El 30 de Enero más de cuatrocientos trabajadores desocupados, piqueteros, vecinos de la zona y ex trabajadores de Sasestru, otrora una de las más importantes fabricas de pastas del país, procedieron a ocuparla para ponerla en marcha bajo el control democrático de los ocupantes. Esta fabrica en su tiempo mantenía a 2000 obreros y muchísimos puestos de trabajo en forma indirecta. La patronal la abandono con la crisis capitalista, al amparo de la producción corrosiva de la polilla y el tiempo, dejando en la calle a un numero incontable de familias.
Lo que los capitalistas no pueden resolver, precisamente por ser capitalistas y mantener este régimen de barbarie social, la clase obrera lo toma en su manos, demostrando al conjunto de la población, la superioridad de sus métodos y su lucha consecuente por una sociedad mejor, democrática, donde haya pan y trabajo para todos. La Sasetru obrera, que viene a sumarse a un conjunto vasto de fabricas ocupadas por sus trabajadores y bajo su control, ya tienen un plan para la producción, que un futuro absorberá más mano de obrara, oxigenando a los barrios circundantes. Si tomamos en cuenta la experiencia de Zanon y Brukman, podemos decidir que las únicas fabricas que realmente pueden ocupar a trabajadores, para paliar aunque levemente la desocupación galopante, son aquellas en que son administradas democráticamente por ellos mismos, con sus métodos y objetivos. La clase obrera en unión con los piqueteros y los vecinos de las barriadas pobres, son la única opción que puede sacarnos de la ruina a la que nos llevaron los capitalistas y sus políticos. Tampoco debemos pecar de optimismo: sabemos que la aplastante mayoría de los trabajadores, aun no intervinieron en el movimiento con toda su peso específico.
Dentro de los limites del capitalismo, la ocupación de una fabrica y su funcionamiento bajo control obrero, es lo más lejos que los trabajadores pueden llegar, a la vez que prepara el terreno para el único sistema que puede reemplazar y superar al capitalismo: el socialismo, el poder obrero. Por eso todos tenemos que defender a la Sasetru obrera y exigir con el máximo de fuerzas su devolución a los trabajadores y piqueteros, al margen de los intereses partidarios, los intereses de clase están por encima de estos.
Hay que profundizar las marchas y la unión con el resto de fabricas ocupadas, con la comisiones internas, con las asambleas. Este ejemplo de lucha no pasará en vano para la clase obrera ocupada: reavivará su espíritu combativo, y se largara a la batalla, recuperando sus sindicatos y barriendo a los burócratas patronales. La unión de clase, desocupados y ocupados, fabricas ocupadas y del conjunto de los trabajadores es nuestra única garantía de lucha.
¡Sasetru es de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode!