El jueves 13 de marzo fue Carlyle Capital Corporation. El viernes 14 fue el turno de Bear Stearns, el quinto mayor banco de los Estados Unidos. El Banco Central de EEUU, la Fed, está obligada esata semana a volver a retocar los tipos de interés. Lo más probablke es que los recorten una vez más. El problema es, que mientras más bajan los intereses más gente es capaz de oler el miedo. El jueves 13 de marzo, Carlyle Capital Corporation, con sede en Guernsey, se fue al tacho. Carlyle Capital es una filial de Carlyle Group, que tiene a George Bush y a John Major en su nómina y ha hecho negocios con la guerra de Iraq. Es una financiera de capital privado. Son empresas de propiedad privada para prestar dinero a otras personas, normalmente para adquirir otras empresas y saquear sus activos. Bajo el capitalismo las empresas se devoran entre sí. Ahora algunos pueden decir que, sin chacales, la meseta esteparia estaría llena de ñus que debían haber muerto. Los chacales mantienen el lugar ordenado. Pero a menos que seas un laborista tipo Blair, realmente no alabarás a los chacales como creadores de riqueza.
En Gran Bretaña, las financieras de capital privado han disfrutado de un régimen de impuestos favorable. Nicholas Ferguson de SVC es millonario gracias a este tipo de empresas. Es un ejemplo raro de capitalista con conciencia. Reconoce que él "paga menos impuestos que su asistenta".
Hace un año dijimos que las financieras de capital privado son un producto típico de la etapa de recalentamiento en el final de un boom. Es parte de una burbuja financiera y las burbujas estallan.
Carlyle Capital tenía activos valorados en 700 millones de dólares y prestó 21.000 millones de dólares, treinta veces lo que valen sus activos. Su línea principal de negocios era comprar títulos hipotecarios, pedazos de papel cuyo valor se basaba en las hipotecas de personas. Todo iba bien mientras los precios de las viviendas subían. Los pedazos de papel cada vez valían más. Así que Carlyle Capital dependía para su existencia de la burbuja inmobiliaria.
El valor de Carlyle la semana pasada era de 700 millones de dólares, ahora no vale nada en absoluto. Ahora lo vemos, ahora no lo vemos. Eso es lo que ocurre cuando estallan las burbujas.
El viernes 14 de marzo le tocó el turno a Bear Stearns. "Las malas noticias de la desaparición de Bear fueron un golpe más duro para el sistema financiero global que Carlyle Corporation. Era el quinto banco más grande de EEUU. La semana pasado valía 140.000 millones de dólares, cinco veces más que Carlyle Capital. Esta semana ha sido adquirido por JP Morgan Chase, presionado por la Reserva Federal (Fed). Ahora el valor de Bear es cero. Con un capital de 11.800 millones de dólares, Bear consiguió colocar 395.000 millones de dólares en préstamos, un apalancamiento0 mayor que el conseguido por Carlyle. Todo era dinero fantasma.
La especialidad de Bear era prestar a fondos de alto riesgo. Se ocupaban de instrumentos financieros oscuros llamados "conjuntos de derivados de crédito" (Credit Default Swaps). Suena complicado, pero básicamente son apuestas en fondos de alto riesgo. Apuestan lo que valdrán las monedas mañana o pasado mañana. Apuestan sobre el valor de las mercancías. Y algunas veces pierden. Y Bear Stearns ha perdido también.
Especuladores como Jow Lewis compraron un pedazo de Bear valorado en 860 millones de dólares, cuando las acciones se pagaban a más de 100 dólares. Los comentaristas financieros describieron esta adquisición como "nada intuitiva". Ahora ha perdido.
En la City londinense se perderán diez mil empleos. Parece que los "creadores de riqueza" sólo crean riqueza en un mercado ascendente cuando la riqueza de papel está floreciente en todas partes a través del "apalancamiento". Lo que ahora presenciamos es un "des-apalancamiento", y muy doloroso. Las financieras están sufriendo el síndrome de abstinencia. Se habían prestado dinero sobre la base de que los pagos aumentarían eternamente y ahora se han topado con la realidad.
El banco central norteamericano, la Reserva Federal, ahora debe decidir esta semana sobre los tipos de interés. Probablemente los vuelvan a reducir. El problema es que si recortan más entonces serán más personas las que podrán oler el miedo.
Robert Peston, comentarista económico de la BBC, decía lo siguiente: "En cuanto a los banqueros centrales cada vez se parecen menos a superhombres y más a enclenques.
"Han reducido los tipos oficiales de interés, pero sirve de poco para reducir el costo del crédito para la mayoría de nosotros o para aumentar su disponibilidad, porque los bancos han tomado la oportunidad de reconstruir sus márgenes de ganancia.
"Y ¿qué pasa con esa nueva y buena disposición de los bancos centrales a permitir a los bancos intercambiar activos financieros de valor dudoso por dinero contante y sonante o bonos del gobierno líquidos?
"Eso podría animar a los prestamistas a tomar activos poco fiables de los prestatarios que están en problemas para descargarlos sobre un banco central como es la Fed de Nueva York.
"En otras palabras, los bancos centrales podrían estar, sin darse cuenta, acelerando ese fatídico proceso de des-apalancamiento".
El lunes 17 de marzo los mercados bursátiles estuvieron en estado shock. La semana pasada los grandes bancos norteamericanos anotaron otros 3.000 millones de dólares en sus pasivos.
Dos millones de familias norteamericanas se enfrentan al embargo de sus casas. Los embargos no sólo son un problema para las familias implicadas, además envenenan y contaminan todo el mercado inmobiliario.
Y aquí [en Gran Bretaña] la Autoridad de Servicios Financieros estima que dos tercios de las hipotecas contraídas durante los últimos dos años y medio (con sumas seis veces superiores a los ingresos familiares) están en peligro. ¡La crisis capitalista pronto llegará a tu zona!