Crisis de energía

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La falta de inversiones es lo que está detrás de la crisis energética actual. Los responsables de esto son las multinacionales que controlan el petróleo, el gas y la electricidad, así como sus infraestructuras anexas: gasoductos, oleoductos, centrales distribuidoras, destilerías, etc. Todo esto les fue entregado a precios de saldo por los gobiernos de turno que estuvieron al frente del país, con la complacencia de la burguesía nacional.

“Algo habrán hecho” las multinacionales

La falta de inversiones es lo que está detrás de la crisis energética actual. Los responsables de esto son las multinacionales que controlan el petróleo, el gas y la electricidad, así como sus infraestructuras anexas: gasoductos, oleoductos, centrales distribuidoras, destilerías, etc. Todo esto les fue entregado a precios de saldo por los gobiernos de turno que estuvieron al frente del país, con la complacencia de la burguesía nacional.

Falta de inversiones

La producción de petróleo está estancada desde hace 10 años y la de gas cayó un 5,4% el año pasado. No se invierte en la búsqueda de nuevos yacimientos. Las petroleras exportan en grandes cantidades recursos tan básicos llenándose los bolsillos; y chantajean al gobierno, paralizando la distribución en el mercado local, para que les permita incrementar sus exportaciones.
Es absolutamente falso, como afirman los voceros de las petroleras y sus lacayos nacionales, que esta falta de inversiones se deba al congelamiento de las tarifas. El 51% de las ganancias que obtienen las 200 empresas más grandes del país corresponden a las petroleras, cuya tasa de ganancia es del 25% sobre el capital invertido (INDEC). La renta anual petrolera que se llevan las multinacionales supera los 12.000 millones de dólares cada año.
Y como afirma la Federación de Trabajadores de la Energía (FeTERA): " Con respecto a las inversiones, no es cierto que no se hicieron, ya que el Estado Argentino autorizó la inversión de cientos de millones de dólares en gasoductos y poliductos para exportar a Chile, a Brasil y a Uruguay; lo que no se hizo, fue invertir en redes de distribución troncal para que los argentinos puedan tener gas; así el 40% de nuestra población depende del gas envasado, fundamentalmente la garrafa, que es cara y difícil de conseguir. Asimismo a los que tienen redes, también les falta gas". (FeTERA. ArgenPress 30/5/07).
La situación del sistema eléctrico es similar. Su capacidad está al límite, lo que provocó su colapso en varias ocasiones en los últimos meses con apagones en amplias zonas del país. Mientras que la demanda de electricidad aumentó un 43,5% entre el 2003 y el 2006, la capacidad de generación sólo lo hizo un 2,5%.
Las únicas inversiones nuevas en infraestructuras para el consumo local (como destilerías, centrales térmicas e hidroeléctricas) recién empezó a acometerlas ahora el Estado, pero su terminación demorará varios años.

Lacayos de las multinacionales

Aunque el gobierno de Kirchner sea la versión más "izquierdista" producida por la burguesía nacional en las últimas décadas, no puede ni quiere enfrentar a las grandes corporaciones multinacionales.
La misma historia se cuenta en las provincias. Hace unas semanas, la provincia de Chubut amplió hasta el 2047 la concesión que tiene la Pan American Energy en Cerro Dragón, el yacimiento más importante del país; y Santa Cruz amplió a esta misma empresa la concesión que tiene en el Golfo de San Jorge hasta el 2027.
La privatización energética supone para el país un drenaje intolerable de recursos naturales no renovables y de dinero. El año pasado, el gobierno gastó $4.500 millones en importar energía (gas, fuel oil, gasoil, electricidad). Y esta cifra será superada ampliamente este año.
¿Y qué tiene que decir la burguesía nacional de todo esto? Ante las restricciones del suministro energético a la grandes empresas ordenado por el gobierno, el jefe de la patronal (UIA) en Córdoba, Oscar Guardinelli, afirmó: "La industria no puede ser el fusible del sistema, los cortes deben llegar a los consumidores" (Clarín, 29 junio) ¡Ahí está! En lugar de señalar la responsabilidad en las petroleras, prefieren depositar sobre su propio pueblo ("los consumidores") las consecuencias de la depredación de nuestros recursos por las multinacionales.
No es una cuestión de "mala" voluntad, sino de intereses de clase. Los vínculos que atan al gobierno de Kirchner, a los empresarios nacionales y a los políticos burgueses con el capital extranjero, son más fuertes que con su propio pueblo. Kirchner puede quejarse, ponerles algunas multas, o intervenir METROGAS. Pero jamás les tocará "su" propiedad.

Nacionalizar los recursos económicos

La lucha por la recuperación de los hidrocarburos y demás fuentes energéticas debe ir en paralelo a la lucha por el socialismo, expropiando sin indemnización a estos usureros ¡No se puede controlar lo que no se posee! De la misma manera que el faltante de alimentos (carne, lácteos, etc.) o el encarecimiento desorbitado de los mismos, hunden sus raíces en la propiedad privada de un puñado de terratenientes y empresarios parásitos.
La propiedad privada de las palancas fundamentales de la economía (energía, tierra y alimentos, transporte, agua, bancos, construcción, telecomunicaciones, etc.) les dejan ganancias gigantescas a un puñado de grandes empresarios nacionales y extranjeros, y sólo miseria, escasez y padecimientos a la clase obrera y demás sectores populares.
La lucha por el pan y la leche, por un transporte digno, por una calefacción decente, por un techo donde vivir, por cloacas para todos, por un empleo estable y bien pago (demandas modestas y razonables que el capitalismo argentino no puede garantizarnos) es la lucha por la socialización de todos los recursos en manos de los trabajadores, es la lucha por la expropiación de los capitalistas y la transformación socialista de la sociedad.