Con gran asombro la comunidad internacional, observó cómo cuatro de los países del llamado primer mundo dieron las más tremendas muestras de su gran incapacidad para afrontar eventos absolutamente previsibles.
muertes por la ola de calor en Europa, apagones en EEUU y Canadá, …
Con gran asombro la comunidad internacional, observó cómo cuatro de los países del llamado primer mundo dieron las más tremendas muestras de su gran incapacidad para afrontar eventos absolutamente previsibles.
En Holanda y Francia, dejan en evidencia que su poder y organización es sólo de puertas para afuera, para lograr la dominación de pueblos indefensos, ya que a su interior sólo reina la improvisación. Pues en los días de mayores temperaturas del verano no alcanzó su infraestructura para proteger la vida de un grupo de ciudadanos altamente vulnerables como es el sector de la tercera edad, que alcanzó la escalofriante cifra de 13.000 muertos, produciendo el colapso en el área sanitaria.
Por otra parte, el apagón en Canadá y Norteamérica fue debido a una falla o sobrecarga de un generador en las cataratas del Niágara, según informe de la sociedad Americana de ingenieros civiles ASSE, formada por 130.000 profesionales. Esta organización además extiende su investigación a otras áreas de la infraestructura norteamericana que abarcan: rutas, puentes, aviación, escuelas, sistemas de agua potable, cloacas, embalses, redes de desechos peligrosos, canales navegables y energía, calificando el estado de estos sistemas como desastrosos.
La evidencia es muy clara; el sistema capitalista es incapaz de resolver sus propios problemas y, por lo tanto, el panorama de los países que siguen adheridos al mismo es altamente sombrío. Ya que, como vemos, el primer mundo hoy es victima de su propia negligencia.
La aberrante estructura socioeconómica diseñada por los grandes centros de poder estará obligada a dar "explicaciones" y correr cortinas. Probablemente contra su voluntad, frente a este evidente derrumbe de sus postulados socio-económicos.