El pasado 27 de abril, ante un nuevo aniversario de la Autonomía Santiagueña, el gobernador Zamora, dio apertura a las sesiones ordinarias en la cámara. Sus anuncios no contentaron a los empleados de la provincia, ya que la escasez de dólares, que llevó a la devaluación del peso, implicó un desplome del salario pese al aumento desde febrero del 95% al básico.
El gobernador Zamora anunció un bono de $ 150 mil en 2 partes. La primera parte a pagarse el 6 de junio y la segunda parte el 20 de julio. Este anuncio debió ser una alegría o al menos un alivio, pero en realidad dejó un sabor amargo entre los trabajadores santiagueños. La inflación y los bajos salarios que perciben, hacen que el bono sea insuficiente para que una familia de cuatro integrantes pueda cubrir la canasta básica, que ya ronda los $ 191 mil.
Los docentes no solamente salieron a reclamar por un aumento del salario sino también por la falta de coberturas de horas y cargos docentes. Solamente contando los directivos que faltan en las instituciones educativas se contabilizan casi cuatro centenas de trabajadores, quienes no han sido nombrados hasta abril. Esto sin contabilizar vice rectores y demás cargos jerárquicos (secretaria, jefa de preceptores, prosecretarios, etc.). Al ser llamados a cubrir habría muchas más horas y cargos para seguir cubriendo, produciendo en la docencia un gran movimiento que llevaría a cientos y cientos de docentes desocupados a tener un trabajo genuino, que tan necesario es para dignificar la vida misma de las y los docentes, como parte de la clase trabajadora.
Desde el año 2016, cuando se intervino el CGE, la docencia recibió ataque tras ataque con resoluciones contrarias a sus derechos declarados en el Estatuto Docente. Se ha mutilado la carrera docente al dejar casi sin analistas a los niveles medio y superior, y con pocos supervisores para el nivel inicial y primario. Este año, desde el CGE se tomó como práctica “intervenir” las escuelas ante la falta de directivos. Por ejemplo, en el Escuela Técnica N° 3 Santiago Maradona, en vez de llamar a cubrir el cargo de rector a través del listado por orden de mérito, se nombró a un dirigente gremial (que pertenece a la mesa de diálogo) como Docente Normalizador-Interventor. También intervinieron la Escuela Normal Benjamín Gorostiaga de La Banda. El CGE pone de pretexto cualquier tipo de “conflicto” que se presente en las instituciones educativas para caer con la figura de la intervención, cuando tienen los medios necesarios para llamar a cubrir los cargos: listado de orden de mérito y docentes preparados y capacitados en condiciones para cubrirlos, pudiendo así solucionar este tipo de acefalias en una semana. Esto es claramente un ajuste que se hace en educación. El Estado no invierte en educación pública.
Otra situación incómoda que vive la comunidad educativa santiagueña, es en las instituciones que están siendo refaccionadas y con mejoras en infraestructura. El Estado, al no querer invertir en educación, envía a los docentes y a los estudiantes a otras instituciones, sin alquilar un edificio para dar clases en condiciones dignas durante las obras. Mientras los estudiantes y profesores amontonados, abarrotados, sufren las condiciones precarias a la que son sometidos por el gobierno.
Algunas escuelas públicas que funcionan en zonas céntricas, a donde asisten estudiantes de clase media, que al ser refaccionadas, tienen que asistir a establecimientos de zonas periféricas, marginales, ribereñas de barrios con viviendas precarias -las escuelas de las zonas marginales siempre estuvieron rodeadas de basurales-. Ahora que los estudiantes comparten el edificio, los padres salieron a denunciar no solamente esa situación sino además de inseguridad, ante los problemas con las barras narcos que disputan territorios a los tiros a la hora de la salida de los niños de pre escolar. La comunidad santiagueña conoce y se asocia y solidariza con esta situación que siempre vivieron los chicos de las zonas ribereñas. Muchas escuelas del interior, ante la falta de edificios propios o falta de docentes, los padres de los estudiantes han salido a luchar para conseguir una inmediata solución.
Este gobierno que dice criticar las ideas privatistas de Milei, termina imponiendo un ajuste a la educación y cierra filas con la derecha al intervenir las instituciones educativas a su gusto y placer, sin respetar los derechos docentes. En definitiva, todos los partidos patronales están atados al programa del FMI, que implica descargar el peso de la crisis capitalista sobre los hombros de la clase trabajadora.
La docencia en su conjunto debe tomar en sus manos la defensa de sus derechos laborales y de sus condiciones de trabajo y vida, que están siendo atacadas constantemente con cada medida que toma el gobierno.
Todos los docentes debemos intervenir de manera activa, no dejar pasar este atropello. Hay que empuñar las armas políticas de la propaganda y agitación en el seno del gremio docente, explicar con paciencia la importancia de la organización y lucha independiente de los gremios aliados al Estado ajustador e interventor, que deja a cientos y cientos de docentes con bajos salarios -y a muchos sin trabajo-, y a miles de estudiantes sin clases.
¡Abajo la intervención del CGE! ¡Urgente llamado a elecciones!
¡Abajo la intervención en las instituciones educativas!
¡Por la democracia sindical y el derecho a la organización libre de los trabajadores y trabajadoras!
¡Urgente llamado a cubrir horas y cargos por listado de orden de mérito!
¡Aumento de salario ya! ¡El bono al básico!
¡No al pago de la deuda externa! ¡Recursos para Educación!
¡Por la autoorganización de la comunidad educativa en defensa de la educación pública!
¡Por una huelga general construida desde abajo con plenarios y asambleas para frenar el ajuste!
¡Abajo el capitalismo!
¡Por un gobierno de Trabajadores y Trabajadoras!