La lucha de los trabajadores del Garrahan se encuentra en un momento decisivo. La dirección del hospital y los representantes del Gobierno lo han intentado todo para doblegar la voluntad de lucha de los trabajadores: insultos, intimidaciones, calumnias, amenazas de cesantías, contratación ilegal de personal, denuncias judiciales, etc.
Solidaridad con los trabajadores del Garrahan
La lucha de los trabajadores del Garrahan se encuentra en un momento decisivo. La dirección del hospital y los representantes del Gobierno lo han intentado todo para doblegar la voluntad de lucha de los trabajadores: insultos, intimidaciones, calumnias, amenazas de cesantías, contratación ilegal de personal, denuncias judiciales, etc.
Los trabajadores se han mostrado dispuestos a destrabar el conflicto, aceptando el aumento de un 20% en los haberes propuesto por el Ministerio de Salud, pero exigiendo que este dinero se redistribuya igualitariamente entre todas las categorías, en torno a $600 igual para todas, de manera que las categorías más bajas se acerquen al objetivo de un básico de $1.800. Pero incluso esto fue rechazado por el Gobierno. Luego, ¿quién es el que quiere prolongar el conflicto? ¿Quién especula con la salud y la atención de los chicos?
La razón es que el Gobierno teme que el conflicto del Garrahan estimule al resto de sectores estatales a romper el techo salarial impuesto por el gobierno a los salarios públicos. Además, pretende quebrar la lucha para desembarazarse de las nuevas conducciones sindicales combativas que están apareciendo, como las del Garrahan.
Es vergonzoso que los dirigentes de ATE no hayan diseñado un plan nacional de lucha unificado, con paros nacionales en la salud y otros sectores estatales, no sólo en solidaridad con la lucha del Garrahan, sino para unificar los reclamos de los trabajadores de la salud y estatales de todo el país por el salario y por más recursos en el sistema de salud, en lugar de dejar que todas estas luchas se atomicen y se agoten sectorial y geográficamente. Por eso se justifica hoy más que nunca la construcción de una Corriente Sindical de oposición en la CTA y CGT para luchar por un sindicalismo combativo y una nueva dirección al frente de los sindicatos.
Es vital, por lo tanto, rodear de la máxima solidaridad la lucha del Garrahan y extender el conflicto al resto de sectores de salud y estatales que están actualmente en lucha si la dirección de ATE no lo quiere hacer, y volcarse en la calle con volantes y petitorios para ganar el apoyo del pueblo trabajador, como muy bien se ha empezado a hacer. Así evitamos el aislamiento, viendo las posibilidades de convocar huelgas y movilizaciones conjuntas, los mismos días, al mismo tiempo, organizando marchas en común como las de hoy, sacando el conflicto de dentro del hospital para llevarlo a la calle. No hay otro camino.