Se cumplen tres años de la masacre de Avellaneda cuando fueron asesinados los compañeros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, y cientos de compañeros fueron heridos y detenidos. Con la excepción de unos pocos detenidos, los asesinos y sus cómplices en los mandos policiales y en el poder político siguen libres e impunes bajo la protección policial y de los jueces, con la connivencia del gobierno de Kirchner.
3º ANIVERSARIO DE LA MASACRE DE AVELLANEDA
Se cumplen tres años de la masacre de Avellaneda cuando fueron asesinados los compañeros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, y cientos de compañeros fueron heridos y detenidos. Con la excepción de unos pocos detenidos, los asesinos y sus cómplices en los mandos policiales y en el poder político siguen libres e impunes bajo la protección policial y de los jueces, con la connivencia del gobierno de Kirchner.
Desde el 17 de mayo se celebra el juicio contra los encausados. En él se busca presentar todo como un caso de exceso policial y no se toca a los que organizaron y dieron las órdenes para que se llevaran adelante las acciones criminales, y luego trataron de encubrirlas.
Ni el gobierno ni la burguesía están interesados en esclarecer y castigar los crímenes del Puente Pueyrredón, porque los asesinos actuaron por mandato del gobierno de turno y de los capitalistas para sofocar violentamente la protesta piquetera y tratar de conjurar una nueva rebelión popular como el Argentinazo.
Como bien lo señalan los familiares de Darío y Maxi, sabemos que el Estado burgués no castigará a sus valiosos representantes y a sus fuerzas represivas, que tan buen servicio le prestan en los momentos en que corre riesgo la dominación capitalista. Tratarán de salvarlos castigando, si es inevitable, sólo a los culpables más directos, y ya veremos con qué tipo de condena.
Solamente mediante la movilización y la lucha se puede garantizar el máximo castigo posible a los asesinos y que se investigue la cadena policial y política ascendente de los responsables de la masacre, mientras se avanza en la organización de los trabajadores y los sectores populares, con el fin de terminar con este estado explotador en la perspectiva de construir una sociedad igualitaria sin explotación ni represión.
El capitalismo es un sistema que se basa directamente en la represión y en la opresión del trabajador. No sólo reprime la policía. También la represión se ejerce con la desocupación, con los salarios bajos, con la degradación de nuestros barrios. Es represión subir las tarifas, privatizar los servicios públicos y pagar la deuda externa para que un puñado de monopolios, bancos y multinacionales ganen miles de millones de dólares a costa del futuro de las familias trabajadoras.
Hay que decir la verdad. La única solución está en expropiar a los capitalistas argentinos y extranjeros. Que los trabajadores controlen democráticamente la riqueza que crean con sus manos y su cerebro, desmantelando el aparato represor del Estado burgués. El movimiento piquetero, el activismo obrero clasista y la izquierda deben unificar sus luchas y reclamos para ganar a la mayoría de la clase obrera para este programa.
¡UNÍTE A EL MILITANTE PARA LUCHAR POR UNA ALTERNATIVA SOCIALISTA!