En la asamblea realizada en el día 1 de febrero, los trabajadores de Comcap Autarquia (empresa de limpieza pública de Florianópolis, Estado de Santa Catarina) dieron por terminada la huelga que duró 15 días. Planteamos aquí las lecciones de la misma.
Una huelga que fue motivada por el hecho de que el alcalde Gean Loureiro (DEM) envió a la Cámara de Concejales el proyecto de ley que prevé la extinción de Comcap, que reduce hasta un 50% el salario de los trabajadores y privatiza los servicios de limpieza pública. El proyecto fue aprobado por la mayoría de los concejales violando todos los plazos legales de tramitación y bajo una fuerte presencia de la Policía Militar y la Guardia Municipal. En la asamblea realizada el día 27 de enero los trabajadores decidieron mantener la huelga, contando con la adhesión de casi el 100% de la plantilla, exigiendo la revocación de la ley. Por otro lado, el alcalde, el poder judicial, los políticos burgueses, los comerciantes y empresarios locales entraron en una furiosa campaña pública exigiendo la persecución y represión violenta contra los trabajadores y su sindicato, Sintrasem.
El poder judicial, a través del juez Júlio César Knoll, determinó la ilegalidad de la huelga y autorizó al municipio efectuar la exoneración y despido por causa justa de todos los servidores y empleados de Autarquia; bloqueo de las cuentas bancarias del sindicato y cobro de una multa diaria por valor de 200.000 reales (cerca de 40.000 dólares); embargando la cantidad directamente de la nómina y de los valores que los miembros de la dirección de Sintrasem tuvieran en sus cuentas bancarias personales hasta completar el valor de la multa. Y decidió además que la Policía Militar debía reforzar el despliegue de efectivos policiales para enfrentarse con los piquetes de la huelga y la desocupación de los locales en huelga.
En el día 30 de enero, el alcalde anunció que no iría a negociar con los huelguistas y despediría a los 1.500 trabajadores de la empresa, llegando a crear una comisión para realizar los procesos administrativos. Además, les retiró el salario de los días de huelga.
El domingo, 31 de enero, el sindicato Sintrasem organizó un gran acto público que reunió a más de cinco mil personas, con la participación de los trabajadores de Comcap, profesores, trabajadores sanitarios, trabajadores de asistencia social, y de otras categorías, y muchas personas de la ciudad y la región que estaban apoyando la lucha de estos trabajadores. Este acto dio ánimos y demostró la fuerza de la huelga.
Ese mismo día, Esquerda Marxista inició una campaña nacional e internacional de mociones contra la persecución y la represión de los trabajadores de Comcap en huelga. Alrededor de 400 mociones fueron enviadas por los sindicatos, partidos políticos y activistas de decenas de países y de ciudades de Brasil, para el alcalde, el Presidente de la Cámara de Concejales y el juez.
Estos factores combinados presionaron al Ejecutivo y Legislativo municipal a abrir una mesa de negociaciones en la noche del 31 de enero, presentando una propuesta de acuerdo con los siguientes puntos: retirada de las sanciones administrativas y de la acción judicial contra el sindicato y los trabajadores; devolución de los salarios; reemplazo de los días de paro en forma de horas extras no remuneradas, hasta la normalización de los servicios de la empresa; incluyendo la retirada de la multa de 200.000 reales al sindicato por día de huelga, quedando el pago de la multa en el valor total de 100.000 reales y la garantía de estabilidad hasta que se jubile el último trabajador. La dirección del sindicato consideró que la huelga había llegado hasta su límite y que la plantilla debería aceptar la propuesta y terminar el movimiento. Entendemos que, dadas las circunstancias, esta fue la decisión correcta, ya que garantizó los puestos de trabajo y el no castigo al sindicato y a los trabajadores. Los derechos retirados a los trabajadores continuarán siendo el estandarte de las luchas en el próximo periodo.
Las lecciones que enseñó la huelga
En julio de 2017 la Comcap fue transformada en empresa municipal por el alcalde Gean Loureiro en su primer año de mandato. En aquella ocasión, la fuerte huelga de los trabajadores hizo que el alcalde mantuviese en la ley que creó “Autarquia” un dispositivo que garantiza la renovación anual del Convenio Colectivo de Trabajo del Ministerio de Trabajo, teniendo en cuenta que los trabajadores de Comcap son trabajadores contratados. En aquel momento alertamos a la plantilla que deberíamos continuar con la lucha para revertir la transformación de la empresa en Autarquia, ya que el alcalde podría alterar la ley con mayoría simple en la Cámara de Concejales, retirando derechos. Fue exactamente eso lo que pasó en el inicio del segundo mandato de Gean Loureiro, incluso después de haber hecho promesas, en la víspera de las elecciones de octubre de 2020, de que los trabajadores no perderían derechos bajo su gobierno.
Durante todo el año 2020, Gean Loureiro no cumplió varias cláusulas del Convenio Colectivo del Trabajo. La dirección de Sintrasem reaccionó con pasividad frente estos incumplimientos, postergando los paros necesarios frente a los ataques que se fueron acumulando. Todas las asambleas que fueron convocadas para abordar los incumplimientos terminaron con cartas de la dirección de Comcap diciendo que se iba a cumplir el acuerdo. Pero al día siguiente todo continuaba igual.
Con la elección de Gean Loureiro en la primera vuelta para su segundo mandato, el escenario apuntaba a ataques más profundos a los derechos de los trabajadores y la posibilidad concreta de la privatización de Comcap. Después del incumplimiento al inicio de noviembre de la actualización salarial por la inflación, los trabajadores, al inicio de diciembre, presionaron a la dirección del Sindicato para convocar una huelga. Después de cuatro días de huelga el alcalde presentó una propuesta de pago a plazos de la actualización por la inflación, que fue aprobado por la plantilla en asamblea. Esa huelga ya había demostrado a los trabajadores que la dirección de Sintrasem se equivocó en no impulsar una campaña pública antes de las elecciones municipales explicando a la población y a los trabajadores de la empresa los ataques que Gean Loureiro estaba haciendo a los derechos laborales y que su reelección representaba un riesgo inminente de privatización de Comcap, que es considerada una de las mejores empresas de limpieza pública del país.
Otro error que la dirección cometió durante todo el año 2020 fue el no convocar al resto de la plantilla (educación, salud, asistencia social, obras, administrativos, etc.) a asambleas presenciales y actos públicos contra la congelación de la carrera y otros ataques. Esta desmovilización de los trabajadores impidió que la dirección los llamase para unificar la lucha en defensa de Comcap 100% pública y por el mantenimiento de los derechos de esos trabajadores.
Estas actitudes vacilantes de la dirección de Sintrasem permitieron que el Ejecutivo municipal organizase, junto a su base de concejales, los comerciantes, empresarios y medios de comunicación, los ataques a Comcap y a sus trabajadores.
Queda la lección de que la formación política en los centros de trabajo es una necesidad constante, como forma de preparar a la plantilla para comprender la situación política y estar dispuesta a movilizarse en cualquier momento en defensa de los derechos y los puestos de trabajo.