A tempranas horas del domingo 3 de Mayo, la policía y las fuerzas armadas venezolanas frustraron un intento de desembarco por parte de hombres armados en Macuto, La Guaira, a 35 Km de la capital Caracas. En los enfrentamientos resultantes ocho mercenarios fueron abatidos y sus armas incautadas, tanto de las lanchas como almacenadas en tierra. De acuerdo con las autoridades, el ataque tenía el objetivo de secuestrar a dirigentes venezolanos y provocar un golpe militar.
El enfrentamiento armado inició a las 3:50 de la madrugada en Macuto, una ciudad costera ubicada en el Estado La Guaira. El Ministro venezolano de Relaciones Interiores Néstor Reverol describió el hecho como un intento de “invadir el país por mar”. Las Fuerzas Armadas Venezolanas y el grupo FAES de la Policía Nacional Bolivariana fueron los responsables de repeler el ataque. Reverol explicó también que de acuerdo con los sistemas GPS de las lanchas, los atacantes provenían de Colombia.
En una conferencia de prensa a las 11 am el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente Diosdado Cabello, reportó que ocho agresores fueron abatidos y otros dos capturados. Un lote de armas fue incautado, incluyendo 10 rifles de asalto, una pistola Glock 9mm, dos ametralladoras AFAG, seis vehículos pickup con ametralladoras montadas, un bote con dos motores fuera de borda; al igual que uniformes militares, teléfonos satelitales y municiones.
Está claro que la inteligencia venezolana fue alertada sobre esta operación, lo que revela que muchos de los grupos mercenarios paramilitares ligados a la oposición están fuertemente infiltrados. Mientras que el líder de la oposición y marioneta de Trump Juan Guaidó describe los sucesos como “un pote de humo del régimen”, es evidente que muchos de los involucrados tienen vínculos directos con el mismo Guaidó. Algunos de ellos participaron en el golpe militar fallido del 30 de Abril de 2019, que fue liderado abiertamente por Juan Guaidó y Leopoldo López.
Otros fueron parte del plan de incursión militar desde territorio colombiano, planificado para el 23 de Marzo, pero abortado luego que la policía colombiana incautó un lote de armas. El líder de esa operación, que involucraba a 300 hombres armados, era el antiguo oficial del ejército y conspirador golpista Cliver Alcalá Cordones, quien luego se entregó a las autoridades norteamericanas, que habían emitido una orden de captura en su contra por tráfico de drogas.
Vínculos con Guaidó
Antes de su arresto, Alcalá Cordones publicó un video donde alega que su operación fue el resultado de un contrato firmado entre él, el lobbysta político reaccionario J.J. Rendón y el propio Juan Guaidó. Uno de los elementos claves en la incursión militar abortada del 23 de Marzo, fue el mercenario norteamericano y ex boina verde Jordan Goudreau. Junto a otros dos ex marines, Goudreau estuvo a cargo de entrenar en campamentos en Colombia a los desertores del ejército venezolano quienes incursionarían en territorio venezolano. Dos días antes del ataque del 3 de Mayo, la agencia AP publicó una investigación detallada sobre el papel de Goudreau en la conspiración abortada del 23 de Marzo.
Goudreau, quien dirige a la agencia de mercenarios Silvercorp US, con base en Florida, también tiene vínculos cercanos con Guaidó. De acuerdo con el reporte de AP, en febrero de 2019 Goudreau trabajó organizando la seguridad del concierto de la “ayuda humanitaria” en el lado colombiano de la frontera con Venezuela. El concierto, promovido por Guaidó y financiado por el multimillonario Richard Branson, tenía como objetivo servir de cubierta para una provocación en la frontera venezolana, la cual fracasó. En ese momento, Guaidó cruzó la frontera colombo-venezolana ilegalmente, con la ayuda del grupo paramilitar narcotraficante Los Rastrojos.
Ayer, fue Goudreau quien publicó un video mensaje desde Florida, acompañado por otro golpista y desertor del ejército venezolano, reclamando la responsabilidad por el intento de desembarco en Macuto. En una entrevista con la activista de la oposición reaccionaria Patricia Poleo, Goudreau mostró una copia del contrato firmado entre Alcalá Cordones, Guaidó, J.J. Rendón y su propia compañía de seguridad, por servicios que incluyen “planificación estratégica”, “adquisición de equipos” y “asesoría en ejecución de proyectos”. El documento fue respaldado con una grabación de audio de una conversación entre Guaidó, sus socios y el mercenario norteamericano Goudreau, discutiendo los términos del acuerdo.
Solo unos días antes del ataque del 3 de Mayo, el enviado especial de los EEUU para Venezuela Elliot Abrams y el Secretario de Estado Mike Pompeo intensificaron sus declaraciones provocadoras contra Maduro. Abrams declaró que “los días de Maduro están contados”, mientras que Pompeo en una rueda de prensa efectuada el 29 de abril, aseguraba a los periodistas que “los esfuerzos multilaterales para restaurar la democracia en Venezuela continúan ganando impulso”, y que había “actualizado los planes para reabrir la embajada norteamericana en Caracas”. ¿Coincidencia? No lo creo…
De todo este sórdido asunto se pueden sacar varias conclusiones. La primera es que por más que lo niegue, Guaidó está profundamente implicado en los diferentes intentos de derrocar a Maduro. Incluso si se deja a un lado el famoso contrato, las pezuñas de Guaidó están por todas partes, como lo hemos detallado arriba. Los militares desertores involucrados participaron en el golpe fallido del 30 de Abril de 2019 liderado por Guaidó. El principal mercenario norteamericano involucrado proveyó seguridad al concierto de “ayuda humanitaria” de Guaidó. El mismo mercenario también participó en una reunión entre los asesores de Trump y los agentes de Guaidó en Miami.
Por supuesto, como el intento falló él alega no tener nada que ver con el mismo. La interrogante que realmente necesitamos preguntar es, ¿Por qué Guaidó sigue libre? ¿Por qué no ha sido arrestado? Él ha intentado usurpar un cargo para el cual no fue electo. El ha llamado a una intervención militar extranjera contra su propio país. El ha llamado a un golpe militar. De hecho él lideró un golpe militar. ¿Qué más se necesita para que sea aprehendido y llevado ante un tribunal? Este nivel de impunidad es indignante, particularmente en un momento en el que activistas revolucionarios como Argenis Chirinos y Aryenis Torrealba han sido arrestados y sus derechos les han sido violados, cuando su único “crimen” fue denunciar la corrupción en la empresa estatal PDVSA.
El papel del imperialismo
¿Cuál es el papel de los Estados Unidos en estos complots? Todo observador informado debería tener claro que nada se mueve en la oposición reaccionaria de Venezuela sin que los servicios secretos norteamericanos estén al corriente. En las declaraciones de ayer del mercenario Goudreau y en el reporte de AP éste se quejó de haber buscado apoyo en los Estados Unidos para sus planes paramilitares y no haberlo encontrado. Ello indica, como mínimo, que los EEUU tenían conocimiento previo de estos planes – recuerda, planes de una invasión mercenaria a un tercer país – y no hicieron nada al respecto. Pero la implicación de los EEUU va más allá del conocimiento. Washington alienta abierta y públicamente estas actividades, como cuando el Departamento de Estado ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por información que llevase a la captura de Maduro y otros funcionarios venezolanos. Sin mencionar el hecho de que por más de un año Trump ha estado alentando abiertamente a oficiales del ejército venezolano a rebelarse contra el gobierno de Maduro.
Claramente, tanto la llamada oposición “democrática” venezolana como el imperialismo norteamericano son responsables de ataques como el de ayer (3 de mayo). Hablan de “restaurar la democracia”, pero la oposición venezolana, Trump y todos los países que reconocen a Guaidó, tienen las manos manchadas con todo tipo de complots paramilitares en los que se involucra a mercenarios, narcotraficantes, terroristas, etc. Es de resaltar que el líder de la oposición venezolana Leopoldo López, quien fue el otro cabecilla del golpe del 30 de Abril de 2019, se aloja en la embajada Española en Caracas y este arreglo no ha sido repudiado por el nuevo gobierno de izquierdas PSOE-UP en Madrid.
Todos los demócratas coherentes, todos los socialistas, debemos rechazar estos actos escandalosos de agresión imperialista contra Venezuela y denunciar a todos los gobiernos que, al apoyar la “legitimidad” de Guaidó, tienen complicidad en ello. Al mismo tiempo debemos puntualizar que la agresión imperialista sólo puede ser combatida con medidas revolucionarias: capturando a Guaidó y a sus socios conspiradores golpistas y llevándolos a juicio, con la expropiación bajo control obrero de todas los activos de multinacionales norteamericanas en Venezuela, la expropiación de la oligarquía venezolana (capitalistas, banqueros y latifundistas), que apoyan y financian estos complots contrarrevolucionarios, y el establecimiento de una genuina milicia revolucionaria de campesinos y trabajadores.