Luego de la sesión "trucha" en la que el bloque dominante ubicó a Aníbal Franco como vicerrector, la situación hasta este momento está en un limbo político. Quedó claro que el sector "alterinista-shuberoffista-Franja Morada" estaba desquiciado luegode la renuncia de Alterini, como candidato a Rector de la UBA. Buscaban como fuera un resquicio para poner una pata firme en el gobierno de la UBA e intentar disciplinar un proceso que pensaban que sería fácil de dominar, pero que se les fue de las manosanos por encontrarse con un activismo decidido a no dejar pasar la oportunidad de hacer una Segunda Reforma universitaria.
Por un frente único FUBA, AGD-UBA y sector no docente
Luego de la sesión "trucha" en la que el bloque dominante ubicó a Aníbal Franco como vicerrector, la situación hasta este momento está en un limbo político. Quedó claro que el sector "alterinista-shuberoffista-Franja Morada" estaba desquiciado luego de la renuncia de Alterini, como candidato a Rector de la UBA. Buscaban como fuera un resquicio para poner una pata firme en el gobierno de la UBA e intentar disciplinar un proceso que pensaban que sería fácil de dominar, pero que se les fue de las manos por encontrarse con un activismo decidido a no dejar pasar la oportunidad de hacer una Segunda Reforma universitaria.
Está claro que la situación puede decantar para un lado o para el otro. El bloque dominante cuenta con la ventaja de sus espacios de poder y de su "legalidad" burguesa, pero el conjunto de sectores que quiere una universidad verdaderamente democrática y popular demostró que es mucho mayor frente a quienes arguyen contar con el derecho de su parte.
Como venimos diciendo desde que estalló el conflicto, la dirección del movimiento estudiantil y la FUBA no pueden circunscribir las acciones de protesta al núcleo de activistas militantes que siempre se moviliza. Tarde o temprano el desgaste hará mella y no se logrará la reforma. Hay que vincular con esta lucha a todos los sectores comprometidos con la democratización: estudiantes, docentes progresistas y trabajadores no docentes.
Hay que organizar una plataforma conjunta de estos tres sectores que conecte la lucha con las preocupaciones de estudiantes, docentes y no docentes que miran desde afuera la disputa, como si no les afectara. Y esto es responsabilidad de los dirigentes de la FUBA, pero también del sindicato docente AGD-UBA y de los delegados no docentes. Hay una oportunidad inmejorable de ligar la falta de horarios de cursada, las carencias edilicias, el problema de las cátedras, y todas las preocupaciones de los estudiantes, con la injusticia que supone el gobierno de una minoría antidemocrática que considera la UBA como suya, repartiendo cargos, dinero y prebendas para perpetuarse en el poder.
Es necesario desplegar una campaña amplia de concientización y agitación (charlas, talleres, movilizaciones) en todos los ámbitos, dentro y fuera de las aulas, para ganarnos el apoyo activo de los miles de estudiantes, docentes y no docentes, y de los trabajadores en general. Esta es la clave para que la UBA no caiga en manos de una camarilla reaccionaria y consigamos una real democratización de sus estructuras.