En la mañana de ayer y mientras estábamos publicando un artículo advirtiendo nuevamente sobre el golpe inminente y el papel de FFAA y policía, un motín policial lo ha oficialmente iniciado.
El motín policial ha empezado en la UTOP, la repartición antimotín, de Cochabamba. El gobierno había dispuesto el pago de un “bono lealtad” de 3000 Bs que, sin embargo, había sido desembolsado del propio fondo jubilaciones de los policías. Esto, más la violencia de los enfrentamientos en Cochabamba, la parcialización del comandante con los cocaleros y la barbarie sectaria de algunos comunarios de cortar el agua a la ciudad, ha dado excusa al motín. Se trata, sin embargo, de pretextos: a los pocos minutos de iniciarse el motín los policías han expuesto banners por la renuncia de Evo. Con este mismo pedido la policía está actualmente amotinada en todo el país, incluso en la UTOP de La Paz.
Después de la reunión de Evo con el Alto Mando, el ministro de defensa ha anunciado que el gobierno desestima acuartelamiento o movilización de militares. Es posible que esto sea una decisión autónoma de Evo, sin embargo por lo que habíamos explicado lo más probable es que los militares no quieren ni enfrentarse con grupos selectos de policías ni pasar por los riesgos, muy concreto, de que se susciten levantamientos de divisiones armadas contra Evo y el Alto Mando. La gente se ha concentrado a las puertas de cuarteles y colegios militares del país.
Los sectores afines al MAS que estaban resguardando la Plaza Murillo se han replegado. Las acciones de estos grupos consistían en atacar a las marchas opositoras en La Paz y luego retirarse tras el cordón policial que protegía Plaza Murillo, dejando a los policías la tarea de completar la represión. Para el MAS, como explicamos, el fin de todo esto era movilizar a las bases pero sólo para disuadir y buscar negociar en una posición de fuerza con imperialismo y oposición. El resultado de estos métodos que son totalmente ajenos a la lucha social está a la vista de todos.
El ministro Romero ha ofrecido a los policías diálogo sobre sus reivindicaciones salariales y de sector. Es increíble que el MAS siga con su fracasada política clientelar siendo incapaz enfrentar el golpe. La cancillería ha emitido un comunicado denunciando el golpe de Estado a una comunidad internacional que, como dijimos ayer, está claramente encaminada a avalar las denuncias de fraude electoral.
En rueda de prensa desde un hangar de la Fuerza Aérea Evo acaba de ratificar tanto la denuncia de golpe como el llamado a la institucionalidad de la policía. Ha convocado a sus bases a la “movilización pacífica en defensa del proceso de cambio” y a los partidos opositores que obtuvieron una bancada parlamentaria el 20 de octubre a una mesa de diálogo para la “pacificación del país”. Sin embargo, ninguno de estos partidos tiene las riendas del movimiento cívico y además el MAS ahora encararía semejante diálogo en una posición de extrema debilidad. Es evidente que la burocracia del MAS es absolutamente incapaz de superar su fe ciega en el capitalismo y el Estado burgués, al cual están dispuestos a inmolar a campesinos y obreros dispuestos a luchar.
La única reacción organizada es la emboscada a la altura de Vila Vila, cerca de La Paz, de sectores campesinos a la caravana de decenas y decenas de buses del Bloque Cívico del Sur que se dirigía a la sede de gobierno. Los campesinos habían sido armados con gases de dotación policial. Un contingente de la UTOP amotinada de Oruro se está dirigiendo al lugar para evitar una masacre. Como hemos explicado el Bloque Cívico del Sur es el sector con más raíces entre el pueblo pobre y trabajador y el propio movimiento sindical.
Así el resultado de esta acción de guerrilla campesina está teniendo efectos contrarios. 2500 cooperativistas mineros de base de Potosí acaban de salir de la Villa Imperial para ir a defender a sus conciudadanos. La indignación causada en Potosí por esta emboscada, de la cual se desconocen todavía la cantidad exacta de víctimas, ha causado también la renuncia del gobernador departamental del MAS y del alcalde, también masista, que se ha sumado al paro. La FSTMB de Potosí, la más grande federación departamental minera, acaba de sacar un pronunciamiento en que pide: congreso inmediato de la COB; renuncia de los vocales del Tribunal Electoral, nuevas elecciones y llama a sus afiliados a reforzar los puntos de bloqueo en apoyo a los cívicos que, en cambio, exigen la renuncia de Evo.
Lo que estamos presenciando en Bolivia es una “revolución de colores”, es decir un golpe burgués con una auténtica base de masas ganada mezclando consignas democráticas a otras en que se reflejan aspiraciones populares. Lo que está ocurriendo en Potosí es ejemplar al respecto y lo hemos advertido desde el primer paro cívico de 2010. Potosí llevaba dos semanas de paro antes de las elecciones por la abrogación del DS 3738, que entregaba el litio al control de una multinacional alemana, y en pasado se había movilizado por la nacionalización de las multinacionales mineras que el gobierno ha defendido.
Producto de ello y de la burocracia sindical, la COB está realmente hecha pedazos. Pero lo que se viene con una eventual caída de Evo está claro. Usarán a la clase media movilizada para reprimir y dispersar a sindicatos combativos, incluso a los que ahora apoyan la renuncia de Evo. Los fabriles de Cerámicas Santa Cruz que, como informamos, habían tomado la jefatura del trabajo cruceña demandando la reincorporación laboral de 30 compañeros y la anulación de los procesos a 12 de sus dirigentes sindicales. Sin embargo, han sido alejados por vecinos y cívicos cruceños porque, en este momento “no se tienen que criticar a los empresarios que nos apoyan”.
Cada día que pasa el golpe cobra más fuerza. La policía está amotinada, las FFAA acaban de pronunciarse en los mismos términos con los cuales se pronunciaba el comando policial antes del motín. La comunidad internacional espera en silencio la evolución de los acontecimientos para ajustar el tono de su auditoría en base a esto, pero ya hizo filtrar los resultados de la misma. Solo la burocracia del MAS sigue confiando en el Estado burgués y el capitalismo internacional y así se cavan la tumba.
La presión de masas, la gestión burocrática sindical y las ilusiones democráticas del MAS están empezando a resquebrajar también la unidad de los sectores disponibles a luchar contra el golpe. No hay movilización en San Julián, donde se amenazó toma de empresas agrícolas; en Achacachi, el municipio de los Ponchos Rojos, hay una movilización contra Evo; sectores de la COR, el transporte y la UPEA de El Alto exigen nuevas elecciones y entre los mineros de Huanuni crece la oposición a la idea de ir a una lucha fratricida en La Paz, oposición a la cual el pronunciamiento de la FSTMB de Potosí inevitablemente dará más fuerza. Esto son los efectos de la mezcla de objetivos reformistas (el diálogo institucional con la oposición burguesa y el reconocimiento internacional) combinados con métodos criminales de la burocracia del MAS.
El margen para que la clase trabajadora asuma la dirección que hoy dramáticamente hace falta es cada minuto más pequeño. Solo convocando a la huelga general y la toma de empresas paralizadas y donde se violan derechos laborales se puede empezar a combatir eficazmente el golpe y revertir la tendencia que lleva a la disolución de la unidad sindical.
Pero la burocracia sindical no tiene ninguna autoridad para un llamado como este, ni tiene independencia de Evo como para exigirle el armamento de la clase trabajadora que el motín policial hace más urgente. Justo mientras acabamos de escribir, de hecho, nos ha llegado el voto resolutivo de los mineros de San Cristóbal que desconoce a Huarachi por haber “prostituido” la COB. Es necesario que desde los sindicatos más importantes se convoque a un ampliado nacional para conformar una nueva dirección de la COB elegida entre los trabajadores más combativos que pueda dirigirse al resto de la clase trabajadora, a la FSTMB de Potosí, a los fabriles del país.