Los anuncios del líder cívico cruceño suponen un salto cualitativo en una dirección claramente golpista.
Camacho ha convocado a la toma “pacífica” de las instituciones del Estado, que a estas horas de la noche, ya ha empezado en Santa Cruz, y la extensión de los bloqueos a las fronteras. Pero la sorpresa más grande la ha dado anticipando su participación a una marcha para este martes en la ciudad de La Paz que pretende llegar a la Plaza Murillo a exigir la renuncia de Evo. Es una abierta provocación que todo deja pensar no esté dirigida solo al MAS y al gobierno.
El lunes el Alto Mando Militar ha emitido un comunicado, el primero desde el inicio de la crisis, en que declaran que “velarán por el mantenimiento de la democracia” y recuerdan que la institución castrense “está sujeta a las leyes y a los reglamentos militares, se sustentan en la cohesión de sus estructuras, su misión y organización vertical, basados en principios fundamentales de disciplina, jerarquía, orden y respeto a la Constitución”. ¿Las FFAA defenderán la democracia de los cívicos o la de Evo? ¿La que hace de Evo el comandante en jefe o la que impedía su reelección? Todo este lenguaje deliberadamente ambiguo y el llamado a la jerarquía militar significa sólo que las FFAA son jaladas por un lado y por el otro y, por lo menos en el Estado Mayor, todavía no saben con quién estar.
Su provocación está dirigida claramente a las FFAA y no podemos arriesgarnos a esperar que los hechos aclaren si la de Camacho es una aventura, como sostiene la senadora Salvatierra, o el inicio del golpe. Al estado actual está claro que si Evo cae ahora será por manos de Camacho (es decir el ala más conservadora y reaccionaria de la burguesía cruceña) y de gorilas.
La COB ha convocado a una marcha para este mismo martes en La Paz. Federaciones de maestros, urbanos y rurales, de todo el país, además de fabriles de Cochabamba, La Paz, Sucre, han hecho público su desacato a esta convocatoria. Como hemos señalado los métodos burocráticos de la COB y su servilismo al gobierno, impiden la movilización unitaria de la clase trabajadora. La COD de Oruro, bajo presión de operadores del MAS, ha dado un plazo de 24 horas a los maestros urbanos parte del movimiento cívico para que vuelvan a trabajar, bajo amenaza de enfrentamientos. Así la clase trabajadora se sigue dividiendo.
Un cuadro exacto del ambiente entre los trabajadores del país, viene de la asamblea de anoche del sindicato minero de Huanuni, el más grande del país. Huanuni reforzará la presencia minera contra las amenazas de golpe, por decisión de su asamblea. El debate ha demostrado que los trabajadores necesitan confrontarse. Un par de intervenciones, bastante rechifladas, indicaban que la única solución al conflicto son nuevas elecciones. Algunos llamaban a la defensa de “nuestro proceso de cambio”, sin suscitar particulares entusiasmos. Muchos en cambio los que recordaban los problemas irresueltos sobre salario, beneficios sociales u organización de la empresa. Otros llamaban a sumarse voluntariamente a la decisión de viajar a La Paz para impedir un nuevo 21060, el decreto que significó el neoliberalismo y la privatización de la minería.
Los compañeros de base con los que pudimos hablar nos confirmaron las evidentes razones del escepticismo entre los trabajadores. El MAS ha recurrido al sindicato de Huanuni en otras ocasiones de dificultad, pero la gestión burocrática de la empresa y el manejo económico del Estado no permite a los trabajadores de recurrir al MAS para solucionar sus problemas con la empresa. Además, la alianza estratégica con el MAS ha corrompido su sindicato y los ha privado de esta herramienta de defensa y combate. Entre algunos mineros, esto es difícil de dejar atrás. Así el ambiente general de toda la asamblea era la búsqueda de una posición independiente como mineros, que la burocracia no es capaz de dar.
Si cae Evo y se nombra un gobierno de transición para nuevas elecciones, este solo podría regirse con el apoyo de las FFAA. En esta hipótesis Huanuni podría ser militarizada y en todo caso el primer objetivo de un nuevo gobierno sería barrer en cualquier modo con los sindicatos mineros de Huanuni y Colquiri. Esto la mayoría de los trabajadores lo entiende, pero preguntan cómo evitar de volver a lo mismo de siempre, es decir como derrotar a Camacho y cambiar las políticas de Evo.
A esta pregunta la respuesta es: los trabajadores debemos combatir el golpe con nuestros métodos. En primer lugar asambleas como la de Huanuni donde pero se conformen comités de movilización con delegados de base democráticamente elegidos entre los más combativos y revocables en cualquier momento. Debemos exigir además:
- Armamento del pueblo contra el golpe. Es la única manera para disuadir a las FFAA para que no salgan a las calles.
- Huelga general y toma de empresas, para llevar el conflicto en la casa de la burguesía golpistas y convocar a los fabriles de las decenas de fábricas en lucha a sumarse a la convocatoria.
Solo así, con milicias y extendiendo nuestro control sobre la economía podremos derrotar al golpe y al mismo tiempo quedar en la posición para impedir que sigan las políticas de colaboración de clase del MAS que nos están llevando al borde del precipicio.