El Militante, dicho y hecho

He aquí, en plena acción, una tarea dialéctica en comunicación cuya autoconciencia como herramienta revolucionaria abona, a diestra y siniestra, pistas de trabajo Militante [1] y “periodístico” que no son sólo para leer… no para leer simplonamente. El Militante [2] (digital o impreso) es una intervención marxista en la comunicación, armada con una política de comunicación revolucionaria y eso no es tarea sencilla. Lo saben muchos y lo aprecian pocos. Esta “prensa”, pretende no sólo ser “informadora sora social”, más que eso. quiere ser, sobre todo, transformadora social. Y eso se agradece verdaderamente. He aquí, en plena acción, una tarea dialéctica en comunicación cuya autoconciencia como herramienta revolucionaria abona, a diestra y siniestra, pistas de trabajo Militante [1] y “periodístico” que no son sólo para leer… no para leer simplonamente. El Militante [2] (digital o impreso) es una intervención marxista en la comunicación, armada con una política de comunicación revolucionaria y eso no es tarea sencilla. Lo saben muchos y lo aprecian pocos. Esta “prensa”, pretende no sólo ser “informadora social”, más que eso. quiere ser, sobre todo, transformadora social. Y eso se agradece verdaderamente.

Y no se conforman con exigirse una batalla de ideas, armados con lo mejor del pensamiento marxista, leninista, trotskista… quieren, además, una lucha contra la palabrería estereotipada, la pobreza del humor, el diseño gráfico raquítico, esquemático o bobalicón y los convencionalismos más estériles a la hora en que un “lector” se relaciona con un periódico Militante… contra todo sectarismo, empirismo y “criticismo”, es decir, este Militante es un paso hacia una prensa con capacidad de sorpresa o seducción, para construir confianza y coincidencia, de las ideas a los hechos. No siempre lo logran pero nunca lo olvidan.

No es difícil criticar una prensa que pone en claro sus objetivos… basta casi con señalar qué es lo que los distancia de ellos y saber si tal distancia obedece a causas endógenas o exógenas. Es fácil, y lo difícil es superar las falencias tecnológicas, económicas… así y todo no hay muchos espacios de comunicación tan ansiosos y sensibles a las críticas como éste lo es, nada menos, porque con ellas se impulsa. ¿No es interesante? Léase con detalle cada ejemplar, no hay modo de mentir. Hay muy pocos medios tan interesados por lectores participativos. Hay herencias muy significativas: “Muchos lectores se quejaron de la pobreza tipográfica de nuestra publicación; también por su formato inadecuado, los caracteres demasiado pequeños, etcétera. Reconocemos que estas quejas se justifican plenamente. La razón fundamental de los defectos técnicos de Clave es nuestra falta de fondos. No recibimos subsidios del Papa de Roma ni del de Moscú ni de ninguna otra fuente secreta. A diferencia de algunas publicaciones seudo marxistas, podemos rendir cuentas ante nuestros lectores de cada centavo que gastamos. (Desgraciadamente tenemos muy poco para gastar.) Los fondos los proveen los editores y sus amigos. Con la firme convicción de que el número de nuestros lectores aumentará infinitamente, les pedimos, o mejor dicho les imploramos, que nos presten su apoyo material y moral. Así lograremos no sólo aumentar el contenido de nuestra revista, sino también mejorar considerablemente su aspecto. ¡Amigos de Clave, ustedes tienen la palabra! [3]”

Este Militante, al lado de otros, da batalla singular en la campaña “Manos fuera de Venezuela” [4] conocida mundialmente y respetada por organizaciones de todo el orbe, es su mérito, no exclusivo, sí ejemplar. Este Militante anda de Cachemira a Buenos Aires, de punta a punta, de Sur a Norte como quien anda animado por las cosas que verdaderamente van cambiando la faz de la historia, esta vez para nuestra liberación permanente. Este Militante mantiene al Alba su mirada solidaria con la Revolución Venezolana que impulsan los trabajadores y los campesinos de Venezuela y del mundo. En España, en México, en Argentina, en Inglaterra, en Francia, en Cuba… Hay que verlo.

Sin concesiones burocráticas, sin mecenas incógnitos y sin contabilidad duplicada, con muchos problemas formales en cantidad y calidad, que forman parte de una agenda permanente. Hay que leerlo para constatarlo. Eso no implica muchos éxitos. Eso lo saben quienes idean, escriben y hacen circular El Militante como se puede, para que la conciencia pegue un salto y crezca la organización obrera con un programa de verdad revolucionario encarnado en sus ideas y vida diaria… Sin revelaciones extraterrestres y con trabajo de hormiga, trabajo de corazones gigantes cara a cara con los trabajadores camaradas de clase para contribuir a la definición, teórica y práctica de la revolución y el socialismo.

Este Militante es prensa organizadora con una gran creatividad revolucionaria que trae la imaginación puesta como arma de la revolución, aplicada al “periodismo” o a lo mejor de él, en lucha permanente por construir una semiosis con independencia política. Por eso cuestiona las formas comunes de expresión para no repetir los modelos con que se articula el discurso hegemónico (su estética y clichés narrativos)… por eso busca producir colectivamente la conciencia, producirse con ella, elevarla para que descubra y propague las reglas, sueños y acciones concretas de los obreros y los campesinos hacia su emancipación permanente y definitiva. Este Militante declara sin trampas su entrega pertinaz en la producción de información y comunicación como herramienta donde “la verdad es concreta”, como afirmaba Bertold Brecht, la verdad que se descubre en la unión dialéctica de la idea y de la práctica. La praxis periodística que busca producir pensamiento revolucionario, con método científico, para impulsar análisis crítico y perspectiva de clase sobre hechos inteligibles en la situación y en el período en el que se desarrollan e intervenir organizadamente. No sólo contemplar.

Este Militante tiene mucho de distinto, de especial, porque es una ofrenda de ideas y acciones puestas a la vista de los trabajadores, en papel o digitalmente, como acto de pasión por la verdad a ultranza y la acción bien pensada. Por eso el elemento clave de esta prensa es la teoría marxista, es decir su método, que permite acercarse a la necesidad de las transformaciones. Esta prensa estudia la sociedad capitalista y, basado en su análisis dialéctico, busca actuar para transformar radical y permanentemente la realidad ayudándonos con un partido mundial, que aun no existe, rico en ideas, programa, métodos, tradiciones, solidaridad, fraternidad, imaginación, alegría… poesía a cántaros que a todo vapor se exprese en una estructura organizativa viva y con un gran sentido del humor. No como un mal chiste.

Este Militante anda como enamorado a la búsqueda de la historia, no aburrida ni esquemática, de las luchas de la clase obrera que provee ejemplos extraordinarios para aprender, con auto-crítica, a dar debates y luchas correctas impulsadas por las herencias de lo mejor de las formas organizativas más inteligentes y caminar hacia triunfos nuestros. Cada día. Este Militante tiene por garantía su mejor actitud para aprender y compartir experiencias, diariamente, en la lucha contra todo dogmatismo y sectarismo, tiene por arma al marxismo como ciencia y no puede entenderse sin ella… ciencia de la revolución en la época del capitalismo y campo de creatividad para imaginar libremente el futuro y construirlo entre todos. Sin ilusiones paralizantes.

Este Militante entiende que su tarea es ayudar, sin auto-proclamaciones de iluminados, a fertilizar la creación de un partido capaz de ser la expresión fresca, dinámica, en mejoría permanente, de la clase obrera y no de un grupo de sectarios que se sienten capaces de sustituir a las masas. “A pesar de que jura por el marxismo en cada frase, el sectario es la negación directa del materialismo dialéctico, que toma la experiencia como punto de partida y siempre vuelve a ella. Un sectario no entiende la acción y la relación dialéctica entre un programa acabado y la lucha de masas viva -es decir imperfecta, inacabada…- El sectarismo (…) vuelve la espalda al desarrollo real de la clase obrera”. Trotsky

Para el Militante es tarea suprema contribuir a la construcción del partido como es un problema y tarea social que habita históricamente en el inconsciente colectivo y viene fraguando su formación y maduración gracias a una conciencia revolucionaria de masas en ascenso incesante. No como una fórmula lineal sino como el desarrollo de factores muy diversos y concretos unas veces con avances y otras con retrocesos. Este Militante tiene claramente la convicción de que ha de ser una herramienta muy dúctil para los obreros y campesinos que ejerzan la dirección revolucionaria, instrumento de critica contra todo lo que frecuentemente enferma las luchas incluso bajo las banderas de la revolución. “Las tendencias de oposición tienen hoy en día un carácter eminentemente centrista, es decir, entre el socialpatriotismo y la revolución (…) Los marxistas deben ser capaces de encontrar las maneras de acceder a todas estas tendencias para, con el ejemplo y la propaganda, acelerar su camino hacia posturas revolucionarias”. Trotsky

Este Militante va por todas partes acicalado y dicharachero porque se sabe comprometido con la Revolución Permanente. “Mientras que los pequeños burgueses democráticos quieren poner fin a la revolución lo más rápidamente posible que se pueda (…) nuestros intereses y nuestras tareas consisten en hacer la revolución permanente hasta que sea descartada la dominación de las clases más o menos poseedoras, hasta que el proletariado conquiste el poder del Estado, hasta que la asociación se desarrolle, y no solo en un país sino en todos los países dominantes del mundo, en proporciones tales, que cese la competencia entre los proletarios de estos países, y hasta que, por lo menos, las fuerzas productivas decisivas estén concentradas en manos del proletariado” [5]

Sabe El Militante que la única clase capaz de encabezar un proceso revolucionario y llevarlo hasta sus últimas consecuencias es el proletariado aliado con los sectores más avanzados del campo. Sabe que aunque el sistema capitalista fue alguna vez un sistema revolucionario que cambió la historia para siempre, con un impulso extraordinario al desarrollo de las fuerzas productivas… ese sistema hoy está envejecido y agónico. Sabe que para combatirlo y superarlo desde la raíz es necesaria una lucha revolucionaria del proletariado fortalecido en su conciencia de sí mismo y con una nivel de lucha y organización que no podrá detenerse contento con ese nivel puramente “democrático” que la burguesía, una y otra vez, ha pretendido imponerle. El conflicto entre capital y trabajo ocupa el centro de su escena y así este Militante sabe que estamos inmersos en uno de los períodos más turbulentos e inestables de la historia; que no podemos tragarnos la historia de opulencia que se nos vende con fuegos de artificio, que la situación de la economía mundial es incertidumbre constante y que por eso el futuro depende de las luchas exitosas de los trabajadores. “La emancipación humana no está realizada sino cuando el hombre ha reconocido y organizado sus propias fuerzas como fuerzas sociales y, por lo tanto, ya no separa de sí mismo la fuerza social en forma de fuerza política”. (Marx)

Ya en 1919, Lenin, cuando estudiaba el concepto de “libertad de prensa” sabía que esa libertad no existe cuando los trabajadores no pueden utilizar las imprentas y el papel y esto involucra a los trabajadores en general, incluidos los especializados en escribir para la prensa. Pero libertad no significa que “cada quien escriba lo que quiera”, ciego, irresponsable e indiferente de lo que aqueja a la humanidad, como el concepto burgués de “libertad de expresión”, sino que escribamos en función del interés de la clase trabajadora, su independencia política irrestricta, su independencia semántica y poética. “En un diario que sería el órgano del Partido, habrá artículos que el obrero medio no entenderá, o cuestiones teóricas y prácticas complejas que no captara completamente. De ello no deriva de ninguna manera que el diario deba bajar hasta el nivel de la masa de sus lectores. Al contrario debe precisamente elevar su nivel y contribuir a formar, en la capa de los obreros medios, obreros de vanguardia.” Lenin

Este trabajo de “prensa” Militante lucha para agenciarse una Comunicación que sea conquista de la humanidad contra el saqueo, la malversación, el robo y la censura para beneficio de unos cuantos. Comunicación revolucionaria que hace temblar a la “licantropía” ahora que no hay tiempo que perder, Militante entre cortejos de luchas históricas que golpea a las puertas del futuro, donde nos jugamos el alma y nuestra suerte está echada todas las mañanas con los ojos llenos de rebeliones. Este Militante fragua a fuego lento su Comunicación revolucionaria con los sueños alados entre cada lucha que ya anda en todos los continentes donde se preparan los obreros con sus astros sonrientes color mundo y carne. Este Militante se baña en el río de los corazones pájaro que prodigan sus sombras de astros. Esta prensa Militante tiene fuego de rayos e incendios para que no se congele la lengua revolucionaria, su idioma de Comunicación con imanes para el alma y los ojos ávidos de revolución como música de espíritu que estallará en luminarias dentro de muy poco tiempo.

Esta “prensa” Militante da su combate de ideas para surcar las luchas y distribuir su alma rebelde por el mundo y para organizar de manera diferente esas ideas e intuiciones que tenemos aun medio esbozadas, hacerlas ver mejor entre todos y ponernos en sintonía con nosotros mismos… a organizarnos mejor, luchar mejor, buscar lo mejor en cada acción humana. Esta prensa Militante llena de anotaciones y subrayados anda desde el primer momento con su vocación de proyectarse hacia el futuro, de cara a la Revolución. Cuanto más importante es el problema y más densa la problemática de clase, tanto más necesaria la intervención de este Militante y su poesía intrínseca, en caliente, desde una concepción de clase, meteoro de militancia como aviador de estrellas y guerra sin cuartel, en las ramas del cerebro fertilizado con semillas abiertas, juegos y aerolitos de violín sobre el horizonte nuestro.

Si nos armamos con la “prensa” Militante, aprenderemos a orientarnos y ayudaros en estos mundos de ideas revolucionarias fundamentales, plenas de imaginación concreta e impregnadas de lenguajes con poesía espontánea y fértil. Prensa lúcida y alerta, a cada paso nuevo, ineludible ya que, efectivamente, la humanidad comienza a auto-pertenecerse. Esta Prensa Militante ha de reflejar certezas sobre el cielo que tomaremos por asalto, no hay métodos rápidos ni técnicas milagreras ni en las fábricas, ni en las oficinas, ni en las escuelas… El caso es que un buen día quizá cuando el cansancio y la rabia nos antesalen a la noche, antes de caer dormidos, percibiremos nítidamente articulada, hasta el punto de que resulte imposible cambiar ni un solo elemento, la imagen de una revolución plena, no ajena al sonido de nuestra voz, de cualquier voz, nuestra Comunicación como una frase nueva que llegará hasta nosotros sin llevar en sí el menor rastro de distancia y que, según ciertas revelaciones de la conciencia, nos ocupara el resto de la vida.

Esa frase, la frase revolucionaria, parecerá, en un insistente, casi atrevida como el cristal. Aparecerá como un lenguaje nuevo de guerra poética, que no podrá entenderse más que hundiendo sus raíces en el humus revolucionario de los obreros y los campesinos para nacer como una planta nueva siempre. Grabemos rápidamente tal frase en la memoria y, cuando nos dispongamos a pasar a otro asunto, el carácter orgánico de la frase retendrá nuestra atención. Y entonces poblaremos su vientre con una militancia nueva que se prolongará en la sangre a que responderemos sobre el surco de un arado de luz y ojos enaltecidos. En el examen de la historia no sólo hay que saber, sino que hay que saber de una cierta manera poética… comunicativa. Tiemblen farsantes, uno conoce muy bien sus estrategias. Estamos en pie de guerra con nuestro cielo lleno de estrellas que esperan convertirse en Comunicación revolucionaria, con salpicaduras de astro que sopla sobre el pecho montañas a la altura de los deseos. El entusiasmo intacto. Vivitos y coleando. Nos daremos la vida, desde esta muerte que nos dan y contra ella, si juntamos todas las frases revolucionarias, si las organizamos, aquí y allá, para tomar el cielo por asalto, hoy cercado con balas. La prensa Militante lo dice bien clarito.

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[1] militante. (Del ant. part. act. de militar; lat. militans, -antis). 1. adj. Que milita. U. t. c. s. militar: (Del lat. militāre). 1. intr. Servir en la guerra. 2. intr. Profesar la milicia. 3. intr. Figurar en un partido o en una colectividad. 4. intr. Haber o concurrir en una cosa alguna razón o circunstancia particular que favorece o apoya cierta pretensión o determinado proyecto. Real Academia Española

[2] http://argentina.elmilitante.org/, http://www.militante.org/, http://venezuela.elmilitante.org, http://www.elmilitante.org, http://peru.elmilitante.org/, http://militancia.org,

[3] León Trotsky. 11 de octubre de 1938 http://www.marxists.org/espanol/trotsky/ceip/escritos/Libro6/html/T10V112.htm

[4] http://www.handsoffvenezuela.org/, http://www.elmilitante.org/index.asp?id=muestra_cat&cat=19

[5] León Trotsky Mensaje al Comité Central de la Liga de los Comunistas, Londres, marzo de 1950.