Puerto Rico: las masivas manifestaciones presionan al Gobernador Rosselló para que renuncie

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Finalmente, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, dimitió el pasado jueves 25 de julio tras doce días de protestas ininterrumpidas que han movilizado a cientos de miles de puertorriqueños y a las que se han sumado los artistas más famosos de la isla. La dimisión de Rosselló no ha terminado con la crisis política en Puerto Rico, que hunde sus raíces en la enorme desigualdad y pobreza, que se pusieron de manifiesto tras la catástrofe y la pésima gestión del huracán María en 2017. Publicamos una crónica de los acontecimientos, escrita el pasado 24 de julio, 24 horas antes de la dimisión de Rosselló.

Hoy es el décimo día consecutivo de protestas para pedir la renuncia del Gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló. Cientos de miles de personas han llenado las calles de San Juan y rodeado La Fortaleza, la mansión del gobernador. La chispa de las protestas fue la filtración de un chat de Telegrama que reveló la corrupción gubernamental a gran escala, así como el lenguaje más aborrecible y bromas asquerosas, revelando el completo desprecio del gobierno hacia el pueblo de Puerto Rico.

Las protestas alcanzaron su punto álgido el miércoles de la semana pasada, cuando 500.000 manifestantes ocuparon las calles durante todo el día. Poco antes de la medianoche, la policía advirtió a la multitud que se dispersara y minutos después comenzó a dispararles con balas de goma y gas lacrimógeno. Sin embargo, esta muestra de agresión no ha disuadido a los manifestantes, que siguen saliendo en masa a cantar: “¡Ricky renuncia!”, “¡no vamos a parar hasta verle renunciar!”, “¡Si Ricky no se va, le vamos a sacar!” . Una manifestación nacional ha sido planeada para hoy, por los activistas junto al movimiento sindical, para forzar la renuncia del odiado gobernador.

El escándalo ha revelado la magnitud de la corrupción y la negligencia de Rosselló y su pandilla de íntimos colaboradores. La filtración reveló conversaciones entre Rosselló, sus ministros del gabinete, el magnate de marketing Edwin Miranda y el ex gerente de campaña de Rosselló, Elías Sánchez, que compartían regularmente información privilegiada con los contratistas que licitaban contratos gubernamentales a fin de beneficiar a clientes privados a cambio de comisiones. Sánchez cobró 25% de comisión por esta información y está al mando de todos los contratos estatales más importantes (a pesar de no estar en el gobierno). Rosselló también malversó fondos públicos para beneficiar a su partido político, el Partido Nuevo Progresista (PNP). Las empresas de Edwin Miranda han recibido USD 50 millones de 22 agencias gubernamentales a través de contratos directos y, según se informa, Miranda también ha presionado a otras empresas para que acudan a él con el fin de obtener contratos gubernamentales. Estos son los aspectos más destacados del profundo nivel de corrupción y clientelismo del gobernador.

Para acentuar el odio al pueblo de Puerto Rico, las 889 páginas de los chats de Telegram incluyen bromas despectivas, sexistas, misóginas y homofóbicas de los participantes, que insultan a los periodistas y a los políticos. Bromearon sobre el tiroteo a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín-Cruz, y lo que es peor, el grupo bromeó sobre los que murieron en el huracán María (que azotó la isla en septiembre de 2017). La activista del clima Amira Odeh estaba asqueada de que Rosselló tuviera “la audacia de bromear sobre las vidas de los que han muerto, mientras que no hacía nada para asegurar nuestra recuperación a largo plazo”. La total falta de respeto por las personas a las que se supone deben proteger de los desastres naturales se muestra alto y claro en estos mensajes y ha sacado a la gente a la calle con su rabia, su disgusto y su frustración reprimida.

Además del chat, también se ha descubierto que USD 15,5 millones de fondos federales asignados a salud y educación fueron desviados ilícitamente, y la Jefa de Educación, Julia Keleher -que ha cerrado 432 escuelas públicas en los últimos dos años- junto con Ángela Ávila-Marrero- Jefe de la Administración de Seguros de Salud de Puerto Rico- han sido arrestadas por el FBI por múltiples cargos de lavado de dinero y fraude.

Estos últimos escándalos fueron simplemente la gota que colmó el vaso para el pueblo de Puerto Rico, que no sólo ha sufrido siglos de corrupción, sino también décadas de austeridad y deuda pública. En 2015, el 41% de la población vivía por debajo de la línea de pobreza, ya que el ex gobernador Luis Fortuño congeló los salarios del sector público, liquidó los días de enfermedad no utilizados y despidió a 17.000 empleados públicos. Además, aumentó el precio del agua, el combustible y la electricidad, redujo las prestaciones sanitarias y las pensiones y aumentó la edad jubilatoria. Ese mismo año, el gobierno declaró impagable la deuda pública, que ascendía a USD 72.000 millones. Desde entonces, el Consejo de Supervisión y Gestión Fiscal (FOMB) fue convocado para “reestructurar” la deuda, aparentemente para pagarla. Sin embargo, el FOMB ha estado implementando medidas de austeridad que no han reducido la deuda. En lugar de ello, ahora se estima que asciende a USD 120.000 millones, lo que exacerba aún más la crisis económica y la difícil situación de la población de la isla.

Ante la creciente presión de las protestas, Rosselló declaró inicialmente en una conferencia de prensa que “no había cometido ningún acto ilegal” e insistió en que no renunciaría. Declaró que “es posible restaurar la confianza [del pueblo]… y lograr la reconciliación”. Sin embargo, la presión de las masas está teniendo un claro impacto. Las grietas están empezando a aparecer en el gobierno, ya que Rosselló carece del apoyo de su propio partido y el escándalo del chat de Telegram prácticamente ha vaciado su gabinete por las renuncias de los que han sido implicados. Ayer Rosselló cambió su tono, declarando que ha renunciado como presidente del gobernante PNP y confirmó que no se postulará para la reelección en 2020.

Esto en sí mismo marca la primera victoria de la protesta. Es la primera señal de que el movimiento de protesta está teniendo un impacto y presionando al Estado para que ceda a sus demandas. Sin embargo, los manifestantes saben que remover a Rosselló no será suficiente para poner fin a la corrupción o incluso para llevar a cabo reformas económicas mínimas para mejorar las condiciones de vida que no se han recuperado desde la destrucción causada por el huracán María. La cuestión de quién reemplazará a Rosselló hasta las próximas elecciones de 2020 se discutirá ahora a puerta cerrada dentro del PNP. Pero los manifestantes saben que un nuevo rostro llevará a cabo la misma austeridad que su difamado predecesor.

La activista Odeh ha pedido un nuevo modelo de gobierno que respete “los derechos humanos y el derecho a la seguridad sin medidas de austeridad perjudiciales”. El único nuevo modelo de gobierno que puede proporcionar esta solución y mucho más es el Socialista, basado en el control democrático por parte de los trabajadores de las principales áreas de la economía y en la administración transparente del Estado para satisfacer las necesidades de todos. Mientras el capitalismo destruye el planeta y agrava los huracanes, haciéndolos más frecuentes y poderosos, los capitalistas siguen ignorándolo. Su negligencia y su total desprecio por el bienestar de la población, como revelan los chats de Telegram, están poniendo en peligro la vida de las personas. Un gobierno socialista planificaría racionalmente la economía para preparar y defenderse adecuadamente de los riesgos ambientales y proporcionar la tan necesaria atención universal de la salud y la educación.

La protesta de las masas en las calles debe aumentar la presión sobre el régimen declarando una huelga general hasta que Rosselló y su partido sean derrocados. Como han demostrado los maestros de Puerto Rico en las magníficas huelgas de los últimos años, el poder de la clase obrera puede paralizar el país y poner al gobierno de rodillas. Más allá de esto, las masas necesitan un esfuerzo coordinado para lograr una limpieza completa de la clase dominante y sus representantes políticos del PNP y del Partido Popular Democrático (PPD), el otro principal partido gobernante.

Un gobierno de, por y para la clase obrera boricua, luchando para implementar un programa socialista que pueda satisfacer las necesidades de las masas en la isla, causaría un gran impacto a lo largo y ancho del Caribe y más allá. Esto electrizaría a los millones de puertorriqueños que viven en el territorio continental de los Estados Unidos que ya están llevando a cabo protestas de solidaridad, sin mencionar el movimiento obrero orgánicamente conectado y la clase obrera estadounidense en general.

¡Por una huelga general para expulsar a Ricky y a sus compinches!

¡Ninguna confianza en el PNP o en el PPD!

¡Por un gobierno obrero socialista de Puerto Rico!

¡Por una Federación Socialista del Caribe como parte de una Federación Socialista de las Américas!