Este 24 de marzo se cumplen 39 años del último golpe cívico-militar-clerical que sufrimos los trabajadores en la Argentina
Mediante la aniquilación de la resistencia popular y con la imposición del terrorismo de Estado los militares establecieron un nuevo esquema económico basado en el endeudamiento, la concentración de la riqueza, la extranjerización, la desigualdad, el desempleo, la precariedad, bajos salarios y sumisión al imperialismo que aumentaría en forma astronómica las ganancias del empresariado y cuyas consecuencias, a pesar de todo lo avanzado, padecemos hoy día.
De esta manera la clase dominante logro liquidar el alza revolucionaria del movimiento obrero y popular iniciado a fines de los ’60, que teniendo la lucha y la movilización como método, había conseguido los mejores convenios colectivos de la historia sindical y la participación más alta en el reparto de la riqueza por parte de los trabajadores.
La lucha contra la impunidad
En 2014 concluyeron 19 juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura y ya suman 577 los represores condenados en total.
Como contra partida la provincia de Tucumán se está llenando de represores en libertad. Ya son 32 los genocidas que fueron excarcelados o enviados a sus domicilios por dos fallos de la Cámara de Casación. Pronto el número de represores beneficiados podría pasar a cuarenta.
En julio de 2014 la misma situación se repitió en Salta. Quince condenados en la Megacausa Salta, la mitad de ellos a cadena perpetua, fueron liberados por la misma Sala III de Casación.
A su vez la Cámara Federal de Casación Penal revocó, en decisión unánime, los procesamientos de Carlos Pedro Blaquier y Alberto Lemos, ex directivos de Ledesma, en las dos causas que pesaban contra ellos por su abierta palpitación con delitos de lesa humanidad.
En Bahía Blanca el juzgado federal N°1, dicto la falta de mérito al dueño del diario la Nueva Provincia, Vicente Massot, en una causa por delitos de lesa humanidad.
A esto se suma la decisión del Juez Ercolini de no llamar a indagatoria a los directivos del Grupo Clarín, Ernestina Herrera de Noble y Héctor Magnetto, y al director del diario La Nación, Bartolomé Mitre, verdugos de la causa Papel Prensa.
Todas las organizaciones de DD.HH y populares debemos organizar una contundente respuesta popular para revertir los fallos con los que la mafia judicial garantiza la impunidad.
Los golpistas de HOY
No es muy difícil advertir que gran parte de las corporaciones que impulsaron y financiaron el golpe de 1976 son las que hoy día realizan constantes maniobras destituyentes contra el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Es claro que estos sectores no apelan a un golpe de estado directo porque la correlación de fuerzas, abierta tras el Argentinazo, no se los permite. Por lo tanto, juegan al desgaste utilizando técnicas de golpe blando.
Esto nos marca que el debate, para enfrentar a los golpistas de ayer y hoy, debe estar atravesado por la necesidad de romper el poder económico de la oligarquía y de la burguesía que utilizan para golpear al pueblo.
Convencer a la burguesía de que cese en sus intentos golpistas y ponga sus intereses económicos en sintonía con los intereses del país es el equivalente a intentar convencer a un león para que se alimente de lechuga.
Por todo esto, hacemos un llamamiento a la militancia a instalar e impulsar este debate en el seno de sus organizaciones, como manera de enfrentar la amenaza permanente a la democracia que representan los monopolios y las corporaciones que defienden a sangre y fuego la propiedad privada de los medios de producción.
Son los empresarios capitalistas los golpistas de ayer y hoy, por eso llamamos a todos y todas a luchar por la abolición de la propiedad privada de los puntos clave de la economía, y a pelear por un programa político que defienda la propiedad común de la tierra, las principales industrias y una única banca Estatal.
Sólo un plan de producción común, bajo control obrero, es la única manera de movilizar el colosal potencial de la industria, la agricultura, la ciencia y la técnica en beneficio de los únicos que producimos la riqueza: los trabajadores.
Enfrentemos a los golpistas de ayer luchando contra los golpistas de hoy. Ese es a nuestro entender, el mejor homenaje y la mejor reivindicación que podemos llevar adelante para levantar bien alto las banderas que nos legaron nuestros 30.000 compañeros.