Los genuinos marxistas se oponen a los intentos de la oligarquía venezolana, apoyada por el imperialismo, de derrocar al presidente Chávez. ¿Por qué defendemos esta posición? Porque una derrota de Chávez en el referéndum sería un duro golpe contra los trabajadores y los campesinos de toda América Latina. Sería una victoria para el imperialismo y las fuerzas de la reacción en todas partes. En esta guerra de clases ya se han levantado barricadas y es necesario decir claramente y sin ambigüedades de quée qué parte se está.
CUANDO SE APROXIMA EL 15 DE AGOSTO
Los genuinos marxistas se oponen a los intentos de la oligarquía venezolana, apoyada por el imperialismo, de derrocar al presidente Chávez. ¿Por qué defendemos esta posición? Porque una derrota de Chávez en el referéndum sería un duro golpe contra los trabajadores y los campesinos de toda América Latina. Sería una victoria para el imperialismo y las fuerzas de la reacción en todas partes. En esta guerra de clases ya se han levantado barricadas y es necesario decir claramente y sin ambigüedades de qué parte se está.
Desde el principio www.marxist.com, Manos Fuera de Venezuela y la Corriente Marxista Revolucionaria han luchado contra los intentos de la oposición venezolana, apoyada por el imperialismo estadounidense, de derrocar al gobierno elegido democráticamente y progresista de Hugo Chávez.
¿Por qué adoptamos esta posición? Porque una derrota de Chávez en el referéndum sería un duro golpe para los trabajadores y los campesinos de toda América Latina. Sería una victoria para el imperialismo y las fuerzas de la reacción en todas partes. En esta guerra de clases se han levantado barricadas y es necesario decir claramente y sin ambigüedades de qué lado estás.
La lucha por la transformación socialista de la sociedad consiste en una serie de batallas. Los trabajadores y campesinos se enfrentaron a varias luchas parciales contra el enemigo de clase -los terratenientes, banqueros, capitalistas e imperialistas-. Sólo participando con suma energía y determinación en estas luchas, las masas pueden adquirir la experiencia necesaria y alcanzar el nivel necesario para llevar adelante un cambio decisivo de la sociedad.
El lugar de los marxistas revolucionarios está al lado de nuestros hermanos y hermanas de clase. Siempre estaremos en las primeras filas de esta lucha, luchando por impulsar el movimiento hacia adelante, mientras que al mismo tiempo intentamos ganar a la vanguardia para el programa y la perspectiva de la revolución socialista.
Con un infalible instinto de clase, los trabajadores y campesinos de Venezuela han comprendido la necesidad de infligir una derrota decisiva a la oligarquía y al imperialismo en el referéndum. ¡Es necesario echar a los viejos gángsteres reaccionarios del Palacio Presidencial! Es necesario detenerlos en su intento de atrasar el reloj y volver a gobernar Venezuela a la vieja usanza. Esta es la tarea más inmediata y apremiante.
La oposición no tiene nada que ver con la democracia. Los sinvergüenzas reaccionarios como Pedro Carmona y Carlos Andrés Pérez se llaman a sí mismos demócratas, cuando en realidad todo el mundo sabe que son los enemigos más acérrimos de la democracia, como se pudo ver en el golpe del 12 de abril de 2002. Carlos Andrés Pérez, que huyó a la República Dominicana después de ser acusado de corrupción, en una reciente declaración dijo que la única forma de echar a Chávez era con métodos violentos y que después el país ¡necesitaría al menos cinco años de dictadura! En cuanto a Washington, George Bush que nunca ha ganado unas elecciones justas) apoyó el golpe reaccionario con una prisa indecente y sin hacer ninguna pregunta. Los discursos de estos caballeros sobre la democracia sólo pueden servir para provocar una carcajada.
Si estos gángsteres reaccionarios hubieran triunfado en 2002 sabemos muy bien que tipo de democracia habrían impuesto en Venezuela. Recordamos los dos días de apagón voluntario de los medios de comunicación locales cuando los seguidores y oficiales del gobierno Chávez estaban siendo acorralados, mientras que los medios de comunicación democráticos mantenían un discreto silencio.
Desde hace mucho tiempo que no es un secreto el deseo de la oposición de ver a Chávez derrocado e incluso asesinado. Estas damas y caballeros cristianos están motivados no por el amor a su país, sino por un odio ciego, un odio de clase. Odian a Hugo Chávez porque lo ven como el líder de los pobres y explotados, a los que odian y temen. Ha conseguido que las masas se pongan de pie y sean conscientes de su poder. Esta es la verdadera razón del odio implacable que sienten los ricos hacia el presidente.
El triunfo de la oposición sería un desastre para la clase obrera y las masas de Venezuela. Supondría la abolición de las medidas progresistas introducidas por el gobierno Chávez y aumentaría el dominio completo que tienen el imperialismo y el capital monopolista privado sobre la economía venezolana. Los trabajadores y los campesinos regresarían a la vieja servidumbre de la que han luchado por salir.
Detrás de la Coordinadora Democrática está todo lo podrido, retrógrado y corrupto de la sociedad venezolana. Ahí están los terratenientes, los banqueros y los capitalistas que han chupado la sangre de la población de Venezuela durante generaciones y vendido el país al imperialismo a precios de ganga. Ahí están los agentes a sueldo de Washington. Ahí están la juventud dorada y las actrices retiradas, los mocosos consentidos de los ricos y los fascistas, los reaccionarios y los gángsteres de todo tipo y condición.
Aquí están los corruptos y los directores reaccionarios de la PDVSA, que no dudaron en llevar al país al borde de la bancarrota y la ruina declarando una supuesta huelga hasta que el presidente dimita, y ahora están recurriendo a otros métodos para conseguir el mismo fin. Ahí están los burócratas sindicales corruptos que hace mucho vendieron sus almas a la CIA y a la oligarquía. Aquí están las prostitutas y mentirosos de la prensa y televisión millonarias. Aquí están los cardenales y los obispos que apoyaron el golpe de 2002 y utilizaron las mentiras y el chantaje para obligar al presidente a dimitir. Estas son las fuerzas que están detrás de la oposición y que defienden el sí el domingo.
¿Qué fuerzas están en el otro lado? En el lado de Hugo Chávez está la clase obrera luchando por salarios y condiciones de vida decentes, los campesinos luchando por la tierra, los desocupados luchando por trabajo y pan, las mujeres trabajadoras luchando por la igualdad, los pobres y oprimidos luchando por vivienda y justicia, los intelectuales avanzados luchando por la cultura, los antiimperialistas luchando por la libertad, los jóvenes luchando por un futuro. Ahí están los verdaderos herederos de Bolívar, Martí y el Che Guevara, junto a los de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, en una palabra, todos los elementos vivos de la sociedad venezolana.
En esta lucha de clases no tenemos ninguna duda de donde estamos. ¡Compañeros! ¡Trabajadores y jóvenes de Venezuela! ¡Debemos unirnos para aplastar a la oposición el domingo 15 de agosto! ¡Y debemos continuar luchando para llevar la revolución hasta el final!
A pesar de las mentiras de los medios de comunicación partidarios de la oposición y su escandalosa manipulación de la información, la oposición parece dirigirse hacia una derrota merecida el próximo domingo. A sólo una semana del decisivo referéndum revocatorio presidencial del 15 de agosto, una mirada a todas las encuestas de opinión venezolanas (Mercanalisis, Opinión Research, Alfredo Kéller, Hinterlaces y Evans) demuestran que el presidente Chávez va a la cabeza. El sábado pasado, 7 de agosto de 2004, Vheadline.com indicaba que es un hecho reconocido que el presidente Hugo Chávez continuaría en el cargo después del referéndum revocatorio del 15 de agosto. Cerca de 14 millones de votantes venezolanos están registrados para ratificar a Hugo Chávez Frías en la presidencia hasta el 10 de enero de 2007… o, en el caso probable que pierda la votación, tendría que retirarse y convocar nuevas elecciones presidenciales dentro de treinta días. Los resultados anticipados por el estudio dicen que la ventaja de Chávez es de más del 10% (más del 50% para el NO al revocatorio y menos del 40% para el SI)
Se cita a Jesse Chacón, ministro venezolano de información y comunicaciones (MINCI), cuando dice que todos los encuestados… incluidos aquellos que trabajan para la oposición… dan al presidente una ventaja que no baja del 10%. Esto demuestra totalmente las mentiras de la oposición y los medios de comunicación capitalistas que han estado constantemente insistiendo en la historia de que Chávez era un dictador. El fondo de la cuestión es que sólo un fraude masivo podría conseguir el próximo domingo el derrocamiento del presidente que cuenta con el apoyo de la aplastante mayoría de la población venezolana.
Chacón pensaba que las diferencias eran irreversibles en este punto a pesar de los resultados fraudulentos publicados en algunos periódicos… dos periódicos de Caracas controlados por la oposición se han visto obligados a admitir que han publicado encuestas falsas como parte de sus intentos de atacar a la presidencia.
El ministro dice que la gran mayoría de la opinión pública general, cuando faltan ocho días, tiene ya claro qué va a votar… sólo el 10-15% está indeciso así que ¡la suerte está echada!
Esperamos que esto sea correcto. Con toda probabilidad lo es. Incluso desde el principio del proceso revolucionario las masas han demostrado un alto grado de madurez y una intuición de las necesidades políticas. Han derrotado todos los intentos de la contrarrevolución. Han desafiado las armas y los garrotes de las fuerzas de la reacción. Han barrido a un lado el torrente de mentiras lanzado por la propaganda de los medios de comunicación.
Esta ocasión no es diferente. El intento de la oposición de utilizar la estratagema del referéndum revocatorio para llevar a cabo un golpe con métodos constitucionales de nuevo ha puesto a las masas en acción. La campaña por el NO ha sido apoyada activamente por millones. Esta es la respuesta a todos los cobardes, cínicos y escépticos. Las masas una vez más se han enfrentado a los contrarrevolucionarios y están bloqueando su camino.
¿Por lo tanto el resultado es una conclusión predeterminada? Hay muy pocas cosas en la vida que sean absolutamente ciertas y menos aún en la revolución. El mismo hecho que se haya convocado el referéndum revocatorio fue el resultado de un fraude masivo, donde las filas de la oposición milagrosamente se llenaron de un gran número de muertos. ¡Quizá la presencia de tantos cardenales y obispos sea la responsable de este milagro!
Pero no es imposible que la decisión del enemigo de clase de eliminar al presidente Chávez repita algún milagro similar el próximo domingo. ¡Los trabajadores y los campesinos deben ponerse en guardia! Si la oposición gana con fraude, el pueblo debe hacerse cargo de la situación. La única respuesta es la acción directa de las masas en forma de una huelga general y una insurrección que ponga el poder en manos de la clase obrera, la única fuerza verdaderamente democrática de la sociedad.
Nadie puede hacerse ilusiones. Si -como parece probable- las masas ganan el referéndum, eso no significaría que la revolución está a salvo. Todo lo contrario, el enemigo inmediatamente lanzará una nueva e incluso más furiosa ofensiva contra ella. Aquellos que en la dirección del Movimiento Bolivariano dicen que la aceptación del referéndum apaciguaría a los imperialistas están equivocados. La revolución tendrá que defenderse y la única defensa posible para la revolución es pasar al ataque.
Los comités que se han creado para ganar la campaña del referéndum deben continuar después del 15 de agosto. Deben extenderse y democratizarse totalmente, para incluir a las capas más amplias de la clase obrera y demás sectores oprimidos. Deben unirse a nivel local, regional y nacional. Pero sobre todo, deben armarse. Sólo el pueblo armado puede defender la revolución de sus enemigos.
Una cosa es cierta: en la medida que la oligarquía pueda seguir manteniendo en sus manos las palancas claves del poder económico, continuará utilizando su poder para socavar la revolución, para insultar, calumniar y desacreditar al gobierno elegido democráticamente y preparar nuevos golpes, asesinatos y violencia.
Por lo tanto, debemos movilizar todas nuestras fuerzas para derrotar al enemigo el 15 de agosto. Pero si ganamos, no debemos malgastar nuestro triunfo como hicimos en ocasiones anteriores con intentos inútiles de negociar y llegar a acuerdos con el enemigo. Debemos utilizar nuestra victoria para avanzar y destruir para siempre el poder económico y político de la oligarquía, para llevar hasta el final la revolución en Venezuela y el resto de América Latina.
¡Hay que derrotar a la contrarrevolución! ¡Votemos NO el 15 de agosto! ¡Abajo con el imperialismo y la oligarquía! ¡Hay que llevar la revolución hasta el final!
Londres, 11 de agosto de 2004