Perpetua para uno de los asesinos de Fuentealba

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La Justicia condenó hoy a cadena perpetua al policía Darío Poblete al considerarlo autor material del asesinato del maestro Carlos Fuentealba. Ahora resta que sean condenados los autores intelectuales del hecho ocurrido el 4 de abril de 2007. El policía Darío Poblete fue condenado hoy a prisión perpetua  por el asesinato del docente Carlos Fuentealba, cometido el 4 de abril del año pasado durante una brutal represión contra los maestros neuquinos.

La Cámara Criminal Primera de Neuquén presidida por Mario  Rodríguez Gómez encontró a Poblete responsable de homicidio calificado del docente, según informaron fuentes judiciales.

El fallo fue celebrado con aplausos por los familiares -entre ellos Sandra, su viuda-, amigos y compañeros de la víctima, muchos de los cuales estaban presentes en el recinto, en tanto otros se encontraban participando de la marcha de miles de personas que acompañó la última jornada del juicio.

En forma unánime, los jueces de la Cámara Criminal consideraron a Poblete responsable del delito de "homicidio calificado con alevosía".

Según la lectura de cada voto de los magistrados Mario Rodríguez Gómez, Luis María Rodríguez y Héctor Dedominichi, se consideró fundamentales para la resolución los testimonios de las docentes  Marcela Roa y Alejandra Meraviglia.

Ambas habían identificado al uniformado como el autor del disparo de la granada de gas lacrimógeno que impactó en la cabeza de Fuentealba causándole la muerte horas más tarde.

Los jueces por unanimidad coincidieron en la pena con lo solicitado por la Fiscalía y la querella, pero adhirieron a la postura de esta última parte en cuánto a la calificación de delito, ya que el ministerio público había considerado que Poblete debía ser condenado por "homicidio calificado con dolo eventual".

Fuentealba murió el 5 de abril de 2007, un día después de la represión policial a una manifestación de docentes que se realizaba sobre la ruta nacional 22, a la altura de la localidad de Arroyito.

El docente viajaba en la parte trasera de un automóvil, que fue alcanzado por una granada de gas lacrimógeno que atravesó la luneta trasera e impactó en su cabeza.

En sus fundamentos, el presidente del tribunal, Mario Rodríguez Gómez, al argumentar por qué Poblete actuó con "dolo directo",  sostuvo que "a Carlos Fuentealba no le dieron la oportunidad de realizar la más elemental de las defensas: escapar. Protegerse, correr. Y el imputado aprovechó esa indefensión para atacarlo".

El magistrado consideró que el policía actuó con "voluntad y conocimiento", porque "sabía lo que iba a ocurrir" después de disparar su arma lanza gases contra el auto en el que viajaba Fuentealba.

Los magistrados destacaron la veracidad de las declaraciones de las docentes Roa y Meraviglia, sumados a los aportes complementarios que hicieron otros policías que participaron del procedimiento en Arroyito, quienes describieron la sorpresiva aparición de Poblete en una camioneta que no era del grupo especial al que pertenecía.

Poblete permaneció con gesto adusto pero imperturbable durante toda la lectura de la sentencia, y sin realizar gestos ni emitir palabra se retiró del recinto fuertemente custodiado.

Por su parte, la viuda de Fuentealba se abrazó y lloró junto a sus hijas, acompañada por el abogado Gustavo Palmieri. Minutos después, fuera de la antigua Legislatura, sede elegida para las 14 audiencias del juicio, recordó a su marido y sostuvo que "él me dio las herramientas para luchar".

Pero afirmó que más allá de la justa condena a Poblete, "hubo  un autor oculto, que fue el ex gobernador Jorge Sobisch, y no lo perdonamos".

"El testimonio que dio (Sobisch durante el juicio), echándole  la culpa a los policías. ¿A esos señores? ¿Quién fue quien les dio las órdenes de ejecutar la muerte de Carlos? ¿Quién les dio la orden de escarmentar de la forma más violenta a los docentes, para que nunca más salgan a pelear por sus derechos", manifestó.

Por eso, "es la responsabilidad de todos nosotros que juzguen a (Raúl) Pascuarelli,  (ex secretario de Seguridad provincial) a (Carlos) Zalazar a (Moisés) Soto (ambos ex jefes policiales) y a Jorge Sobisch", gritó Rodríguez ante las casi 3000 personas que la esperaban en la calle.

Luego de esas palabras, todos los manifestantes iniciaron una marcha hacia el centro neuquino, en el marco de una jornada de paro provincial decretada por los gremios estatales.