El lunes 23 de julio los trabajadores de Hotel Bauen realizaron una asamblea abierta junto a otros movimientos sociales para organizar las actividades en apoyo a nuestra fuente de trabajo, tras que se les comunicara que en 30 días serán desalojados del inmueble para que sea entregado a sus dueños.
Una empresa recuperada por sus trabajadores en riesgo de reprivatización
El lunes 23 de julio los trabajadores de Hotel Bauen realizaron una asamblea abierta junto a otros movimientos sociales para organizar las actividades en apoyo a nuestra fuente de trabajo, tras que se les comunicara que en 30 días serán desalojados del inmueble para que sea entregado a sus dueños.
El viernes se les comunicó a los 150 integrantes de la Cooperativa de Trabajo Buenos Aires una Empresa Nacional Limitada (BAUEN), la resolución de la jueza en lo comercial Paula Hualde, reconociendo como propietaria del edificio a Mercoteles S. A., una empresa fantasma creada por el Grupo Bauen, ex propietarios del hotel y responsable de su vaciamiento.
Esta medida intima a los trabajadores a abandonar el hotel, por lo que ese mismo viernes se reunieron en asamblea y decidieron hacer la convocatoria a una asamblea abierta y las presentaciones judiciales necesarias.
Las medidas para proteger sus fuentes de trabajo, algo que plantean cómo el enfrentamiento entre la propiedad privada y el derecho al trabajo, se darán en dos vías, por un lado judicialmente, y por el otro ganando las calles.
Judicialmente, se apelará la resolución de la jueza, se presentará un recurso de amparo (hay terceros que tienen convenios con la cooperativa y se verán perjudicados) y denunciar la venta (fraudulenta) del Bauen a Mercoteles (por ejemplo se denunció que el Bauen arrastraba un deuda con el Estado por ABL y la venta se hizo, pese a la exigencia del libre deuda).
La otra vía es la movilización, se hará un gran acto en la esquina de Corrientes y Callao, en la cercanía del 20 de agosto, cuando se esté por cumplir el plazo, en la que se tiene pensado que toquen bandas de rock. Pero además el 6 de agosto, a las diez horas, se hará una movilización hacia el juzgado situado en las calles Callao y Alvear donde se presentará la apelación.
Se debe dejar pasar tanto tiempo porque, media hora después de que la jueza firme la resolución, y hasta dentro de dos semanas nos encontramos en feria judicial. La coordinación de ambos eventos se llevará a cabo en la reunión del próximo jueves, la cuál tiene cómo finalidad poner en limpio todo lo que se habló en este encuentro. Las distintas personas que tomaron la palabra coincidieron en que el ataque al Bauen es un ataque a todo el movimiento de empresas recuperadas.
Sobre esto, Fabio Resino, integrante de la cooperativa, recordó que la Ley 1529, mediante la cuál el Estado compraría para estatizar algunas empresas, pero que aún no se encuentra reglamentada y está por caducar. Además, se relacionó este intento de desalojo con otros referidos al tema habitacional, donde se mencionó, por ejemplo, el intento de desalojo de casas tomadas que se impidió a partir de cortar la calle Paseo Colón.
Además la mayoría coincidió en que esto representaba el comienzo de la gestión de Mauricio Macri, quién está comenzando con su política de desalojos, despidos de empleados públicos, contra la radio y el canal de la ciudad, etc. quién además no está pagando el costo político que deberían implicar estas medidas.
Otro punto en que coincidieron fue en mostrar su gratitud con el Bauen, que mostró su apoyo y prestó sus instalaciones para las reuniones de las diferentes organizaciones. A continuación, un fragmento de la nota de Laura Vales en Pagina/12 que se resaltó en la reunión, en la cuál se puede ver sintéticamente la historia de la lucha de los trabajadores del Bauen:
La orden de la jueza Hualde beneficia a Mercoteles S. A., a quien ordena traspasar el edificio. Los trabajadores del Bauen denunciaron que se trata de una firma vinculada a los viejos dueños del hotel. La historia es intrincada: Marcelo Iurkovich inauguró el Bauen para el Mundial 78 con un crédito del Banade, que nunca terminó de pagar (se estima que aún debe 13 millones de pesos). En 1997 lo vendió a la compañía chilena Solari S. A., que también contrajo deudas por Alumbrado, Barrido y Limpieza por más de 5 millones y llevó a la quiebra el hotel en el 2001, dejando a todo el personal en la calle. En el 2003, un grupo de trabajadores lo ocupó y posteriormente lo reabrió. Recuperaron así 154 puestos de trabajo.
Mercoteles S. A. sostiene que compró el hotel, lo que habría pasado a fines del 2005 o principios del 2006, es decir cuando la gente ya estaba adentro, detalló ayer Diego Carbone, abogado de la cooperativa. Como director de Mercoteles aparece Samuel Kaliman, un hombre mayor de 70 años que es cuñado de Marcelo Iurkovich. La sospecha de que Kaliman es en realidad testaferro de los antiguos dueños está apoyada además por otros indicios. El año pasado, Kaliman hizo una denuncia ante la Justicia contravencional contra los trabajadores, por falta de seguridad en el edificio, el hotel fue transitoriamente clausurado y el caso terminó en un juicio oral. En las audiencias, Kaliman no supo contestar el domicilio legal de Mercoteles, ni cuándo se reúne el directorio, ni quiénes son los socios más importantes, señaló Carbone, quién en su momento hizo una denuncia para que se investigara la veracidad del director.
Desde la reapertura de su fuente de trabajo, los trabajadores del hotel impulsaron varios proyectos de expropiación, pero ninguno prosperó. En ellos plantearon que el Estado, como acreedor de las dos gestiones empresarias (por el crédito no cancelado del Banade y la deuda por impuestos municipales) debería usar esas acreencias millonarias como parte de pago del edificio. A pesar de esto, en diciembre del 2005 el macrismo aprobó en la Legislatura un proyecto exactamente contrario: establecía devolver el inmueble a sus antiguos dueños, condonarles las deudas y otorgarles un subsidio para pagar los sueldos de los empleados por un año. La presión de las movilizaciones de repudio logró desactivarlo.
En la actualidad, el Bauen está funcionando a pleno. Además de trabajar con el turismo, sus salones son utilizados diariamente por organizaciones sociales y políticas, y para actividades culturales. En el bar se cruzan extranjeros con activistas sindicales, y un porcentaje de los cuartos alojan siempre a militantes sociales del interior del país cuando necesitan pasar unos días en Buenos Aires. No hay conflicto social en la ciudad que no haya instalado un puesto de encuentro en el hotel. Por eso se descuenta que un eventual desalojo encontrará el lugar rodeado de apoyo social. Los trabajadores todavía no definieron la estrategia legal a seguir en el caso; por ahora anticiparon que no dejarán el edificio y convocaron a la reunión abierta para armar el respaldo a la cooperativa.