Lucha de Clases acaba de sacar a la calle un nuevo folleto que aborda la cuestión del cambio climático desde una posición marxista y revolucionaria, y donde tratamos los puntos principales: ¿Somos todos culpables del cambio climático? ¿Es compatible una “economía verde” con el capitalismo? ¿Son suficientes y aplicables las medidas suscritas por los gobiernos y organismos internacionales? ¿Hay alternativa a las energías contaminantes? ¿Es posible un nivel elevado de desarrollo económico y social para todos los habitantes del planeta sin devastarlo? ¿Qué papel debe desempeñar la clase trabajadora en la lucha contra el cambio climático? ¿Sería posible el Socialismo sin contaminación ni cambio climático? Lee aquí la Introducción al documento.
El inicio a gran escala de un cambio climático en la Tierra, de consecuencias alarmantes e imprevisibles, es ya una realidad como atestiguan las mediciones más serias de los organismos científicos implicados en este asunto, así como nuestra propia experiencia vital año tras año.
No por casualidad, el cambio climático se ha convertido en uno de los principales asuntos de la política internacional, con un tratamiento similar al que reciben cotidianamente la frágil economía mundial, las relaciones diplomáticas que enfrentan a las diferentes potencias imperialistas, las guerras que asolan regiones enteras, o la crisis de refugiados que afectan a millones de personas que deambulan sin destino por nuestro planeta. La cuestión del cambio climático se suma así al turbulento panorama que nos presenta el capitalismo global, un sistema absolutamente enfermo que amenaza con conducir a la especie humana, y con ella a la vida misma del planeta, a la barbarie y la destrucción.
Contra esta negra y reaccionaria perspectiva, vemos alzarse un movimiento inspirador de decenas de millones de jóvenes en todo el mundo, comenzando por los estudiantes de enseñanza secundaria y bachillerato, que está teniendo un maravilloso impacto en todos los países y en la clase trabajadora en particular.
A lo largo de 2019 ha habido diversas convocatorias de huelgas y movilizaciones estudiantiles, fundamentalmente en Europa, Norteamérica y Australia, que han tenido un alcance cada vez mayor. En el Estado español vimos el pasado 15 de marzo la primera movilización de este tipo, que llevó a cientos de miles de estudiantes a las calles.
Para el 27 de septiembre hay convocada una nueva jornada de lucha y movilización internacional contra el cambio climático y para denunciar la inacción de los gobiernos y organismos internacionales que se muestran impotentes y apáticos para hacerle frente.
Lo que distingue a esta convocatoria de huelga y movilización de las anteriores es que su alcance va mucho más allá de una simple movilización estudiantil. Ha sido convocada por más de un centenar de organizaciones y movimientos juveniles, sindicales, sociales, y campesinos de todo el mundo, y pretende sumar a todas las clases y capas progresistas de la sociedad, no sólo a estudiantes secundarios y universitarios, sino también a trabajadores, pequeños campesinos, mujeres, intelectuales y profesionales progresistas. Estas fuerzas representan todo lo que existe de vivo, progresivo y avanzado en nuestra sociedad; son las más numerosas y fuertes, de las que depende su desarrollo cotidiano, y son estas fuerzas quienes deben asumir la tarea de levantarse contra el atraso, la reacción y la sórdida ganancia capitalista, para transformar el mundo y poner fin a este sistema de lucro, explotación y degradación medioambiental que sólo sirve a una minoría opulenta y privilegiada.
Sobre los hombros de cientos y cientos de millones de jóvenes, trabajadores, campesinos pobres y oprimidos de todo el mundo descansa la responsabilidad de salvar al planeta de la destrucción, de la opresión, de la contaminación, de la barbarie, y de un cambio climático imprevisible, cuyo responsable real es el capitalismo global con la depredación rapaz de unos recursos naturales que nos pertenecen a todos.
Marx escribió que cuando “en cierta etapa de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en conflicto con las relaciones de producción existentes… entonces comienza una época de revolución social.” Estas palabras mantienen toda su validez hoy, en medio de la mayor crisis del sistema capitalista desde su nacimiento. Además, en la época actual, se podría añadir sobre esta conclusión que las revoluciones sociales van a explotar también como consecuencia de la contradicción entre el desarrollo capitalista de las fuerzas productivas y su relación con la naturaleza.
La burguesía como clase en su conjunto es consciente de la tremenda crisis medioambiental que ha creado. Es bien conocedora que continuando por este camino de acelerada destrucción a nivel global se vislumbra un planeta agónico de dolor y muerte. Al fin y al cabo, la misma ciencia que ha sido desarrollada maravillosamente por el capitalismo y que nos ha permitido avanzar a pasos de gigante como sociedad concluye sin ninguna duda que estamos llegando a un punto sin retorno. Sin embargo, la principal característica de la clase dominante en esta época de “estancamiento secular” es su decadencia senil; una clase parasitaria que vive de la renta y del mercado financiero, incapaz de desarrollar la sociedad, y mucho menos de hacerlo de manera armoniosa con la naturaleza.
Sin embargo, el propio sistema ha creado, desarrollado y hecho germinar la técnica y la tecnología para hacer florecer a la humanidad y resolver la crisis medioambiental. El principal escollo es la base de todas las contradicciones inherentes al capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción.
Justamente, lo más relevante de este movimiento es que, al señalar como principal responsable de esta situación a las grandes corporaciones multinacionales capitalistas que se enriquecen a costa de destruir el planeta, eso le otorga un potencial desarrollo revolucionario muy prometedor.
En todo el mundo, se ha abierto un debate muy vivo que involucra a científicos, gobiernos, empresarios, ambientalistas, sindicalistas y a la izquierda, sobre las causas y consecuencias del cambio climático, sus perspectivas de desarrollo, y las medidas que se podrían poner en práctica para frenarlo, contenerlo o atajarlo.
Desde la Corriente Marxista Internacional en el Estado español, representada por la corriente política organizada alrededor de la revista y la página web Lucha de Clases, también nos hemos sumado a este debate. Para ello, hemos escrito este documento donde abordamos todos estos aspectos desde el punto de vista del marxismo, del socialismo científico. Además de lo ya mencionado, en este documento abordamos otros puntos principales: ¿Somos todos culpables del cambio climático? ¿es compatible una “economía verde” con el capitalismo? ¿Son suficientes y realmente aplicables las medidas suscritas por los gobiernos y organismos internacionales? ¿Hay alternativa a las energías contaminantes? ¿Es posible un nivel elevado de desarrollo económico y social para todos los habitantes del planeta sin devastarlo? ¿Qué papel debe desempeñar la clase trabajadora en la lucha contra el cambio climático? ¿Sería posible el Socialismo sin contaminación ni cambio climático?
Te invitamos a que leas este documento y nos hagas llegar tu opinión. Estaríamos muy interesados en debatirlo personalmente contigo, así como con tu grupo de amigos, conocidos y compañeros de estudio o trabajo. Sólo cuando seamos millones de luchadores informados, concienciados y armados con una alternativa completa a la sociedad actual, y con la voluntad clara de luchar por ella, estaremos preparados para vencer y doblegar a los mandamases de este sistema capitalista irracional que nos conducen a un presente y a un futuro negros y sin esperanza ¡Pongámonos manos a la obra! ¡No hay tiempo que perder!
Puedes adquirir el folleto en: contacto@luchadeclases.org