En los últimos meses –en el congreso del Partido Obrero, celebrado en julio, y en sucesivos números de Prensa Obrera– los dirigentes del PO han vuelto a referirse a la Corriente Marxista Internacional, con sus insultos y mentiras habituales. Esta vez fue a cuenta de la situación en Grecia. No nos inquietan unos cuantos insultos estúpidos, pero sí estamos obligados a defendernos cuando la dirección del PO trata de utilizarnos ante su militancia para tapar algunos problemas internos.
“Incapaces de encontrar acceso a las masas las acusan de incapacidad para elevarse hasta las ideas revolucionarias. Estos profetas estériles no ven la necesidad de tender el puente de las reivindicaciones transitorias, porque tampoco tienen el propósito de llegar a la otra orilla. Como mula de noria, repiten constantemente las mismas abstracciones vacías. Los acontecimientos políticos no son para ellos la ocasión de lanzarse a la acción, sino de hacer comentarios. Los sectarios, del mismo modo que los confusionistas y los magos, al ser constantemente desmentidos por la realidad, viven en un estado de continua irritación, se lamentan incesantemente del “régimen” y de los “métodos” y se dedican a mezquinas intrigas. Dentro de su propio círculo, estos señores, comúnmente ejercen un régimen despótico. La postración política del sectarismo no hace más que seguir como una sombra a la postración del oportunismo, sin abrir perspectivas revolucionarias. En la política práctica, los sectarios se unen a cada paso a los oportunistas, sobre todo a los centristas, para luchar contra el marxismo.”
León Trotsky (El Programa de Transición)
En los últimos meses –en el congreso del Partido Obrero, celebrado en julio, y en sucesivos números de Prensa Obrera– los dirigentes del PO han vuelto a referirse a la Corriente Marxista Internacional, con sus insultos y mentiras habituales. Esta vez fue a cuenta de la situación en Grecia.
He aquí algunas de las expresiones vertidas contra nosotros por el principal referente del PO, Jorge Altamira, y otros dirigentes:
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“Vamos a zanjar cuentas con un grupo que es conocido como “Militant”, dirigido por Alan Woods, un chavista” (Jorge Altamira, http://po.org.ar/blog/2012/07/22/informe-de-apertura/).
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“Una secta, El Militante, que reivindica para sí el ‘verdadero marxismo’, se ha visto obligada a transferir su ‘entrismo’ en Pasok a Syriza, evidenciando que es una marioneta de cola de la historia”. (Jorge Altamira, Grecia: un frente de izquierda y los sindicatos contra el fascismo, Prensa Obrera Nº 1245)
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En relación a Syriza “Hasta el entrista crónico, Alan Woods, cambió de camiseta con demora” (Cristian Rath, Un atraso realmente “enorme¨. PO nº 1238)
No nos inquietan unos cuantos insultos estúpidos, pero sí estamos obligados a defendernos cuando la dirección del PO trata de utilizarnos ante su militancia para tapar algunos problemas internos.
¿Qué refleja esto?
De manera general, la mentalidad de mercader, de almacenero de barrio, de ciertos dirigentes, que ven solamente en las demás organizaciones de la izquierda a competidores de “su” mercado político, a las que hay que desplazar, destruir o anular, no importa la forma.
En lo particular, sucede que la Corriente Marxista Internacional ha vuelto a quedar entrampada, sin pretensión alguna de nuestra parte, en una aguda polémica interna surgida en el Partido Obrero y en su agrupamiento internacional –la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional,CRCI- sobre la actitud hacia Syriza, el principal partido de la izquierda griega.
El voto a Syriza
La polémica es la siguiente. El principal dirigente del PO, Jorge Altamira, defendió en meses pasados pedir el voto a favor de Syriza en las elecciones de mayo y junio que se celebraron en Grecia.
El grupo hermano del PO en Grecia, el EEK, se presentó de manera independiente en las elecciones de mayo y consiguió arrancar la cifra espectacular de 6.000 votos en toda Grecia, el 0,1%. Otro de los agrupamientos de la izquierda sectaria, Antarsya, consiguió 75.000 votos (el 1,2%). Syriza, que proviene en lo fundamental del movimiento comunista griego, pasó de conseguir el 4,5% en 2009 a cerca del 17% en mayo, 1,051 millones de votos haciendo, como se ve, una pequeña diferencia con los dos agrupamientos anteriores.
Contra la opinión de Altamira, pero con el apoyo de la mayoría de los grupos que integran la CRCI, según nuestras informaciones, el EEK se negó resueltamente a pedir el voto a Syriza en las siguientes elecciones anticipadas de junio. “Es un partido centroizquierdista”, decían. Esta vez los amigos del EEK fueron un poco más cautos y optaron por pedir el voto para Antarsya. Antarsya consiguió, con el apoyo externo del EEK, 20.000 votos (el 0,33%) -evidentemente, una suma que restó– mientras que Syriza aumentó sus votos hasta 1,655 millones (casi el 27%), quedando a menos de un 3% de ganar las elecciones.
Haciendo balance de esta situación, Altamira señaló en el congreso del PO, con evidente reproche a sus compañeros del EEK, lo siguiente:
“¿Qué dos grandes episodios estamos observando? El primero es que en Grecia ha habido un fenómeno extraordinario en que Syriza (Coalición de Izquierda Radical), que tenia el 4% de los votos en 2009, disputó el primer lugar en las últimas elecciones, y la posibilidad de un gobierno (parlamentario) de izquierda.
“Una cosa que llama la atención en los balances que se han hecho sobre la elección griega, es que nadie dice que el KKE (Partido Comunista) ha sido el responsable de que no hubiera ganado Syriza. Nadie menciona este hecho en ninguno de los balances porque eso les permite ignorar que el planteamiento fuerte de Syriza era formar un gobierno de izquierda con el Partido Comunista. Mientras Salvador Allende (en Chile) proponía formar un gobierno popular con el Partido Radical de la burguesía chilena, Syriza proponía formar un gobierno de izquierda con el Partido Comunista de Grecia. Es una diferencia de matiz, por supuesto, porque Syriza no es muy diferente a Allende, pero, entre un Allende que mira hacia la derecha y un Allende que mira hacia la izquierda, un revolucionario toma seriamente en cuenta esa distinción.
“El llamado a un voto por Syriza con la bandera de la ruptura con la Unión Europa, por los Estados Unidos Socialistas de Europa, por un gobierno de trabajadores, hoy nos tendría en el campo de estos obreros que se preguntan: “si por 3 puntos porcentuales que nos robó el Partido Comunista no hemos llegado a un gobierno de izquierda, ¿ahora, cómo hacemos?” Y, entonces, vendrían los revolucionarios que acompañaron el proceso y dirían: “de la misma forma que dijimos durante la campaña electoral”: por medio de una acción histórica independiente, de la revolución” (Íbid.).
Hay un gran acuerdo entre esta posición de Altamira y la que defendieron nuestros compañeros de la tendencia marxista de Syriza, “Marxistiki Foni” (Voz Marxista), que no sólo agitaron a favor del voto a Syriza sino que participan activamente al interior de la misma para tener la oportunidad de acompañar la experiencia de esos obreros y jóvenes que votan y se orientan a Syriza.
Lo que suponemos que ha sucedido es que -dentro del PO y de la CRCI- muchos militantes, educados en años de sectarismo, han venido señalando que el apoyo de Altamira a Syriza era la posición de la CMI. Ésta era una situación bastante incómoda para Altamira, al tener que admitir haberse acercado a la posición de la CMI en Grecia. Pero si la CMI tenía razón en su orientación en Grecia, luego de que durante años los dirigentes del PO declararon que Syriza era una organización reformista inviable y oportunista, esto podría llevar entonces a los militantes más reflexivos del PO a sacar la conclusión de que quizás la orientación y el trabajo de la CMI en otros países también podrían ser correctos. Esto es lo que Altamira no puede admitir y de ahí que se revuelva furioso contra nuestra corriente y nos llene de insultos.
La debilidad de la posición de Altamira es que él se limita a pedir el voto a Syriza, desde afuera, para luego pedirle a los obreros que simpatizan con Syriza (que ni siquiera han pasado por la experiencia de un gobierno de Syriza) que se unan a su pequeña organización en Grecia ¡Si fuera tan fácil!
Nuestra posición es que hay que acompañar esa experiencia desde adentro, que es el reclamo lógico de esos obreros, para construir una corriente marxista al interior de Syriza que ofrezca una alternativa programática y de dirección. El partido se juega adentro de la cancha, no en la tribuna.
“marionetas de cola de la historia”
Vamos a transcribir otra cita imperdible de Altamira en su informe de apertura al Congreso del PO, donde arremete contra nuestra organización y muestra el nivel grosero y primitivo de su crítica:
“Vamos a zanjar cuentas con un grupo que es conocido como “Militant”, dirigido por Alan Woods, un chavista. The Militant (su nombre oficial es Corriente Marxista Internacional) tiene como principio la prohibición de una actividad independiente, siempre hay que hacer seguidismo a alguien. Entonces, por ejemplo, están en el PSOE (en España). Aquí estuvieron en Proyecto Sur y ahora apoyan al kirchnerismo. Y en Grecia, ¿dónde estaban? En el socialdemócrata Pasok, porque, según su hipótesis, la crisis y la presión de las masas que del Pasok iban a llevarlo al choque y, ahí, el Militant iba a tomar el poder. Bueno, el Pasok desapareció. Cuando yo iba a escribir una nota pequeña ironizando sobre la cuestión, me enteré que ahora están en Syriza, Son los llegados tarde a todos los procesos: “lo del Pasok pasó, vamos a Syriza”. Entonces esto plantea un tema interesante sobre la cuestión del entrismo, sobre el voto a este tipo de partidos, que no tiene que ver con las masas en cualquier circunstancia, sino cuando se ponen en movimiento, protagonizan virajes, mudan el escenario histórico.” (Íbid.)
Altamira y la dirección del PO pretenden decir que el trabajo de nuestra corriente griega en Syriza es reciente, que hemos abandonado precipitadamente nuestro trabajo en el Pasok para salir corriendo detrás de las masas que se orientaban a Syriza: “El Militante … [dicen] es una marioneta de cola de la historia”, “Alan Woods, cambió la camiseta con demora”. Y esto lo afirman sin ningún rubor en sus mejillas.
Es una pena que el lector no pueda percibir nuestra carcajada al leer estos comentarios estúpidos de los dirigentes del PO. Porque, justamente, lo verdadero es lo opuesto. Son los dirigentes del PO quienes, después de años de llamar traidores reformistas a los dirigentes de Syriza y de considerar anatema cualquier orientación a esta organización, son ellos quienes han exigido repentinamente a sus camaradas griegos que llamen a votar y se orienten a Syriza, tomando desprevenidos a sus militantes y a la base del PO. Son justamente ellos “una marioneta de cola de la historia” y quienes “se cambiaron la camiseta con demora”.
Para información de los dirigentes del PO, nuestro grupo en Grecia lleva muchísimos años fuera del Pasok, donde nació, y desde el 2008 integra Syriza, cuando esta organización aún sacaba el 4% de votos en las elecciones y Altamira se reía de ella con desprecio desde la comodidad de su despacho en Buenos Aires.
¿Qué ocurre? Ocurre que la viabilidad de una tendencia revolucionaria se mide no sólo por ofrecer un programa correcto sino por saber anticipar el proceso de toma de conciencia de las masas trabajadoras y los desarrollos políticos que lo van a expresar. Nuestra corriente se orientó hace años a Syriza porque supo prever con acierto por dónde iba a discurrir el proceso de expresión política de las masas de la clase obrera griega, y por esa misma razón no fuimos tomados desprevenidos por el enorme auge de masas que experimentó Syriza este año, a diferencia de lo que le sucedió a multitud de grupos “revolucionarios” de Grecia e internacionalmente, y a la dirección del PO en particular.
Con la misma suficiencia ignorante -o quizás conscientemente mentirosa- declara que nuestro grupo en España está en el PSOE. Está usted muy mal informado, camarada Altamira. Nuestro grupo en España nació en la lucha contra la dictadura de Franco en el seno de las Juventudes Socialista, liderando el ala marxista de las mismas, hasta que Felipe González las disolvió y destruyó expulsando en masa a miles de militantes a fines de los 70. Desde hace años nos orientamos a Izquierda Unida (la Syriza española) y nos hemos constituido como una corriente marxista en su seno, la corriente Lucha de Clases, defendiendo una alternativa socialista revolucionaria en la misma; lo mismo que en Francia en el Frente de Izquierda y en Italia en Refundación Comunista.
Si el camarada Altamira es coherente con la posición defendida en Grecia respecto a Syriza, nos permitimos anticiparle que su posición futura en España y Francia deberá ser la misma que es hoy la nuestra: pedir el voto a Izquierda Unida y al Frente de Izquierda. ¿Se atreverá usted a eso, camarada Altamira? Ya en las elecciones de este año en ambos países, como en Grecia, todos los grupos pretendidamente “revolucionarios” fracasaron electoralmente de manera estrepitosa. Los sectores más conscientes de la clase obrera y de la juventud se orientaron al Frente de izquierda en Francia y a Izquierda Unida en España, en un proceso que va a profundizarse ante el descrédito creciente de la socialdemocracia. ¿Va a esperar para marcar una orientación, siguiendo su método empirista e impresionista habitual, a ver qué hacen las masas trabajadoras cuando se despierte súbitamente su conciencia política golpeada por los acontecimientos? Es decir, ¿va a esperar a ver qué hacen esas masas para ir a rastras suyas, como le ocurrió en Grecia con Syriza? ¿O va a tener el valor de trazar desde hoy mismo una perspectiva que considere la más probable antes de que los acontecimientos tengan lugar?
Altamira reconoce honestamente en el informe citado que no tiene respuesta al fracaso de los grupos “revolucionarios” en Europa y América Latina en los procesos revolucionarios que están teniendo lugar:
“En un marco favorable al “ascenso de la izquierda”, verificamos un aislamiento de la izquierda revolucionaria. Será necesario indagar si esto es efectivamente así y las razones de este aislamiento.” (Íbid.)
Que esto es efectivamente así, está completamente registrado en todos los países ¿qué mas pruebas quiere, camarada? Su última apuesta en Venezuela donde apoyó la candidatura presidencial de Orlando Chirino, que sacó la asombrosa cantidad de 4.140 votos (el 0,02%) entre casi 15 millones de votos, así lo atestigua. Chirino era el dirigente obrero más popular de Venezuela en 2002, pero desde el 2006 se pasó a un antichavismo furioso, igual que la dirección del PO, con los resultados ya conocidos. Pero, ¿por qué ir tan lejos? ¿Qué pasa acá en Argentina?
El FIT
En el mismo informe de apertura al congreso del PO, Altamira mostró un rasgo de humildad sorprendente:
“Cuando en el comienzo señalé que éramos un pequeño partido, y esto lo digo con toda la naturalidad porque no hay nada más ajeno al Partido Obrero que el autobombo y la autoproclamación, añadí que nos enfrentábamos a un desafío histórico”
¿Nada más ajeno a la dirección del PO que el autobombo y la autoproclamación? No se asombre de esta afirmación de Altamira, estimado lector, porque en seguida añade el siguiente matiz:
“Hay un despertar fenomenal y nosotros somos el partido de ese despertar, la izquierda somos nosotros, la izquierda revolucionaria somos nosotros”. “La izquierda somos nosotros”, dice Altamira sin rubor ¡Y esta es la misma persona que un minuto antes juraba ser ajena al autobombo y a la autoproclamación!
Acá en Argentina, donde si hay que creerle, el máximo dirigente del PO afirma que “este es un partido de cuadros, de más de dos mil cuadros, no de cinco cuadros”, ¿cómo se expresa este auge de la izquierda revolucionaria?
En el contexto más favorable que podría imaginarse, el frente electoral del PO, el Frente de izquierda y de los Trabajadores, sacó el año pasado poco más del 3% de los votos con una cobertura generosa de la prensa burguesa y no consiguió un solo diputado, y eso tras 8 años de experiencia de gobiernos kirchneristas. Pero eso no tiene ningún misterio. En los momentos decisivos, como sucede actualmente, ante la brutal arremetida de la derecha contra el gobierno de Cristina Fernández, el PO y grupos afines disputan con la derecha en su griterío contra el kirchnerismo, sin tener la honestidad elemental de apoyar críticamente las medidas progresistas del gobierno y tener así la autoridad ante la base obrera y popular del kirchnerismo para señalar sus deficiencias e inconsistencias.
Las capas más activas de la clase trabajadora y de la juventud en Argentina al no percibir en el FIT una herramienta útil para enfrentar a la derecha, a la que muy correctamente identifican como su enemigo principal, le volvieron la espalda. En las últimas semanas el FIT apareció, con visible orgullo, marchando a rastras de Moyano, del “Momo” Venegas y de la Federación Agraria (y el 20 de noviembre también de Barrionuevo), que aparecen a los ojos de los sectores más activos de los trabajadores en la oposición de derecha. Hay sectores del FIT, como Izquierda Socialista, que celebraron fervorosamente los cacelorazos y movilizaciones reaccionarias, orquestadas por Clarín, del 13 de septiembre; y lo mismo están haciendo para idéntica movilización el 8 de noviembre.
Y aún el camarada Altamira se pregunta, desconcertado, sobre “las razones de este aislamiento” de las masas y su correlato en las elecciones.
La CRCI, A confesión de partes ….
Hablando en el congreso del PO, Altamira se refiere así al trabajo de su agrupamiento internacional, la CRCI:
“Una última palabra. Entre las iniciativas a adoptar creo que hay dos que tienen que tomar a su cargo para discutir la comisión internacional. Cómo salimos del impasse, que es definitivo, de la CRCI, de su inactividad. Tenemos que sacarla de la inactividad. Impulsamos un llamamiento que involucre a la CRCI y, más allá de la CRCI, por una conferencia internacional por la crisis mundial. (http://po.org.ar/blog/2012/07/22/informe-de-apertura/)
Concretamente, en relación a la zona del planeta donde se manifiesta de manera más notoria la crisis capitalista mundial y un auge impetuoso de la lucha de clases, Europa, dice lo siguiente:
“El otro punto fundamental es que la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional no ha tenido ninguna intervención internacional en la crisis europea. En seis años de crisis mundial no desarrolló ninguna acción en Europa. Hablamos de la coalición de partidos que dice que está a la vanguardia en la caracterización de la crisis mundial. Al mismo tiempo, tenemos la impresión de que no existe una caracterización común de la UE ni del planteo de ruptura de la UE.… En el seno de nuestro reagrupamiento internacional imperan tendencias similares a las de otras corrientes. Nos frena la falta de un plan de acción que vamos a seguir reclamando, y esto es la expresión, aparentemente, de un aislamiento en cada país. En un marco favorable al “ascenso de la izquierda”, verificamos un aislamiento de la izquierda revolucionaria. Será necesario indagar si esto es efectivamente así y las razones de este aislamiento.”(El énfasis en negrita es nuestro)
La caracterización que hace del trabajo de su grupo italiano, el Partido Comunista de los Trabajadores (PCL), no puede ser más inquietante: “El PCL sigue una política que llamaré de ‘seguidismo negativo: reclama que las izquierdas rompan con el ex PC, actual Partido Democrático, el cual opera, por la negativa, como su referencia última –no el poder político. No está la consiga “abajo Monti” sistemáticamente expuesta, ni un llamado a apoyar esa consigna con un planteo de huelga, plan de lucha, acciones directas. Al mismo tiempo hay un seguidísimo a la burocracia de los metalúrgicos, que ha entregado la resistencia al ajuste aunque con un lenguaje opositor y combativo”. Y más adelante, cuando habla de su grupo en Brasil: “… Sacan un periódico ¡Sacan un periódico! Nuestros compañeros brasileños sacan un periódico, los italianos no….”.
Si ya resulta embarazoso celebrar en un congreso como un gran logro que una sección saque un periódico (la tarea más elemental hasta del grupo revolucionario más pequeño) ¿cómo se puede calificar el hecho de que su grupo italiano, el segundo más importante de la CRCI, ni siquiera sea capaz de hacerlo?
Al camarada Altamira le place en grado máximo lanzar anatemas y denostar a toda tendencia revolucionaria que no sea la suya, pero él mismo nos muestra el estado más lastimoso y deplorable que imaginarse pueda de su propio agrupamiento internacional, del cual es el dirigente más conocido. Un agrupamiento, la CRCI, caracterizado por él mismo, por la inactividad y el impasse (la parálisis). Y esto, en medio de la crisis más aguda del capitalismo en décadas y de la situación más inestable que ha conocido la historia. Más aún, reconoce que sus secciones europeas “no han tenido ninguna intervención en la crisis europea”· Y “hablamos de la coalición de partidos –la CRCI– que dice que está a la vanguardia en la caracterización de la crisis mundial”. A confesión de partes, relevo de pruebas; como dicen los juristas.
Lo que llama la atención no es sólo el deplorable estado organizativo de la CRCI, sino la carencia de una solidaridad política elemental en cuestiones políticas de principios tales como la caracterización de la Unión Europea imperialista: “Tenemos la impresión de que no existe una caracterización común de la UE, ni del planteo de ruptura de la UE”. Y Altamira lo dice, como al pasar.
Lo más llamativo es que la dirección del PO elude cualquier responsabilidad por esta situación lamentable. Altamira se limita a señalar culpas acá y allá (en los griegos, los italianos… ) Pero esa es la táctica del avestruz. En la página web oficial de la CRCI (www.crciweb.org) la última declaración oficial que aparece está fechada en una data tan lejana como el 1º de octubre de 2010 (El cuarto año de la bancacarrota capitalista – Declaración del Secretariado de la CRCI) ¡Dos años sin publicar una declaración oficial!
¿Qué revela todo esto? Ni más ni menos que la CRCI no es, aun cuando sus fuerzas sean modestas igual que las nuestras, el embrión de una Internacional revolucionaria, de un partido unificado de la revolución mundial, sino una mezcolanza mal avenida de grupos locales regidos no por el principio del centralismo democrático, con un programa, un método y una perspectiva comunes, sino una coalición diplomática de grupos aislados a la que se pretende hacer pasar como substituta de una organización marxista Internacional genuina.
En el momento de la verdad, en medio de los acontecimientos más tormentosos de la historia mundial reciente, la CRCI –calificada durante años por Altamira y los demás dirigentes de la CRCI (Savas Matsas en Grecia, Ferrando en Italia) como el agrupamiento marxista revolucionario internacional más promisorio– se reveló como un gran “bluff”.
Altamira nos recuerda a aquel general que culpaba a la guerra de echar a perder a su ejército, tan lindo e imponente como aparentaba en los días de paz. Pero se supone que un buen ejército debe mostrar su valía, precisamente, en los días de guerra.
El PO, pese a la innegable entrega y calidad de su militancia, ha sido conformado por su dirección como la expresión de lo que se llama el “nacional-trotskismo”, un grupo nacional autosuficiente y aislado que supedita la tarea de conformar una organización marxista internacional, sea cual sea su envergadura, a desarrollarse previamente como partido de masas en su propio país al margen del esfuerzo y de la experiencia y el debate común con otros cuadros marxistas internacionales. Esta es la explicación de la arrogancia y de la estrechez nacional que caracteriza a la dirección del PO, y de su visión unilateral y sesgada de la lucha de clases en los demás países.
La conducta política de los dirigentes del PO, y particularmente de Jorge Altamira, debe entenderse también en la psicología de estos dirigentes, forjados y moldeados sobre políticas ajenas a la clase obrera, El impresionismo y el escepticismo, tan frecuente en los análisis de los dirigentes del PO, son caras de una misma moneda, tanto una como la otra, incapaces de abordar los complejos problemas de la lucha de clases con rigor científico, y paciencia. Sus vaivenes están determinados por su desesperación por los resultados inmediatos y, como consecuencia en el caso que nos toca, han tomado la manía obsesiva y persecutoria que sienten hacia nuestra corriente, y la saña y odio con que se expresan contra la misma.
La CMI
La CMI ni necesita ni busca la autoproclamación. Concibe su desarrollo a corto, medio y largo plazo como una confluencia genuina de los agrupamientos y corrientes políticas marxistas más afines que vayan surgiendo y desarrollándose, y que la experiencia vaya acercando. Ciertamente, acá en Argentina somos un grupo muy modesto en comparación con la envergadura y el aparato de grupos como el PO, que soporta 50 años de actividad, en comparación con nuestros 9 años de existencia. No nos interesa lo más mínimo la comparación muscular con otros sino que nuestra línea política se vea verificada por los acontecimientos en una situación tan compleja y cambiante como la argentina. Y en ese sentido no tenemos nada que envidiar a la dirección del PO, que cambia de caracterización cada 6 meses. Seguimos atentamente el movimiento y la conciencia de los trabajadores, de los que somos parte, para mejor conectar con su experiencia y proponer las tareas que la realidad demanda en cada momento sin esconder en ningún momento nuestro programa socialista.
Para nosotros, un partido o corriente política marxista es, en primer lugar, ideas, métodos, perspectivas y tradiciones; y sólo en un segundo lugar un aparato, que es muy importante sin dudas. Pero sin lo primero, el aparato más impresionante no vale nada y fracasa en el momento decisivo. Los dirigentes del PO pueden presumir de lo segundo, acá en Argentina; pero su falta de ideas, métodos y perspectivas correctas –que está vinculada a su incapacidad orgánica para reconocer honestamente sus errores– lo siguen confinando, pese a los aspavientos de sus dirigentes, en los márgenes de la verdadera lucha política y sindical de las masas de la clase trabajadora.
La CMI, que tiene apenas 20 años de existencia, puede afirmar con orgullo su presencia en más de 30 países de los 5 continentes. En todos ellos defendemos el mismo programa (adaptado a las circunstancias de cada país y región), las mismas perspectivas y trabajamos con los mismos métodos. Nuestros congresos internacionales no son fantasmales. Se celebran cada dos años de los que se publica un informe accesible a todo el mundo en varios idiomas.
Hace 10 años, la presencia de nuestra corriente en América Latina se reducía a un solo país, México. Hoy está presente en países como Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, México y El Salvador, y en cada uno de ellos se publica un periódico y una página web actualizada semanalmente. Además desarrollamos un trabajo incipiente en Perú, Colombia y República Dominicana, además de mantener relaciones fraternales sólidas con comunistas cubanos. Editamos en conjunto la revista política latinoamericana semestral América Socialista, de la que llevamos editados 6 números en 2 años. No necesitamos disfrazar ni exagerar nada. Todo nuestro trabajo internacional está permanentemente expuesto en nuestra página web y en nuestras publicaciones impresas. Por encima de todo, en palabras de Marx, marchamos al compás de la máxima del gran florentino, Dante Alighieri: “Segui il tuo corso e lascia dir le genti”. Sigue tu camino y deja que la gente hable.