La política cultural del marxismo y la revolución I Parte

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“Te advierto, quien quiera que fueres, Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los tesoros. ¡Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses.”

Introducción

La política cultural del marxismo es una herramienta fundamental para la construcción de la sociedad socialista. El cambio en la conducta individualista y neoliberal, con todas sus listas de valores y procedimientos, con toda su colección de símbolos, obras de arte de producción masiva alienante, prejuicios ideológicos, étnicos, nacionalistas, chovinistas, místicos, son pues una totalidad sincrética que se articula con toda la base económica de la sociedad capitalista y su superestructura, sólo trasformando esta totalidad misma la sociedad se puede declarar revolucionada. La tarea de los creadores culturales y revolucionarios es ayudar a transformar esta relación entre la base económica y la superestructura, sólo con la decisión consciente de la clase trabajadora y demás sectores sociales comprometidos en la lucha revolucionaria esta lucha puede ser efectiva.

4d77b-mc4La lucha ideológica y cultural que tiene el marxismo contra los valores reformistas, neoliberales, liberales y fascistas de la burguesía es fundamental pues estos elementos son parte de la lucha de clases; hasta la más mínima palabra, trabajo académico universitario, panfleto o afiche, teatro callejero, artesanía, creación llámese performance o intervención pública, declaración de conocimiento científico o conocimiento popular tiene una implicación decisiva en esta batalla. La cultura pues, tiende a expresar la lucha social y política como también a ser parte de ella en cuanto ayuda a dar coherencia a la conciencia de clase, a la ubicación general del ser humano en el mundo. También ayuda a facilitar los procedimientos biológicos, lingüísticos, psicológicos, de los cuales el ser humano depende para sobrevivir, desde la higiene individual a la salud pública, las políticas televisivas y cibernéticas, a las libertades democráticas e individuales, los derechos colectivos, sexuales y religiosos. No hay pues, ningún asunto en el ser humano donde no medie la cultura o decisivamente ayude a transformar, conservar, dilatar, reforzar nuestras prácticas cotidianas para que la sociedad pueda ser funcional.

No es novedad que la cultura sea parte del conjunto de herramientas de lucha del Estado y que ésta sea seriamente restringida o promovida según diferentes intereses, que podríamos llamar por un lado alienantes en cuanto ocultan la verdad, destruyen la conciencia; o liberadores en cuanto contribuyen a la libertad de los seres humanos como también a la formación de la conciencia de la clase trabajadora y de los sectores sociales populares que la pueden apoyar. El conocimiento de la verdad, que es relativa,es fundamental para la transformación de la sociedad y del individuo, como también para desarrollar la conciencia de la clase trabajadora e instruir a la población en general. Es por eso, que una política para la cultura es esencial, en el sentido que esta tiene que ayudar a develar una verdad aproximada, o sea a esclarecer la formación político científica de las masas a través de su experiencia, como también la de los marxistas y revolucionarios de nuestra época, a través del entretenimiento, la formación literaria, deportiva, en general la cultura, a través de todos los medios que se puedan usar.

Que la cultura se convierta en terreno de lucha de clases, que el entretenimiento sea una de las políticas principales de los grandes centros de poder y que el arte sea también de interés combativo de los revolucionarios, es natural. Sólo aproximarse a las lectura de Trotsky sobre Literatura y Revolución, los manifiestos conjuntos con Diego Rivera, André Bretón y León Trotsky nos demuestran lo esencial que puede llegar a ser para los revolucionarios y para el Socialismo la política cultural del marxismo, que se desarrolla en un espectro amplio, donde se intercalan temas públicos y se les aluden: como la salud, la sexualidad, la alimentación, la espiritualidad, la ciencia, el arte. Nada escapa pues a la crítica fundamental del marxismo, como a la lucha cultural entre los trabajadores y el capital en la sociedad contemporánea.

Rosa Luxemburgo solía decir que “el socialismo no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor, sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepción del mundo” (Carta de Rosa Luxemburgo a Franz Mehring) y en cierto modo es verdad. Una crítica de la concepción del mundo que abarca todas las prácticas sociales y las costumbres, desde lo que pareciera ser una corrida de toros, que aparentemente se suele entender con implicaciones insignificantes en la lucha de clases, hasta las críticas fundamentales a la producción capitalista y monopólica. El marxismo no margina nada y no deja nada atrás. No es extraño que cuestiones como las libertades individuales, tradiciones, prácticas culturales como ritos, creencias, filosofías, leyes de restricción o a favor del aborto, se han visto criticadas desde el marxismo. A diferencia de la ideología liberal y del posmodernismo, el marxismo explica que la esfera de la vida privada de las diferentes culturas locales, regionales y continentales, los aspectos morales, mentales, ideológicos, de la libertad de conciencia de los individuos y sus comunidades irán cambiando con el desarrollo de la lucha de clases, la economía planificada y el Socialismo, permitiendo que lentamente los dogmas y los baluartes del pensamiento conservador, las costumbres, el misticismo, desaparezcan y sean reemplazados por un pensamiento más flexible y dinámico, por un pensamiento científico. Las personas estarán dispuestas a discutir sus problemas privados de una forma más abierta, como también la sociedad se abrirá a discutir tabúes antes irrestrictos e incuestionables para la cultura contemporánea, que le incumben a toda la sociedad global y que la afectan, esto no quiere decir que el marxismo le interese imponer su ideología particularmente, sino democráticamente discutir la cultura y la practicas sociales y polemizar con lo que considera bárbaro, especialmente la barbarie capitalista. Por eso, el marxismo pretende educar a las clases y a los individuos en la plena conciencia de sus actos a través de la popularización de la ciencia, la psicología revolucionaria y los valores del marxismo, que son la síntesis de los valores de la clase obrera, y de la lucha general de los oprimidos por su liberación a través de su historia. Por tanto, el marxismo confía en:

1. La racionalización de la vida cultura, brindando el conocimiento científico al individuo y a la clase trabajadora.

2. En la critica a los otros individuos y otras clases, burguesa, pequeño burguesa, para crear una construcción colectiva en el ámbito cotidiano y global que sirva para liberar a la sociedad en su conjunto del capitalismo y toda la amalgama de seudo ciencias y misticismos y conductas bárbaras que hasta ahora se han dado en la humanidad.

3. En la idea de que juzgar es válido, a través de las herramientas de la ciencia: social, natural y psicológica.

En realidad, esto no es totalmente nuevo, desde el espíritu de la ilustración, en el renacimiento europeo y en el transcurso de la historia humana siempre ha habido individuos y clases que han encarnado en el espíritu revolucionario y social que intenta edificar las libertades humanas a través de la destrucción de la ignorancia y el misticismo y en el establecimiento de relaciones de producción que desarrollen más el poder del ser humano sobre la naturaleza y sí mismo. En el templo de Delfos, dedicado a Apolo y construido en el siglo VI a.c., yace escrita la frase “Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo”, así encontraremos en las diversas culturas tendencias al reconocimiento de la verdad y el auto conocimiento como un camino para la libertad que ha ido culminando en la conquista del conocimiento científico, el materialismo dialectico y su aplicación a los procesos históricos y vivos. La lucha histórica del marxismo es la cúspide de todo esto, es el afán por sentar las bases de una sociedad planificada racionalmente, en su producción y en todas sus relaciones cotidianas, para permitir más libertad y menos vulnerabilidad a la especie humana, esta es la sociedad Socialista.

El marxismo que es esencialmente una visión del mundo, un método, una tradición y propuesta superadora a un sistema caduco que está llamado a desaparecer, como describe muy bien Marx a la dialéctica y el movimiento dialectico que desarrolla esta concepción en las siguientes frases puede sintetizar bajo qué espíritu, el marxismo funciona y cuál es su procedimiento:

«En su aspecto racional, (la dialéctica) es un escándalo y una abominación para las clases dirigentes y sus ideólogos doctrinarios, porque en la comprensión positiva de las cosas existentes incluye a la vez el conocimiento de su negación fatal, de su destrucción necesaria; porque al captar el movimiento mismo, del cual todas las formas acabadas son apenas una configuración transitoria, nada puede detenerla, porque en esencia es crítica y revolucionaria». (Razón y Revolución. Filosofía Marxista y Ciencia Moderna, Alan Woods y Ted Grant, pag. 96)

El estudio y la aplicación del método dialectico y científico, en toda su amplitud, para utilizarlo en el conocimiento en general y cotidiano, como también para su popularización, es esencial para la construcción del Socialismo, que es en esencia lo que solicita tanto el movimiento político como el cultural, para realizar su trabajo crítico como para proponer una alternativa de valores y de sociedad. Es muy importante para el marxismo que el movimiento político, artístico y científico no se divorcien ni se fragmenten, sino que formen una comunión de intereses en torno a la revolución socialista, como también a sus métodos y procedimientos; es en la integración de estos varios aspectos donde pueden nacer las maravillas, pero ¿a través de qué procedimiento? y ¿con qué ideas?

¿A través de qué procedimiento? y ¿con qué ideas?

adorno-industria-cultural-televiso 002El movimiento revolucionario debe luchar para expropiar los grandes medios de comunicación y las grandes editoriales, los museos privados y galerías, radiodifusoras y articular un movimiento para la apropiación de los trabajadores de sus medios de trabajos con intervención social masiva de los barrios y los consumidores. Representantes del movimiento sindical de los sectores artísticos, técnicos y culturales, agrupados en consejos de trabajadores democráticamente elegidos, deben regir el proceso y exigir una libre difusión de la información sin propiedad intelectual, del arte, en internet y en papel, como en todos los medios posibles, y difundir didácticamente a través de estos elementos las conquistas de la ciencia, sus métodos, como también sus valores. Esta corriente de pensamiento debe luchar por ser electa democráticamente como idea programática de construcción de la cultura en ejes generales. Este movimiento, se debe ligar con las demás expropiaciones a los capitalistas, sus fábricas, sus campos, sus bancos, en donde es esencial también la iniciativa de otros sectores de la clase trabajadora, a través de sus luchas y sus herramientas que se harán vinculantes a todos los sectores a través de la unificación de la lucha y el Socialismo.

Por otro lado, los marxistas difundimos la dialéctica, las ciencias naturales y sociales, la psicología en su vertiente revolucionaria, eso solicita elementos críticos en la cultura MASIVA Y POPULAR, elementos que deben introducirse equilibradamente para que el inconsciente colectivo se vaya formando académicamente en los interludios de descanso y entretenimiento. Así, la literatura, el cine, la radio, muchas veces cuando ha sido usada por la burguesía y la oligarquía han sido una herramienta para embrutecer ilícitamente, promover la violencia o hacer chistes absurdos en contra de la clase obrera, los sectores populares, las naciones subyugadas y demás sectores oprimidos, estas herramientas deben ser utilizadas por un proyecto de ilustración popular generalizada sin llegar a marginar el entretenimiento. Esta consideración no es casual, ya había sido propuesta por Walter Benjamín, marxista analista del arte como otros teóricos, en análisis más detallados.

Por último, en expresiones artísticas y de la cultura rescatamos a sus mejores expresiones como constructores de la memoria y conciencia colectiva, y en lo mejor de ellos nos apoyamos para retroalimentar la investigación artística y cultural de las nuevas generaciones, deslumbrando nuevas formas de trabajo, producción y experimentación. Para esto se hace necesario un plan, se deben agrupar a los artistas e intelectuales bajo la bandera del marxismo,  este eje común que es la realización del programa marxista en el enfoque particular del arte y la cultura, que tenga una programática y unos fines culturales claros, donde la diversidad de expresiones formales artísticas y culturales y la libertad de expresión brille. Para eso, es esencial proponer manifiestos revolucionarios, que tomen una crítica cultural acabada en medios, formas, teorías artísticas, métodos de creación, retomando la producción de diferentes artistas de izquierda o abiertamente marxistas que defendieron ideas socialistas o de izquierda.

No obstante, en ningún momento el marxismo debe pretender que la idea de agrupación y dirección de un movimiento cultural significa la captación o la construcción de un proyecto donde se restrinja la libertad de creación fuera de los límites del marxismo, la lucha de Trotsky en la década del ’30 y los revolucionarios en general contra la visión y las prácticas totalitarias del estalinismo y el fascismo se expresaron también en la cultura, la crítica cultural y el arte. André Breton y Trotsky plantearon en su “Manifiesto por un arte revolucionario independiente” que para evitar la bestia totalitaria del fascismo como del estalinismo se debía promover la libertad artística total:

“A quienes nos inciten a consentir que el arte se someta a una disciplina que consideramos incompatible radicalmente con sus medios, les oponemos una negativa sin apelación y nuestra voluntad deliberada de mantener la fórmula: toda libertad en el arte. Reconocemos, naturalmente, al Estado revolucionario el derecho de defenderse de la reacción burguesa, incluso cuando se cubre con el manto de la ciencia o del arte. Pero entre esas medidas impuestas y transitorias de autodefensa revolucionaria y la pretensión de ejercer una dirección sobre la creación intelectual de la sociedad, media un abismo. Si para desarrollar las fuerzas productivas materiales, la revolución tiene que erigir un régimen socialista de plan centralizado, en lo que respecta a la creación intelectual debe desde el mismo comienzo establecer y garantizar un régimen anarquista de libertad individual. ¡Ninguna autoridad, ninguna coacción, ni el menor rastro de mando!”

La unidad de arte y vida siempre ha estado quebrantada pues son pocos los que pueden acceder a la cultura, al desarrollo intelectual general, al tiempo libre. No hay en el capitalismo una financiación social para el desarrollo cultural popular, ni un interés en erradicar masivamente el analfabetismo, como el analfabetismo funcional, esto debido a que el desarrollo de la cultura general, de la ilustración popular y de la clase trabajadora entra en directa contradicción con la oligarquía y sus intereses, que ven con desconfianza el proceso de culturización e ilustración de las masas. Ahora bien en la sociedad socialista estas contradicciones tienen que desaparecer. ¿Cómo solucionarlas? La división de arte culto y popular debe ser demolida, ya que en buena medida es resultado de la división en el seno de la sociedad capitalista entre trabajo manual y trabajo intelectual, como también a las desigualdades que producen el mismo proceso de acumulación de capital que obedece a la misma división entre obreros explotados y burgueses explotadores. El desarrollo intelectual masivo no se puede dar sin la más amplia democracia de las mayorías, es necesario para generar este tipo de trasformación, con el desarrollo de la educación popular, gratuita, laica, desde los primeros grados hasta la universidad, con pasos decisivos hacia la trasformación socialista de la sociedad, con el cambio general de las estructuras autoritarias dentro de la las instituciones sociales.

geo2222Por otro lado, en el campo particular del arte y la cultura es necesaria la destrucción de la noción de artista genial por encima de la comprensión humana, del genio que por su naturaleza genera las obras de arte. Esta contradicción debe ser superada a través de la popularización del arte y la creación. EL ARTE debe ser un lenguaje popular, la artesanía vulgar y el arte culto elitista se corresponden en una misma contradicción material, que es la explotación capitalista, también sus diferencias deben ser zanjadas, sólo esto es posible cuando las contradicciones de la sociedad capitalista sean demolidas por la vía revolucionaria, cuando las desigualdades se sanen y en cuanto se imponga un proyecto masivo de alfabetismo general y funcional. La ilustración popular tiene que elevar al trabajador a la “alta cultura” y la “alta cultura” debe dejar atrás sus vicios hipócritas.

Que la creación se imponga como modo de vida debe ser escalón final de este proceso. Karl Marx en sus viejos Manuscritos Filosóficos de 1848 plantea muy bien que el único trabajo libre es el arte, nosotros podemos decir con seguridad que sólo en la sociedad socialista, en una sociedad verdaderamente libre, el arte será libre y la creación masiva. No en vano el gran proyecto de las vanguardias artísticas desde su inicio no sólo fue el desarrollo de grandes obras, sino un modo de vida, donde el ser humano dejaba de ser instrumento para ser creador, donde el arte ya no era el beneficio de unos pocos con tiempo libre sino un bien cultural masivo, digamos en otro lenguaje, otra actitud ante la vida de las cuales se apropiarían las masas. Eso en realidad es el arte, a estos proyectos se encaminaron varias vanguardias como la surrealista o los situacioncitas, como miles de artistas independientes y creadores en sus ansias de libertad. Era por esto que, Trotsky tanto como Marx siempre lucharon por la completa libertad del arte, el arte sólo puede ser libre como trabajo no alienado, o sea únicamente puede producirse como el producto original de una sociedad libre, una sociedad socialista.

Liberación del arte y el marxismo

¿Qué es la liberación del arte?

La liberación del arte es un movimiento que se da en la sociedad humana donde este empieza adquirir independencia de otras prácticas humanas, pueden ser más que todo religiosas y políticas, aunque también se sabe que el arte en sus comienzos estuvo también asociado a los rituales mágicos, al desarrollo primigenio de la escritura a través de jeroglíficos, desarrollo de runas y dibujos. De este modo el arte en nuestra época puede ser reconocido como algo específico e independiente, definido por sí mismo; sin embargo este hecho es reciente, pues en otras épocas el arte como es conocido ahora y concebido, no existió. En realidad, el concepto de arte por el cual definimos las prácticas diversas como el dibujo, la música, la escultura, entre muchas otras, data del siglo XVI, en una definición filosófica de Giorgio Basari, que empieza a desarrollar y a clasificar el arte como disciplina que abarca un gran número de actividades, que se ha independizado y especializado en la división del trabajo de la sociedad humana, requiriendo unos requisitos específicos para poder ejercer su función. Sin embargo Basari hace una pregunta esencial  ¿cuál es sentido de las obras y los artistas en el mundo? Que responderemos más adelante.

Ahora bien, la historia de la liberación del arte es parte de la lucha a muerte que se había iniciado desde tiempos inmemoriales por la autodeterminación de lo humano o sea por la existencia humana, por la reproducción real de la vida humana, donde el arte por vez primera aparece en la conciencia del ser humano de las cavernas en el contexto del nomadismo, de las tribus cazadoras recolectora. Escondido el arte, casi originado desde el pensamiento mágico, se confunde con los ritos religiosos primarios y en las manifestaciones colectivas de auto reconocimiento de las tribus, primó sobre la noción de arte como lo concebimos ahora siendo para las tribus, esencialmente, parte de sus rituales mágicos-místicos, produciendo igualmente grandes obras de arte de fuerte expresión que reconocemos actualmente como ARTE, más para los que lo produjeron no fue así. Todo esto se dio en un largo período denominado paleolítico, donde las pinturas rupestres fueron concebidas como el arte por excelencia. Su función era mágica, en otros casos se asocian a rituales mágicos místicos, también relacionados con la sobrevivencia y la ubicación del tiempo y el espacio de las tribus.

 

bisonte de altamira

Bizonte de Altamira España, los cazadores solían representar a sus presas
esperando realizar rituales mágicos donde se les fuera más fácil realizar la cacería.

cueva de manos santa cruz

Cueva de manos, Santa Cruz, Argentina, ritual de auto reconocimiento de la tribu.

caza de bufalos

Caza de búfalos, Tassili nAjjer, Sahara, Argelia

Luego con el avance en la revolución neolítica -casi luego de pasar 40.000 años de desarrollo paleolítico, el neolítico se despliega entre el 8000 a.c. y el 4000 a.c.-, el pastoreo, la domesticación y la agricultura se desenvolvieron hasta que el asentamiento se hizo estable y viable para las tribus desencadenando a largo plazo grandes imperios agrarios. El arte se trasformó, aparejado con el desarrollo de las fuerzas productivas, con los cambios de conciencia respectivos en la superestructura de las grandes sociedades agrarias, los elementos en que se expresaron las artes principalmente fueron los dogmas y las religiones. Hay una explosión del desarrollo del arte, de sus medios y sus formas, los pictogramas e ideogramas que irán sintetizando jeroglíficos y luego la escritura en culturas como la sumeria, la china, la mexica.

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Ideograma de 1510 representando la llegada de misioneros a México,
donde se usan dibujos que representan palabras

El desarrollo de nuevos géneros en las artes y las representaciones excede a las sociedades precedentes del NEOLITICO y el PALEOLITICO, como mucho describir esta explosión artística y su dinámica con relación a lucha de clases que se comenzaba a dar en la medida en que se empezaron a desarrollar las fuerzas productivas, como también al enfrentamiento y la guerra entre pueblos e imperios. Las grandes diferencias y desigualdades de este período se resume hasta llegar al desarrollo del esclavismo, todo este período es comprendido entre el  4000 a.c. hasta la caída del imperio romano de occidente 453 d.c., (estas fechas igualmente reconocen el patrón histórico de occidente donde hay una línea desigual donde se dió un proceso de desarrollo no lineal). El arte en este período alcanza un reconocimiento y una reflexión inédita, especialmente en grandes imperios como el romano o el chino, sin omitir que se veía al artista como productor técnico, al artesano y al arte como técnica.

No fue sino hasta el Renacimiento que el arte pasó a ser conocido y apreciado por su especificidad, por ser bello y ser contemplado por su belleza, por ser creación humana, el pensamiento humanista humanizó la contemplación del arte y lo valoró desde la nueva filosofía estética como lo específicamente humano; como un acto de reconocimiento de la humanización del mundo. Pero, este movimiento intelectual y cultural le pertenecía a la burguesía ascendente, específicamente a la italiana, a banqueros como los Medici que fueron mecenas de los grandes artistas, y a papas semi liberales que aceptaron al arte renacentista y promovieron su uso.

El paso decisivo para permitir la autonomía artística, de separar la iglesia del museo y el museo de la iglesia, como la religión en general del arte, se vino dando con un gran desarrollo comercial y de intercambio, lo cual vino aparejado con el adelanto progresista de la burguesía en los tiempos del Renacimiento y la Ilustración, con las correspondientes críticas filosóficas y culturales, en las cuales Kant se hizo a la cúspide exigiendo la autonomía artística como requisito de la sociedad liberal. Sin embargo, las críticas kantianas del siglo XVIII se han quedado cortas, cuando en la época contemporánea el mayor problema y la mayor amenaza de la libertad artística es la libertad de mercado, la sociedad capitalista, que en su versión liberal restringe el arte a sus versiones más puras y decadentes, al “arte por el arte” y en su versión más corrupta y fascista reprime a las vanguardias, a los grupos y artistas independientes, y asesina al arte volviéndolo a subordinar a los intereses del Estado y la clase capitalista.

cultura libertadAhora que se ha desarrollado ampliamente la industria, el comercio mundial, que se han conquistado tecnologías antes inalcanzables, y cada vez la cultura exige más libertad e igual el arte, es necesario replantear la función del arte y la necesidad urgente de la Revolución Socialista para reorganizar todas las esferas de la vida hacia el futuro en que el trabajo será libre, será arte, y la revolución liberará al arte y el arte a la revolución. Como también el individuo tendrá plena conciencia de lo que es o de lo que pretende ser y sabrá además que la cultura estará fuera de rasgos de barbarie y pseudo conocimientos, el ser humanos será verdad. Esto a través únicamente de una sociedad socialista mundial y un arte libre.