Los reclamos paritarios deben hacerse desde el proceso inflacionario que se dio durante el 2014, y que significó un deterioro y retroceso en el poder adquisitivo de la clase trabajadora en nuestro país. Si bien se plantea desde el gobierno que existe una desaceleración de los precios a partir de la política macroeconómica y la política específica, siendo esta una propuesta contemplada en el Presupuesto aprobada por el Congreso que se ocupa de cumplir con la pauta de precios, el mismo gobierno reconoce también que existen casos donde no se respeta tal acuerdo.
Es así como, en Página 12 (22/02/15), Augusto Costa -Secretario de Comercio Interior- expresa:”en los últimos meses el precio del cuero crudo ha caído un 30%”, pero “no se ha trasladado a los fabricantes de calzado y marroquinería”. “Hay una apropiación de renta que vamos a analizar”. Lo mismo ocurre con el incremento en otros productos.
Los trabajadores, sólo con recorrer las góndolas de los supermercados, reconocemos si se respetan o no las listas de precios. Varios analistas económicos no oficiales coinciden que la inflación se desacelerá y este año se acercaría al 25%, tras haber trepado a más del 40% hacia fines de 2014. Si bien para marzo se prevé una variación más alta que la de febrero por motivos estacionales, la “estabilidad” de precios continuaría hasta el tercer trimestre del año, según el análisis de estos economistas. Para la Consultora Economía & Regiones ”en esta primera etapa, el aumento de precios se desaceleraría como resultado del dólar cuasi fijo y los efectos (todavía persistentes) del torniquete monetario de la primera mitad de 2014. Sin embargo, en la segunda parte, la inflación podría acelerarse como consecuencia de que hacia fin de año el dólar oficial se deslizaría más velozmente, cerrando el año en torno a $ 9,70.” Clarín (10/3/15).
A su vez, no podemos desconocer lo que está ocurriendo en Brasil, donde el real quedó en 3,27 contra el dólar (Telam Economía 17/3/15) en una devaluación que se acelera y que tiene un impacto inevitable en nuestra economía ya que es nuestro principal socio comercial. El mismo Ministro de Economía Axel Kicillof advierte que hay sectores económicos y políticos que se escudan en ese hecho para presionar por un tipo de corrimiento del tipo de cambio en el país. “Si Brasil devalúa violentamente, la Argentina tiene que evitar la inestabilidad y lo puede hacer”, afirmó. “En el mundo hay en este momento un enorme terremoto económico, cambiario y financiero. Pero éste es un gobierno que cada vez que hay problemas internacionales ha tratado de fortificar la economía para que la eventualidad no replique adentro, o por lo menos que sea con la menor violencia posible.”(Página 12 6/3/15). También el mismo Kicillof reconoce ante el no respeto de los empresarios de los precios cuidados que: “El Gobierno toma medidas para manejar los precios, pero ésta es una cuestión privada, no del Gobierno. Este es un país capitalista, donde el Estado representa cuando mucho el 30%, y los precios los decide y los cobra el empresario.”
Ante este cuadro de situación ¿qué análisis debemos hacer como clase trabajadora? La economía de nuestro país viene sufriendo desde 2008 los golpes de la crisis de sobreproducción a nivel mundial, el espiral descendente en el que se encuentra sumida la economía mundial muestra los límites para avanzar bajo el capitalismo. A la crisis mundial debemos sumarle las debilidades históricas y estructurales del capitalismo argentino junto al nivel de concentración y el gran peso que adquirió el capital extranjero en las últimas dos décadas. Si bien algunas variables económicas centrales se mantienen altas luego de haber atravesado el boom post convertibilidad, el descenso desigual y combinado es una constante que no tiene signos de reversión a corto o medio plazo, como producto de la caída del comercio mundial. El gobierno intenta contener el retroceso utilizando medidas contra cíclicas, que sólo pueden tener un impacto relativo, moderado y a corto plazo (como es el caso de Precios Cuidados). Ya que el problema es estructural y no puede ser controlado con medidas por arriba que no afecten los derechos de propiedad y rentabilidad de los capitalistas. La dificultad política del gobierno para contener la inflación y mantener el poder adquisitivo de los trabajadores nos deja ver que no se puede controlar lo que no se tiene, no se puede planificar lo que no poseemos. Son los capitalistas los dueños de la economía y esto hace prácticamente imposible regular su comportamiento y funcionamiento.
Pero también debemos sumar la inacción de los Jefes Sindicales tienen relaciones de complicidad y connivencia con las patronales, invisibilizando que son los capitalistas los causantes de las desigualdades que sufrimos los trabajadores. Son esos Jefes Sindicales los que limitan las discusiones paritarias sólo al punto salarial no incluyendo en la misma el resto de las reivindicaciones. Cuestiones fundamentales que deben ser contenidas en los reclamos de los trabajadores como carga horaria de trabajo, condiciones laborales, obras sociales, tipo de contratación, tercerizados, estabilidad laboral, situación de los jubilados, etc., quedan totalmente relegadas. Dejamos en evidencia que a esta altura del año no se ha finalizado con las paritarias y somos los trabajadores los que seguimos soportando la pasividad de los Jefes Sindicales y la burla de la patronal que sigue enriqueciéndose a costa del sacrificio y sobrecarga de los trabajadores. Es por ello que instamos a todos los trabajadores a recuperar los espacios democráticos de asamblea impulsándolas por las bases, utilizando estas herramientas para seguir reclamando y denunciando cuando no se respeta lo que nos corresponde como clase. Los trabajadores tenemos el desafío de superar a estos Jefes Sindicales.
Desde la Corriente Socialista Militante sostenemos que es necesario romper con el poder económico de la oligarquía y de la burguesía que permanentemente golpean a la clase trabajadora, esto permitirá establecer precios justos, accesibles y de calidad de los alimentos y demás mercancías. Para esto debemos avanzar en una política Socialista donde los trabadores democráticamente controlemos los resortes fundamentales de la economía.