¡Movilización popular para enfrentar a la derecha en la calle!
Para este 25 de mayo el Gobierno, y las organizaciones políticas que lo sostienen y acompañan, están organizando una serie de festejos en conmemoración a los 10 años cumplidos desde la asunción de Néstor Kirchner.
Los paredones de la Ciudad y el Conurbano empiezan a tomar color con los escritos de “La dekada Ganada” y ya se anticipa una participación masiva de respaldo popular a la gestión de Cristina.
Luego de meses de ofensiva por parte de la oposición política, mediática y sindical que responde a la derecha empresarial, las calles nuevamente se volverán a colmar echando por tierra los vaticinios de los profetas de la derrota que hace años viene anunciando el “fin de ciclo” del Kirchnerismo.
La relación de las masas con el movimiento Kirchnerista se ha forjado al calor de los embates de las grandes corporaciones, la oligarquía agraria y los medios hegemónicos, sumado a un avance en las condiciones de vida.
Incluso miles de trabajadores y jóvenes asomaron a la discusión y participación política de la mano del modelo inclusivo que propone el gobierno. Esta ligazón es un vínculo que no se romperá fácilmente, aun con dificultades o algún retroceso en el plano económico.
Es claro que el gobierno sigue siendo la fuerza hegemónica entre las clases populares, ante una derecha rancia y hambreadora y una izquierda que, en su mayoría, se encuentra entrampada en una política que les cierra el paso a representar una alternativa real.
Ante esta situación sigue siendo el proyecto kirchnerista el único movimiento político con capacidad real de frenar a una derecha que busca arrasar las conquistas obtenidas y provocar una devaluación que pulverice el salario de los trabajadores. De esta manera los poderes fácticos buscan sostener sus formidables ganancias golpeando duramente a quienes mayormente representan la base social de la cual el gobierno extrae su fortaleza, su legitimidad y que por lejos representa su mejor capital político.
¡La década ganada!
Sin lugar a dudas han sido realmente trascendentes los avances conseguidos en estos últimos años. La lista de conquistas es realmente inmensa.
Descenso de la desocupación, Asignación Universal por Hijo, nacionalización de las AFJPs, nacionalización de Aerolíneas, estatización parcial de YPF, ley de matrimonio igualitario, ley de medios, democratización del poder judicial, aumento de la inversión en educación y salud, fuerte impulso a las políticas de DDHH, entre tantas otras.
Sin embargo lo que mayor odio despierta en la burguesía (que busca hacer retroceder el reloj a la época del neoliberalismo) es el avance de la conciencia política de los jóvenes y los trabajadores en relación a visualizar el papel nefasto que juegan en nuestra sociedad los monopolios y las grandes empresas nacionales y extranjeras, que junto a los terratenientes, sabotean la economía continuamente en perjuicio de las clases populares.
Nunca le perdonaran a los trabajadores y los jóvenes ser los únicos protagonistas e impulsores de esta década ganada.
Es por eso que en estos festejos el principal homenajeado debe ser el pueblo trabajador, ya que las reformas políticas no disponen de una fuerza impulsora propia independiente, sino que en cada periodo histórico se mueven solamente en el marco de la configuración social creada por la irrupción de las masas en la escena política.
Es el Argentinazo del 19 y 20 de diciembre de 2001 y las masivas movilizaciones populares que le siguieron durante meses (hasta culminar en la masacre del puente Pueyrredón el 26 de junio de 2002) las que abrieron el camino a las transformaciones sociales actuales al golpear duramente al viejo y podrido andamiaje del neoliberalismo.
Ha sido la transformación y el avance de la conciencia colectiva emergidas de aquellas jornadas heroicas las que permitieron el advenimiento de una política diferente convirtiendo a las masas trabajadoras en las verdaderas responsables del punto de inflexión histórico en la Argentina desde el 2003 en adelante.
¡Vamos por otra década! ¡vamos por nuestro futuro!
Una década ganada sólo puede continuarse con otra década ganada, es por eso que debemos reflexionar cuales son las tareas necesarias para alzarnos con 10 años más de inclusión y justicia social.
En estos últimos años hemos sido testigos de los mil y un ataques de los sectores económicamente dominantes buscando frenar este proceso. Sabotajes, intentonas destituyentes, agresión constante, terrorismo mediático, etc. son las tácticas de una derecha patronal que viene por todo.
Como lo vimos luego de la movilización del 9 de diciembre del año pasado, sólo la movilización popular los hace retroceder. Fue aquella masiva demostración de fuerza, vestida de fiesta popular, la que vino a cortar la ofensiva que la reacción venía llevando a cabo desde septiembre al impulsar y apoyar los cacerolazos, la movilización de un sector de las fuerzas de seguridad, paros y movilizaciones sindicales, etc.
La conclusión que debemos extraer de esta valiosa lección es que sólo si nos mantenemos unidos y movilizados podremos frenar los embates de la derecha ¡No podemos regalar la calle!
Deben ser las organizaciones con poder de movilización las primeras en llamar a defender la década ganada.
Por otro lado debemos complementar estas movilizaciones combatiendo el sabotaje, destituyente y constante, a la economía del país con firmeza y audacia.
No podemos permitir que los empresarios, banqueros y terratenientes que históricamente han gobernado a la Argentina desde las sombras sigan frenando la producción y continúen negándose a invertir alimentando así la inflación y la demagogia de la derecha política.
Se trata de pensar, no en lo que se puede, sino en lo que se debe hacer para mejorar las condiciones de la mayoría aplastante de la población como lo somos los trabajadores. Y es claro que esto nunca sucederá si dejamos la economía del país en las manos de monopolios y corporaciones.
A quedado demostrado en los hechos que no alcanza con pedirle a la burguesía que invierta o que no suba los precios subsidiándola constantemente, incluso tampoco representó una solución la defensa de la economía a través de proteccionismo.
Esta situación nos señala que es imposible avanzar o profundizar sin tomar en nuestras propias manos las riendas.
Sólo una economía planificada sustentada en la propiedad estatal de los grandes medios de producción, con el control y la participación democrática de los trabajadores, puede ponerle freno a la especulación que hacen las corporaciones con nuestras necesidades.
Movilizar de manera racional los formidables recursos económicos y naturales del país es la única manera de asegurar un nivel de vida creciente para el pueblo
La burguesía argentina es parasita e impotente, y ha sido incapaz, en 200 años de historia, de generar las condiciones necesarias para el bienestar de la población, sino más bien todo lo contrario.
Su sumisión al capital extranjero y su único interés en ganancias rápidas y fáciles la convierten en una clase social reaccionaria que sólo persigue frenéticamente su propio beneficio y cuyos intereses nacionales son inexistentes. El dinero no tiene patria
Nos encontramos en circunstancias históricas, impulsar estos debates al interior de nuestras organizaciones políticas, barrios, lugares de trabajo, sindicatos, escuelas, universidades, etc. es lo que nos permitirá avanzar en la dirección de conquistar, no ya una década, sino nuestro futuro mismo.