Acontecimientos dramáticos están desarrollándose en Irán. Cientos de miles de personas marcharon en silencio el lunes por el centro de Teherán para protestar en contra del resultado oficial de la elección presidencial, en una extraordinaria muestra de desafío que parece ser la más grande manifestación contra el gobierno en Irán desde la revolución de 1979. Las últimas informaciones hablan de 7 muertos. Pero nada puede detener la marea. La situación revolucionaria se desarrolla con la velocidad de un relámpago.
Acontecimientos dramáticos están desarrollándose en Irán. Cientos de miles de personas marcharon en silencio el lunes por el centro de Teherán para protestar en contra del resultado oficial de la elección presidencial, en una extraordinaria muestra de desafío que parece ser la más grande manifestación contra el gobierno en Irán desde la revolución de 1979. La agencia Reuters dice que un manifestante fue muerto a tiros [Las últimas informaciones hablan de 7 muertos. Nota de EM]. Pero nada puede detener la marea. La situación revolucionaria se desarrolla con la velocidad de un relámpago.
Los partidarios del candidato presidencial derrotado, Mir Hossein Mousavi, han inundado las calles en Teherán y de otras ciudades para exigir la impugnación de la elección presidencial después de que el presidente, Mahmoud Ahmadinejad, representante de la línea dura del régimen, se atribuyera la victoria.
La marcha comenzó horas después de que el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, pidiera una investigación ante los reclamos de la oposición de que las elecciones fueron manipuladas en favor del Presidente Mahmoud Ahmadinejad. El movimiento de masas ha conmocionado a los dirigentes y ha agravado las contradicciones internas del régimen. La televisión estatal informó de que líder supremo ayatollah Ali Jamenei, que ha respaldado el resultado de las elecciones, instó a los 12 miembros del Consejo de Guardianes a "considerar de manera precisa" las denuncias. Esto es una indicación gráfica de la crisis del régimen.
El llamamiento del ayatolá – anunciado cada 15 minutos en la radio estatal iraní, durante todo el día – fue el primer signo de que altos dirigentes de Irán podría reconsiderar su posición sobre la elección. Jamenei anunció el sábado que los resultados de las elecciones que mostraron una victoria para Ahmadinejad fueron justos, pero el domingo se reunió con Mir Hussein Moussavi, ex-primer ministro, representante de la línea moderada del régimen y principal candidato de la oposición, para escuchar sus preocupaciones.
Un portavoz del consejo, que debe aprobar oficialmente los resultados de las elecciones para darles rango definitivo, dijo que se reuniría el martes con el señor Mousavi. La resolución de este organismo es esperada para decidir sobre las denuncias en la semana próxima. Sin embargo, el movimiento revolucionario está cobrando tal impulso que, incluso si deciden anular los resultados y convocar a nuevas elecciones, no está claro que eso será suficiente para detener el movimiento.
Los intentos de represión del régimen
Cuando caía la noche, la televisión estatal iraní informó de que los manifestantes habían sido disparados, y la agencia Associated Press informó que los disparos al parecer habían llegado después de que un grupo de manifestantes con garrafas de nafta intentó incendiar el recinto de una milicia de voluntarios, Basijs, vinculados a los poderosos Guardianes de la Revolución. Al menos una persona habría sido asesinada [los medios informativos ya hablan de 7 personas asesinadas. Nota de EM].
Fue imposible confirmar independientemente estos informes, que llegaron después de un día durante el cual las fuerzas de seguridad permanecieron apostadas junto a las veredas en las avenidas, junto a las oleadas de manifestantes.
La marcha silenciosa fue un fuerte contraste con el caos de los últimos días, cuando la policía antidisturbios roció con gas lacrimógeno y utilizó porras para dispersar a las bandas de jóvenes enojados y asustados. En Isfahan, al sur de la capital, la mayor violencia tuvo lugar el lunes cuando la policía atacó a una multitud de varios miles de manifestantes de oposición con palos y gases lacrimógenos, a raíz de lo cual aquéllos incendiaron diversas partes de la ciudad.
Más allá de la capital, las manifestaciones se han extendido a por lo menos siete ciudades de las provincias. Las protestas han marcado el más serio despliegue de descontento en la República Islámica en años. La amplitud del movimiento de masas no tiene precedentes. Se trata de un estallido repentino de toda la rabia y frustración que se ha ido acumulando durante los últimos 30 años.
Los funcionarios iraníes han bloqueado el envío de mensajes de correo electrónico y el acceso a ciertos sitios web a los opositores del Presidente Ahmadinejad, pero por ahora el Twitter sigue siendo un vehículo para la protesta. Los manifestantes están aparentemente utilizando el Twitter para expresar su oposición a los resultados oficiales de las elecciones del pasado fin de semana, que dieron la victoria a Ahmadineyad sobre su rival Mir Hossein Mousavi.
El régimen está tratando de utilizar la represión para detener el movimiento de masas. La agencia Reuters informó: "Los milicianos islámicos Basij de línea dura mataron al menos a una persona el lunes e hirieron a muchos más cuando su edificio fue atacado por manifestantes que protestaban por la elección que, según ellos, les fue robada por el Presidente Mahmoud Ahmadinejad".
Siempre que la policía antidisturbios carga, agitando sus porras, con sus escudos a un primer plano, la gente corre por las calles para escapar. La comentarista del canal de televisión Cuatro, Linsay Hilsum, en Teherán dice: "Las brigadas antidisturbios, con su ropaje negro, se mueven en falanges sobre motocicletas, cabalgando sobre el pavimento, pasando junto a los transeúntes. No es necesario ser un manifestante para ser golpeado"
Y continúa: "El domingo por la mañana, terminamos en una multitud corriendo y escondiéndose en una escalera. Un joven de un piso superior nos invitó a subir a su oficina. Como muchos iraníes con quienes me he reunido en los últimos días, él creció en el viejo orden, y ha votado por Mir Hossein Mousavi, el candidato alternativo.. Pero él no estaba entre los jóvenes de las calles, tirando piedras a la policía, porque no tenía ninguna esperanza de lograr un cambio.
"No hay liderazgo", dijo. "El señor Mousavi no nos dirigirá porque los que controlan el país son más poderosos que él. Todo está en manos del Líder Supremo". Pero esto ya no es verdad. La situación no está en manos del Líder Supremo ni de Mousavi. El poder se está escapando de las manos temblorosas de los dirigentes y pasando a la calle.
Los líderes reformistas, que hasta hace poco formaban parte del Establishment, están, sin duda, aterrorizados por las fuerzas que han desatado. Mousavi se ha visto obligado a ponerse a la cabeza del movimiento en un intento de dirigirlo hacia canales seguros. Pero ni siquiera él controla los acontecimientos. Por el contrario, los eventos lo controlan a él.
En las calles hay un cambio en el estado de ánimo. Existen informes de un aumento de la confianza y la combatividad por parte de los manifestantes. Algunos informes dicen que los manifestantes han atacado las oficinas de los odiados Guardianes de la Revolución. Se trata de un acontecimiento extraordinario y sin precedentes. Esto demuestra que una vez que el pueblo se levanta y dice "no", ninguna fuerza en la tierra puede detenerlo.
El movimiento está extendiéndose a la clase obrera. Hay informes de que otro mitin de masas, y una huelga nacional están previstos para mañana. La huelga ha estado siendo impulsada desde primeras horas de ayer, pero ahora se convoca a otra gran concentración para mañana [martes. Nota de EM]. "Según la fuente, habrá un mitin mañana donde hablará Mousavi a las 5 pm en la Plaza Vali Asr y un paro nacional de todos los seguidores de Mousavi".
La situación está cambiando, no día a día, sino hora a hora. Como una pesada roca lanzada en un lago tranquilo, el golpe de Ahmadinejad ha agitado a la sociedad iraní hasta las profundidades. Nadie puede decir dónde terminarán los acontecimientos. Pero una cosa es cierta: Irán no será el mismo de nuevo. Las masas están empezando a moverse, y el movimiento no se detendrá fácilmente. Tenemos derecho a decir con confianza: ¡La Revolución Iraní ha comenzado!