Los resultados de las elecciones en Inglaterra y Gales fueron un choque – un choque para el ala derecha del Laborismo, que había estado profetizando el Armagedón electoral para el Partido Laborista dirigido por Corbyn.
Este escenario apocalíptico había sido apoyado completamente por el Establishment y los medios de comunicación conservadores, incluyendo la BBC, que no para de publicar historias sobre la “crisis” en el Partido Laborista y cómo Corbyn está llevando al partido a la destrucción. Han llevado a cabo una campaña coordinada contra Corbyn desde su victoria aplastante en la elección para la dirección Laborista.
Si sale cara, ganamos nosotros; si sale cruz, pierdes tú
La BBC y la prensa Tory (Conservadores) ya no cuenta las “noticias”, en su lugar tratan de decirle a la gente ¡cómo deberían ser los acontecimientos! Han estado diciendo constantemente que el Partido Laborista con Corbyn iba a perder 150 escaños, o incluso más. Su derrotismo era ensordecedor. Cuando esto no se materializó, cambiaron de tono y culparon a Corbyn de no hacerlo mucho mejor. Lord Hain, ex ministro del gabinete, dijo que el Laborismo debería estar “ganando escaños en esta etapa del ciclo, no perdiéndolos”. No había manera de satisfacer a estas personas.
El ala de derecha laborista no podía contener su veneno. “Hemos perdido en Inglaterra, hemos perdido en Escocia y hemos perdido en Gales. Es difícil pintar un cuadro positivo con esto”, dijo Neil Coyle, diputado por Bermondsey. Es evidente, sin embargo, que él y el resto de los oponentes de Corbyn en el Grupo Parlamentario del Partido Laborista (PLP) no quieren pintar una imagen positiva. Quieren fabricar una crisis artificial y crear una sensación de fracaso que rodee a Corbyn y a su liderazgo.
La hipocresía y la doble moral de los Blairistas es a la vez repugnante y totalmente transparente. Donde el Laborismo ha tenido malos resultados, como en Escocia, la culpa se coloca por completo a los pies de Corbyn. No se ha hecho ningún reconocimiento al enorme lío dejado por los predecesores del líder Laborista al norte de la frontera, que se las arreglaron para perder este antiguo feudo Laborista como resultado de años de complacencia y negligencia, y por sus acciones durante el Referéndum de la Independencia, donde se ataron a los conservadores.
Por el contrario, sin embargo, los éxitos Laboristas, donde se han registrado, como en las elecciones a la alcaldía de Londres, se dice que se consiguieron a pesar de Corbyn, no a causa de él. Sadiq Jan [el nuevo alcalde laborista elegido en estas elecciones, NdT] es alabado por sus partidarios en el PLP por haberse “alejado” tácticamente del líder laborista (leer: atacando a Corbyn), cuando, en realidad, Jan es visto con escepticismo por los votantes laboristas de Londres, a quien correctamente ven como a otro arribista derechista.
Sabotaje sistemático
Antes, durante y después de las elecciones, los parlamentarios derechistas del Laborismo han estado apuñalando a Corbyn por la espalda. El último garrote utilizado para golpear a Corbyn ha sido el llamado “anti-semitismo” en el partido. Cuando Corbyn luego les instó a que lo probaran y estableció una investigación sobre estas acusaciones sin fundamento, movieron los postes y lo criticaron por actuar demasiado rápido. Haga lo que haga, nunca será capaz de satisfacer a estos Blairistas. Si él les cede una pulgada, ellos pedirán una milla. Ellos quieren su cabeza en un palo – nada más y nada menos.
Los arribistas blairistas han trabajado sistemáticamente a favor de una derrota Laborista con el fin de desacreditar a Corbyn y desafiar su liderazgo. Desafortunadamente para ellos, los acontecimientos no siguieron su guión y el resultado no fue ni de lejos tan malo como el que estaban esperando. Esto ha hecho pasar su desafío a un segundo plano… por el momento.
En realidad, Corbyn es una enorme ventaja para el Partido Laborista, no un lastre, como ellos dicen. Un Partido Laborista controlado por los Blairistas a todos los niveles, llevando a cabo políticas de austeridad a nivel local, habría resultado un baño de sangre electoral este mes de mayo. Corbyn ha, en todo caso, salvado al Partido Laborista de un futuro de decadencia que con toda seguridad habría sufrido bajo la súper aburrida dirección tory-blairista de sus candidatos rivales de la derecha, como Andy Burnham, Yvette Cooper, o –Dios no lo quiera– Liz Kendall.
Éxito Laborista
De hecho, el Laborismo bajo Corbyn retuvo el control de ayuntamientos en toda Inglaterra –tales como Crawley, Southampton, Slough, Norwich, Lincoln, Hastings, Harlow, Nuneaton, Cambridge, Exeter y Plymouth– y también mantuvo dos escaños en las elecciones para cubrir las vacantes de las circunscripciones de Sheffield Brightside y Ogmore. En Peterborough, el laborismo en realidad consiguió más concejales que antes, pasando de 11 a 14. En la elección parcial de Sheffield Hillsborough, el laborismo mantuvo su diputado con una mayoría cerca de 10.000 votos y el 62 por ciento de apoyo.
En los feudos laboristas del norte de Inglaterra, el partido informó de los éxitos en Newcastle y en South Tyneside. “Los resultados aquí han sido muy buenos; hemos avanzado a expensas de los liberal-demócratas”, dijo Nick Forbes, líder del concejo municipal de Newcastle.
En Newcastle, donde los conservadores no han tenido un concejal desde hace más de 20 años, no han logrado su objetivo de ganar aunque fuera uno solo. El ex eurodiputado Tory del noreste, Martin Callanan, ahora Lord Callanan, dijo que fue “muy decepcionante”.
Mientras que el voto Laborista cayó un 6% respecto a su punto álgido de 2012, quedó muy por encima de las elecciones generales de 2015. “Lo hemos hecho en realidad mucho mejor que todas las predicciones que nos asignaban los medios”, declaró Corbyn correctamente.
Los Conservadores pierden Londres
Mientras escribimos, se prevé que el laborismo gane la alcaldía de Londres, donde se proyecta que Jan derrote rotundamente a Goldsmith. A pesar de los intentos de Jan de distanciarse de Corbyn a lo largo de la campaña, insistiendo en que iba a ser el alcalde más “pro-negocios” que la capital haya visto, fue visto principalmente como el candidato Laborista, y él sólo ganó porque era el candidato Laborista. Para la mayoría de los londinenses, la disputa era entre el Laborismo y los Torys, entre Corbyn y Cameron –No entre Jan y Goldsmith. De hecho, para muchos, las zorrerías de Jan alejaron a mucha gente.
Las consecuencias de la esperada derrota Tory en Londres ya están apareciendo, con recriminaciones sobre la participación en la campaña electoral de David Cameron y sus desesperados intentos de vincular a Jan con el extremismo islámico.
Polarización en Escocia
El Laborismo fue empujado al tercer lugar en las elecciones al Parlamento de Escocia, profundizando su declive tras las elecciones generales. Quedó apretujado entre el izquierdismo del SNP (nacionalistas escoceses), por una parte, y el resurgimiento Tory por la otra, que agrupó el voto unionista y se quedó con los elementos más conservadores que quedaban dentro del Partido Laborista.
Como es el caso en todo el mundo en este período de turbulencia e inestabilidad, el panorama político en Escocia se ha fracturado y el “territorio del centro” ha quedado hecho añicos. En cambio, vemos una polarización a la izquierda y la derecha, con el voto Laborista colapsando en el medio, que ni ofrece la oposición unánime al Trident (programa de misiles nucleares) y a la guerra del SNP, ni tampoco la defensa fuerte y consistente de la Unión por parte de los Torys.
El Partido Laborista Escocés está dirigido por la derechista Kezia Dugdale. El partido, bajo su dirección, no pudo ganar un solo escaño en la proletaria Glasgow – por primera vez en 100 años. Ellos han pagado el precio de décadas de traición y de saltar a la cama de los conservadores en la campaña del referéndum. Esto no es un cambio político temporal, como algunos creían; por ahora, la clase obrera ha oscilado políticamente hacia el SNP.
Si este tipo de crisis se hubiera producido en Inglaterra y Gales, los medios de comunicación y los Blairistas habrían estado exigiendo la renuncia inmediata de Corbyn. Sin embargo, sólo se encogen de hombros ante la actuación de Dugdale, ya que es una de ellos, proveniente de la derecha del partido.
En el Parlamento de Gales, el Laborismo perdió Rhondda a favor del Plaid Cymru (nacionalistas galeses), pero mantuvo 29 escaños. El Laborismo no consiguió la mayoría, por muy poco. La dirección laborista de Gales trató de distanciarse de Corbyn –pero fue por sus fallos en Gales por lo que ellos perdieron votos. El aumento del voto al reaccionario UKIP es el producto del desencanto de la clase trabajadora con el Laborismo, tras haber experimentado una caída en las condiciones de vida, el cierre de fábricas y la perspectiva de la muerte de la industria del acero en Gales.
¡Defiende a Corbyn! ¡Lucha por el Socialismo!
Está claro que la derecha está determinada a sabotear al Partido Laborista. No es que Corbyn sea inelegible; es que ellos no quieren que gane. Mientras que exista este caballo de Troya tory dentro del Partido Laborista, el partido siempre se enfrentará a tales sabotajes. Si estos parlamentarios no pueden apoyar a los dirigentes que han sido elegidos, deberían enfrentarse a una elección revocatoria democrática. Es hora de poner fin a sus ataques.
El Laborismo bajo Corbyn sin duda puede ganar las próximas elecciones generales. Esto, por encima de todo, es de lo que tienen terror la clase dominante y sus marionetas en los medios de comunicación, los conservadores, y el PLP. El Partido Laborista debe barrer a un lado a los saboteadores y concentrarse en el verdadero enemigo. Sólo entonces podrá luchar el partido con un programa socialista audaz y responder a las necesidades reales de los trabajadores